Compraron dólares en Australia con pesos argentinos a un cambio impensado: “Es el más barato de la historia”
Agustina Santucho, Pablo Clementi y Nino Ciber pensaron que les negarían la transacción, pero se la aceptaron y les terminó conviniendo
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A pocos minutos de bajarse del avión Agustina Santucho (27), Pablo Clementi (30) y Nino Ciber (30) acudieron a una casa de cambio en un aeropuerto de Sídney, Australia, para vender dólares americanos y adquirir algo de efectivo para manejarse en ese país. En tono de broma, le preguntaron a la cajera si aceptaba pesos argentinos sin imaginarse que la respuesta positiva los dejaría estupefactos. Tras escuchar, incluso, la conversión a la que les tomarían la divisa en el establecimiento para “hacerse ellos de los pesos argentinos”, los tres jóvenes apenas podían dar crédito de lo que estaban a punto de hacer: cambiar pesos argentinos por dólares australianos.
“Es gracioso porque llegamos ayer a las 6 de la mañana y lo del cambio sucedió ayer mismo”, cuenta a LA NACION Agustina en medio de la incredulidad. En el fondo se escucha a sus dos amigos que cada tanto aportan datos de la insólita operación que hicieron y sus viajes por el mundo. Nino, a quien “adoptaron” durante el vuelo, fue el encargado de hacer viral el tuit y relatar lo que iniciaron los dos cordobeses.
“Fuimos con dólares americanos a cambiarlos por dólares australianos y justo en el momento que hacíamos el cambio, Pablo se dio cuenta que tenía unos pesos, yo también y Nino también. Tiramos en chiste: ‘Che, ¿y no cambian pesos argentinos?’”, reconstruye Agustina, que se fue a vivir al extranjero desde 2019 y desde entonces deambula por el mundo.
Luego de escuchar la pregunta, Judy, que fue la cajera que los atendió, les contestó afirmativamente y contó para qué utilizan los pesos argentinos en ese país. “Nos dijo: ‘Sí, dámelos’. Y nosotros nos quedamos sorprendidos, le preguntamos: ‘¿sabés lo que son los pesos argentinos?’ Y nos dijo: ‘Sí, puedo cambiárselos. Déjenme que les averiguo a ver en cuánto les hacemos el cambio’. Finalmente, nos dijo que estaba en 98,31 dólares australianos”, dice.
En total, entre los tres amigos juntaron 2440 pesos argentinos del excedente que les quedó del viaje de los trámites de aduanas, comida en Ezeiza y el PCR. Ese valor lo consiguieron pasar a dólares australianos. “Para nosotros fue una sorpresa. Estábamos entre el asombro y las risas. En total hicimos como 24,83 dólares australianos, que con eso pagamos las cervezas”, explica la joven sobre la anécdota que les contaron enseguida a sus familiares. La credulidad de los tres radicaba en la devaluación de la moneda nacional y lo inusual que resultaba el hecho en sí por encontrarse en un país muy alejado de nuestras fronteras, donde sería más común la circulación de esta divisa.
“Una moneda pensamos que nos iban a dar por todo eso [los $2440]”, agrega Pablo entre risas. “Pensamos que, obviamente, no nos la iban a cambiar”, dice la joven. En el vuelo, aseguran, una de las preguntas que se hicieron fue cuánto se podía devaluar ese dinero mientras estuviesen fuera de la Argentina. Por eso, le consultaron a Judy qué hacían en la casa de cambio con los pesos argentinos o cuál era la finalidad de comprarlos. “Nos explicó que, a veces, hay gente de Australia que muchas veces viaja a la Argentina y que ellos no tienen mucha idea del tipo de cambio y quieren llevarse algunos pesos para manejarse al principio. Entonces, cambian un poco para llevar”, agrega.
“La realidad es que no me imagino a un australiano yendo a una cueva en Florida y Lavalle”, acota Nino, que es porteño y sabe de arbolitos y cotizaciones callejeras para turistas. En Australia, si bien conocen que el peso argentino está muy devaluado, poco saben de su fluctuación. “No tienen idea de la magnitud, del momento y el tiempo en que pasa todo. ¡La rapidez con que pasa! Pero sí saben que se devalúa. Ellos son conscientes, pero no de la rapidez con que se va a devaluar el peso”, señalan los jóvenes.
Cuantos dólares hubiesen comprado en la Argentina
Un dólar americano equivalen a 0,75 centavos de dólar australiano y Nino, Agustina y Pablo pudieron hacerse de efectivo con el que no contaban. Si bien cualquiera podría pensar que si los jóvenes hubiesen convertido esos dólares australianos a divisa americana, hubiesen podido tener allá US$ 18,74 contantes y sonantes. LA NACION consultó con algunos expertos en el tema, que señalaron que esta operación no tendría sentido porque no sería un “dólar líquido”. Además, cuando se hace la operación en la Argentina se hacen quitas que allá (Australia) no se realizan, porque no es algo que sea líquido y hacer una comparativa es inapropiado, tal y como sucedería con el euro.
Lo cierto es que, según el tipo de cambio utilizado en ese país, si se pasan los 24,8 dólares australianos a dólares americanos, que dan en total US$ 18,74, los tres jóvenes compraron la moneda estadounidense a 132 pesos. Con los $2440 en la Argentina hubiesen comprado US$ 12,22 -dólar blue- al tipo de cambio de hoy, viernes 4 de marzo, mientras que si lo hubiesen hecho a través del dólar oficial hubiesen podido comprar US$ 22,65.
Qué pueden pagar en Australia con ese monto
Con los 24,83 dólares australianos, indican los jóvenes, pueden pagarse un buen desayuno, almuerzo o comprar un pack de 12 cervezas. “Es lo que se gana en una hora de trabajo con sueldo mínimo”, resalta Nino, quien trabaja en ese país como manager de un resort en una isla de la Gran Barrera de Coral. “Lo que genera revuelo es que nos quedaron un par de pesos y pudimos cambiarlos sin pagar el Impuesto País, el 30% y 35%. ¡Es del dólar más barato de la historia!”, destaca.
“Mucha gente te dice que podés acceder al dólar oficial ($107,7), pero a eso súmale el 30% y el 35%. Si querés meterte en el dólar MEP, el dólar Bolsa y los ochocientos tipos de cambio que hay en la Argentina, no los sacás por menos de $200. Y así está regalado”, agrega Nino.
Vivir viajando
Agustina emigró hace cuatro años con la idea de conocer otras realidades. “Mi experiencia fue totalmente positiva. Fue un cambio muy grande. Siempre hay pros y contras, obviamente, pero con el hecho de la libertad con la que se vive en otros lugares, también tenés que resignar a muchos amigos. La situación de la Argentina se ve muy complicada. Viviendo afuera experimentás la libertad de hacer lo que querés: irte de vacaciones y estar bien”, cuenta.
Por su parte, Pablo originalmente tuvo que resignar el inicio de su viaje por la pandemia de Covid-19. “En mis planes estaba venirme en marzo del 2020, pero cuatro días antes de viajar se declaró pandemia mundial. Ahí salió un plan B, como tengo pasaporte italiano, pude viajar en plena pandemia a Barcelona y me instalé ahí, después viajé por Estados Unidos y volví a la Argentina”, relata.
“Hace siete años que me fui y estuve por todos lados: Nueva Zelanda, Estados Unidos, Canadá y ahora Australia desde hace un tiempo. La devaluación del polo argentina, es decir, la política y todo hace que muchos pibes decidan no volver. Yo me fui más por eso: no hay oportunidades y no se piensa en cambiar. Está estancada. La salida es Ezeiza”, acota Nino, quien lleva más tiempo en Australia de los tres.
Los motivos por los que viajan, sostienen, no son solo económicos, sino la calidad de vida y las seguridades que pueden tener en cualquiera de los países por donde cada uno pasó. “Cuando viajás a la Argentina te das cuenta que te acostumbras a vivir con miedo. Y, si sos emprendedor, te enfrentás a que las reglas del juego cambian constantemente y les sacan plata por todos lados. Es tan estresante al nivel al que llegamos y es todo tan paulatino. Hoy, nosotros nos damos cuenta porque salimos, pero la gente que no tuvo la oportunidad de salir vive con un nivel de estrés que es muy triste”, afirma Agustina quien pisó Australia esta semana por segunda vez.
Para Nino, en la Argentina se “sobrevive”, comparado con el resto del mundo. “Si tenés la suerte de vivir en países desarrollados vivís bien. Sin irte muy lejos, te podés ir a Chile. La calidad de vida es distinta. Acá estás concentrado en trabajar, hacer plata y vivir bien. No hay una cultura de la envidia, del odio y del resentimiento”, dice.
En esto coincide Pablo, quien desde que se fue de la Argentina ha tenido distintos trabajos temporales y llegó a trabajar para Amazon. “Una vez que estás trabajando y generando en la moneda donde estés, en mi caso, si me quiero comprar algo lo compro, y no ando viendo cuál es el precio o cuál es más barato: voy y lo pago. No existen las cuotas, no hay que pagar el queso en 36 cuotas. Vas al supermercado y te cobrás solo, declarás lo que pagaste y listo”, cierran los jóvenes que cada vez que viajan a la Argentina se sorprenden por la cantidad de amigos que ya no están y que decidieron irse.
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