Son más de seis horas en las que una imagen que aparenta ser estática se reproduce en forma de bucle. Sus protagonistas: un rebaño de ovejas que pasta en las laderas de los viñedos de Shafer, a las afueras de Napa, en California, Estados Unidos. Sin audiencia masiva, ni pretensiones de convertirse en un video viral -fue visto un poco más de 6 mil veces-, el documental "Relájate con ovejas", sin embargo, tiene un condimento diferente que lo ha vuelto especialmente atractivo en tiempos de encierro.
Buscado o no, la serie de secuencias en las que las ovejas comen, descansan, salen fuera de cuadro o simplemente se mantienen de pie, tienen un efecto relajante para quien lo mira o lo deja de fondo mientras se ocupa de sus tareas. Así lo reflejó un artículo del periodista y crítico gastronómico Pete Wells en The New York Times donde relata su experiencia con el documental.
Del texto de Wells se desprende que la pieza, producida por Tim Kennedy, un cineasta solicitado con frecuencia por las bodegas, cervecerías y restaurantes del valle de Napa, carece de relato y pide ser mirado con otra actitud, diferente a la que solemos estar acostumbrados, y más cercana a lo contemplativo. A diferencia del cine, que es pura síntesis, en este documental todo ocurre en tiempo real. Se trata de una mera descripción a la que se le podrían alterar el orden de las escenas sin producir efectos en el resultado final. En cuanto al encuadre, la toma no relata nada. Y, en los casos en los que la cámara se mueve, lo hace sin intención, casi en forma caprichosa para darle variedad al video. Luego, la edición, tampoco está hecha en forma cronológica.
El objetivo detrás de la puesta en escena era algo sencillo: crear una propuesta parecida a esos eternos videos de leña crepitando, pero con ovejas. "Para compartir la belleza pastoral" con el público "durante el trastorno y la incertidumbre por la que pasa el mundo en estos momentos", explicó el dueño de la bodega. Cargar el video a YouTube llevó tres días.
Casualidad - o no- el protagonismo de las ovejas quizás no es azaroso. Todas las culturas han asociado a lo largo de la historia a muchos animales con alguna característica de personalidad. En la nuestra, si el zorro es la astucia y el león la bravura, la oveja estuvo siempre ligada a la serenidad y mansedumbre. "Los corderitos blancos y suaves protegidos por mamá oveja forman parte de nuestra mitología infantil como perfecto desplazamiento de nuestro deseo de estar cuidados y calentitos. Para mejor, las ovejas no conocen la soledad. Nacen y se desarrollan en la omnipresencia del rebaño. Su vida es el conjunto, siempre acompañada y protegida, con la única exigencia de no ser diferente al resto. Sólo pastar y dejarse llevar", explica el médico psiquiatra y psicoanalista, Pedro Horvat que es, además, especialista en terapia de pareja y familia.
El crédito por gestionar la presencia de las cien ovejas que aparecen en el documental es de una empresa local llamada Wooly Weeders, que se encargó de llevarlas a una propiedad de 20 hectáreas en la ladera, metidas dentro de un tráiler de varios niveles, y soltarlas para controlar la vegetación indeseada que crece a principios de la primavera, antes de que inicie la época de sequía.
El funcionamiento del rebaño (como el de la colmena y otras organizaciones del mundo animal) supone la prevalencia de una inteligencia colectiva sobre el criterio individual, en la idea de que asegurar el bien común está por encima de las aspiraciones del individuo. "La sociedad occidental en general, y la argentina en particular, parecen muy lejos de esa definición. Si bien es cierto que la cuarentena tuvo un alto nivel de acatamiento, el factor cohesionante fue y es el miedo y no el espíritu de conjunto. Pronto comenzaron las críticas y las mil formas de burlar el encierro. En la naturaleza, no se ven ovejas que se aventuren solas en el bosque. Aun así, es cierto que el esfuerzo colectivo resultó útil y que la idea de que la mayoría atravesaba por lo mismo aliviaba la ansiedad personal. Pero todavía parece una cohesión circunstancial en una sociedad a la que le cuesta encontrar opciones entre el rebaño y la anomia", concluye Horvat.
Mientras, es probable que los balidos y el sonido del viento silbando entre los pastos ofrezca una suerte de bálsamo en tiempos en que hacer todo puertas adentro se ha convertido en el nuevo desafío del siglo. Como salvapantallas, el video cumple su cometido sin lugar a dudas.
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