Cuál es el tiempo máximo que se puede aguantar la orina, según los especialistas
Aunque a veces no podemos acceder a un baño por estar en la calle o trabajando, los urólogos aseguran que puede ser perjudicial para la salud resistir diariamente esta necesidad fisiológica
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Orinar es una necesidad fisiológica para proteger nuestro cuerpo, ya que con ella se eliminan todos los desechos y el exceso de agua en la sangre. Por eso, es importante acudir al baño siempre que nuestro organismo nos lo hace notar.
Sin embargo, algunas veces retenemos líquidos por estar en la calle, en una clase o de viaje. Si esta retención es esporádica no supone un problema, pero cuando se vuelve recurrente puede traer graves consecuencias para la salud.
Según el doctor Esaú Fernández Pascual del Instituto de Urología Lyx, cuando la vejiga se acostumbra a mantener una capacidad mayor de la que puede concebir, “se ven afectadas muchas estructuras que intervienen en el acto de la micción, desde las terminaciones nerviosas y los centros neuronales de la micción, pasando por el músculo de la vejiga y la musculatura del suelo pélvico que también sufre las consecuencias”.
Es por esto que la vejiga debe ser vaciada cada dos o tres horas. La capacidad de la misma puede variar en los adultos entre los 280 y 350 mililitros, dependiendo de diferentes factores anatómicos, de la salud y los hábitos urinarios de cada uno. Además, beber mucha cantidad de agua también aumenta la necesidad de orinar, ya que el cuerpo procesa el exceso de líquidos y lo expulsa a través de la orina.
Cuáles son las enfermedades que puede provocar aguantarse la orina
Al aguantarse las ganas de ir al baño, la vejiga puede estirarse y acumular bacterias que dañan al organismo, poniendo en peligro la vida.
- Cistitis intersticial. Este síndrome también conocido como “vejiga dolorosa” es muy difícil de tratar y no tiene cura. Los síntomas incluyen dolor en la vejiga o la pelvis, o presión y una necesidad imperiosa y frecuente de orinar. Aunque pueden ser suministrados medicamentos, los mismos no demostraron hasta el momento resultado para poder apaciguar el dolor en forma total. También se recomienda realizar fisioterapia y biofeedback.
- Infección urinaria. Es una de las infecciones más comunes que ocurre cuando ingresan bacterias a la uretra, generalmente de la piel o el recto, e infectan el aparato urinario
- Cálculos renales. Se tratan de pequeñas piedras compuestas por minerales y sales ácidas que comienzan a agruparse en la orina concentrada. Al intentar la persona ir al baño, comienza a sufrir mucho dolor y, en algunos casos, se presentan náuseas y vómitos. Aunque no causan daños permanentes, los tratamientos incluyen el uso de analgésicos, beber mucha cantidad de agua para ayudar a la eliminación de los cálculos y, en situaciones extremas, la utilización de una técnica quirúrgica con láser.
- Pielonefritis. Se trata de una inflamación del riñón. Suele comenzar en la uretra o la vejiga, y se extiende a los riñones. Las dos causales principales son la retención de orina y la obstrucción del tracto urinario. Los síntomas incluyen fiebre, micción frecuente y dolor en la espalda, los laterales o la ingle. En los casos más graves, la persona puede quedar internada.
- Reflujo vesico-uretral. Según Mayo Clinic, este flujo anómalo se da cuando la orina retrocede de la vejiga a los riñones, en sentido contrario a como debe hacerlo normalmente. Se detona por bacterias acumuladas por aguantarse las ganas de ir al baño.
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