Cuáles son los ejercicios de mindfulness para fortalecer la memoria
Conocida popularmente como “atención plena”, se trata de una práctica que mejora el ciclo del sueño, reduce la ansiedad y el estrés; los detalles en la nota
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El avance tecnológico nos ayuda a estar conectados a miles de kilómetros de distancia, a recibir y brindar información al instante y a trabajar desde nuestras casas; todo esto y más, al mismo tiempo. La posibilidad de navegar en Internet hace que tengamos en nuestra computadora o celular decenas de pestañas abiertas, lo que puede llevar a desconcentrarnos y terminar colapsados, algo que repercute directamente en nuestra memoria.
El descanso adecuado permite que nuestro cuerpo y cerebro funcione correctamente, y nos ayudan a evitar el estrés y la ansiedad. En un mundo en el que constantemente “corremos”, es importante hacer un impasse e incorporar ciertos ejercicios de mindfulness, que nos ayudarán a tener una vida más saludable y sin tensiones, mientras cuidamos nuestra salud cognitiva.
Según el portal de Sociedad Mindfulness y Salud, el mindfulness es la capacidad humana básica de poder estar en el presente, es decir, de “recordarnos” constantemente volver al aquí y ahora. “Aunque creemos tener control consciente de nuestra atención, lo que normalmente sucede es que estamos constantemente atendiendo a pensamientos acerca del pasado o del futuro, o bien, reconociendo solo una pequeña porción de lo que está sucediendo en el presente: si lo que estoy experimentando me gusta, quiero que continúe o si lo que estoy experimentando me desagrada, quiero que desaparezca”, explica.
Según Teo Luna, experto en Mindfulness en Contextos de Salud por la Universidad Complutense de Madrid, hay cinco ejercicios para hacer en el día a día:
- Hacer pausas durante el día. Si no hacemos ninguna pausa que nos permita recuperar la atención y la calma, estaremos entrando en una escalada hacia la agitación y la dispersión, que será muy difícil disminuir al final del día. Parar para dar un paseo o realizar ejercicio son actividades que nos ayudarán a centrar nuestra mente.
- Meditar con atención a la respiración. Una práctica formal diaria de unos 10-15 minutos, que luego se pueda ir ampliando, irá fortaleciendo nuestra atención, haciendo que nuestra mente cada vez esté más calmada y en equilibrio.
- Llevar la atención a las actividades cotidianas. Comer, ducharnos, hablar, caminar. Incluso aquellas que nos parecen más rutinarias harán que nuestra atención vaya ejercitándose.
- Evitá la sobrecarga mental. El llenar nuestra cabeza de “tengo-que” puede llegar a desbordarnos y distraernos de nuestra actividad presente. Para evitarlo, escribí tu lista de tareas, planificarlas y ordénalas en mini-acciones con las que será más fácil conseguir pequeños logros.
Por otra parte, según el sitio especializado Neuronup, la memoria está condicionada por “la edad, la dieta o la genética” y, a su vez, existen factores externos que pueden limitarla como “el estrés y la calidad de sueño”.
A continuación, tres ejercicios prácticos y sencillos que la página especializada armó para que las personas puedan ejercitar su cerebro.
- Interpretar la hora de los relojes. Mirar las agujas del reloj sirve para fortalecer los circuitos mentales. El truco consiste en ver varias veces al día la hora y, de esta manera, estar enfocado en tiempo y espacio. Según el sitio, al realizar este acto se trabajará “principalmente la memoria semántica y la escritura”.
- Emparejar las cartas. Los naipes también forman parte de este proceso. Con diferentes símbolos y números, estas figuras acartonadas favorecen a la mente de una manera muy particular. La idea es presentarlas arriba de una mesa, boca abajo. A partir de ese momento, habrá que buscar las parejas que coincidan. “Se trabaja la memoria episódica, la atención selectiva y la memoria de trabajo”, indica Neuronup acerca de este método innovador.
- Vestirse. Es otra de las tareas cotidianas que hacemos durante nuestros días. Sin embargo, al automatizar los movimientos, uno no tiene en cuenta que la memoria también incide en este proceso. Para entender en profundidad, el cerebro codifica dónde se encuentra cada prenda de vestir en nuestro armario y da la orden para que la persona busque en diferentes lugares sus remeras o pantalones, entre otras cosas. “Con este ejercicio trabajamos la memoria procedimental, el esquema corporal, las praxias ideatorias, la memoria semántica y la planificación”, aclaran los especialistas.
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