Cómo recordar mejor las cosas cotidianas, con estos sencillos consejos
La memoria falla a cualquier edad, pero hay tácticas simples que colaboran para acordarse de todo de manera práctica y eficaz
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El ritmo de la vida cotidiana, la tendencia cada vez más importante a asumir varias tareas al mismo tiempo, el estrés y la cantidad de estímulos intensos simultáneos a los que las personas están expuestas todos los días pueden provocar esas lagunas mentales por las que de un momento a otro surge el olvido. Lo crucial es recordar que se puede resolver.
“Creemos que somos mucho mejores en la multitarea de lo que realmente somos”, afirma la neurocientífica Lisa Génova, en diálogo con Good house keeping, y detalla: “Si estamos despiertos durante 16 horas al día, son muchos segundos de ver, oír, oler, sentir”. Sin embargo, para la experta hay tácticas para evitar los olvidos sistemáticos que esa sobre estimulación genera.
La autora del bestseller Remember: The Science of Memory and the Art of Forget plantea una serie de consejos sencillos que todas las personas pueden incorporar para mitigar un poco “la ansiedad que sigue a esos momentos del ¡¿Perdí mis llaves otra vez?!”.
Prestar atención
Para recordar algo se debe generar un recuerdo y en ese proceso la atención es un elemento fundamental. Si se dejan las llaves sobre la mesa, mientras se está escuchando un noticiero y calculando cuánto tiempo le falta a la comida que se puso en el horno, es probable que luego sea difícil saber dónde están las llaves, no porque se lo olvidó, sino porque no se creó un recuerdo en torno a ese hecho.
“La atención es el boleto dorado de la memoria”, dice Génova, cuya TED Talk acumuló millones de visitas y explica que aunque parezca muy simple, la mayor parte de las veces no se la utiliza.
En esa línea, la experta recomienda tratar de ser consciente y prestar atención a las cosas que se hacen por un momento. Decir en voz alta lo que se está haciendo, también es útil porque se “le está dando a la corteza auditiva la oportunidad de tener más información”, detalla. Al hacer eso se crea el recuerdo y seguramente se hará mucho menos habitual el olvido.
Escribir
Anotar ciertas cosas es una gran ayuda memoria porque la escritura involucra más sentidos que el decir, explica la neuróloga. Cuantos más actos se realicen para generar un recuerdo, más nítido será. Es probable que al escribir dónde están las llaves, simplemente se recuerde su ubicación sin necesidad de recurrir al papel, justamente, porque el recuerdo es más fuerte.
“Nuestros cerebros no están diseñados para recordar hacer cosas más tarde: la memoria requiere que la señal correcta esté disponible en el lugar correcto. Escribir las cosas no es hacer trampa”, sentencia Génova.
Compartir con otros
Cuando se le va a enseñar algo a otra persona, el esfuerzo por aprenderlo es mayor. Esta sentencia deviene de lo que la experta denomina efecto protegido, que es la tendencia inconscientemente a poner más esfuerzo en aprender algo si se lo va a compartir con otra persona.
Al estudiar un nuevo tema, la certeza de que se lo debe entender para explicárselo a un compañero suele ser un gran aliciente para que el punto se fije mejor, justamente, por el efecto protegido.
Desarrollar rutinas
Poner cierto orden a las tareas sistemáticas hace que sea más fácil recordar. Si cada vez que se ingresa al hogar se deja la llave colgada en un mismo lugar, difícilmente se termine olvidando dónde se las dejó. “Nuestras vidas están muy ocupadas. Haz que sea fácil para ti recordar cosas importantes estableciendo rutinas que te apoyen”, aconseja.
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