Cuando la buena nota va más allá del aula
Un programa de la Universidad Siglo 21 convirtió en materia el trabajo con organizaciones que ayudan a quienes más lo necesitan
Hacer cada tanto una campaña para juntar frazadas y mandarlas al sur no está mal, pero eso no es responsabilidad social universitaria (RSU), porque no genera aprendizaje para el promotor ni tampoco para el destinatario." El que habla es Raúl Burgo, coordinador del área de RSU de la Universidad Siglo 21, que en diciembre último obtuvo el primer premio en el concurso del Foro Ecuménico Social, que reconoce iniciativas que mejoran las condiciones de la comunidad y estimulan la solidaridad. Y lo logró con el programa Fortalecimiento a las Organizaciones de la Sociedad Civil, que reúne tres iniciativas complementarias: Práctica Solidaria, Voluntariado Universitario y Asesorías a Organizaciones Sociales.
"Nuestro banco de datos tiene 1230 ONG de todo el país y se actualiza cada seis meses. Los alumnos deben elegir la entidad en la que quieren cursar la materia Práctica solidaria. El requisito es que la ONG, que califica y pone la nota final en base a una guía de desempeño aportada por nosotros, trabaje por la dignidad humana, con gente en situación de exclusión y vulnerabilidad, y que no tenga como eje el asistencialismo o la dádiva", explica Burgo.
Esta materia comenzó tímidamente en 2001 como optativa, con sólo 30 alumnos, pero desde 2007 es obligatoria en todas las carreras y modalidades. Los datos son alentadores: desde entonces, por esta materia cuatrimestral (que puede cursarse en cualquier momento, salvo en primer año) pasaron más de 10.000 alumnos. Además, en 2012, 2348 estudiantes totalizaron 134.880 horas de servicio comunitario directo: la idea es aprender y que el aula sea el trabajo de campo.
Pero hay otra cifra clave: finalizada la cursada, el 40 por ciento de los alumnos, además de muchos docentes y codocentes, sigue como voluntario entre seis meses y un año. Manuel Ortega Villafañe la cursó en 2012. "Me enseñó que todos tenemos algo para dar y que la solidaridad no puede ir paralela a la formación personal, sino de la mano", dice el ahora licenciado en Publicidad, aún voluntario en Aldeas Infantiles (Córdoba).
Nicolás Gallo (29 años) es licenciado en Psicología y cursó en un taller de carpintería para chicos Down. Destaca haber sido formado técnicamente, pero también en valores, y asegura: "Es una materia para toda la vida". Como estudiante de Diseño de Indumentaria y Textil, Marianela Rivas Cuba dictó cursos de tejido y bordado en Las Omas, que promueve la inserción de mujeres víctimas de la violencia, la exclusión y la pobreza en una zona rural próxima a la ciudad de Córdoba. Aprendizaje que se transformó para esas mujeres olvidadas en una fuente segura de ingresos. "Ellas supieron guiarme y enseñarme lo que es el trabajo social. Una tarea que se tradujo en una amistad que perdura, invalorable", dice convencida.
En lo teórico, Siglo 21 se apoya en el francés François Vallaeys, que en mayo próximo visitará el país y es autor de un manual de primeros pasos de la RSU, que habla de cinco áreas: la académica, la investigación, lo social, el medio ambiente y la gestión organizacional. "Vallaeys afirma que la RSU debe ser transversal a toda la universidad y abarcar los cinco campos que, cada uno a su modo, también deben ser ámbitos de enseñanza."
La universidad también trabaja con el voluntariado universitario: alumnos, docentes y codocentes se suman durante un cuatrimestre al trabajo de una ONG, y hay Asesorías, obligatorias, cuatrimestrales y con nota. En este caso, el alumno aporta su saber para solucionar problemas puntuales de las entidades civiles. Los de Diseño Industrial, por ejemplo, trabajan hoy en el desarrollo del diseño del mobiliario para las viviendas sociales que levanta Un Techo para mi País. "Es que no pasa por sentarse en el aula para analizar casos teóricos, sino en instalar al alumno en una situación social concreta, real, con nombre y rostro", afirma Burgo, sabedor de que la RSU muchas veces no tiene la mejor imagen. "Siempre está la pregunta de qué intereses ocultos habrá detrás. Prefiero citar la frase de un amigo: En un mundo bajo sospecha, debemos ser embajadores de la confianza."
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