Cinco cosas que no sabías sobre el esmalte dental
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El escudo protector de nuestros dientes llamado esmalte dental reviste una importancia clave para nuestra salud bucal. Van a continuación cinco claves para entender qué es, qué hace y de qué manera se cuida el esmalte.
El esmalte no se regenera
Los dientes están formados por diversos tejidos mineralizados, uno de los cuales es el esmalte, encargado de recubrir y proteger nuestras piezas dentales. Este esmalte es el tejido más duro que tenemos en todo el cuerpo humano: extremadamente resistente para ayudarnos en la tarea de morder y masticar, aunque a la vez frágil ante los ácidos capaces de reblandecerlo. Pero el gran problema del esmalte de los dientes es que no puede regenerarse de una forma natural. Si sufre deterioro, ese daño será irreversible. De ahí que cuidarlo resulta fundamental.
El desgaste del esmalte puede traer consecuencias
Aunque hablamos de un proceso que se da de forma gradual, este desgaste paulatino del esmalte puede traer aparejados algunos problemas. Uno es que si el esmalte se erosiona las piezas dentales se vuelven más frágiles, con lo cual será más probable la aparición de caries, así como la rotura o incluso la pérdida de algunas de ellas. Entre estas consecuencias también se cuentan las estéticas, ya que la pérdida del esmalte genera cambios en el color, el brillo y hasta en la forma de los dientes. Y por último: al dejar expuesta la dentina -que es una capa interna, más blanda, del diente- el desgaste del esmalte puede provocar sensibilidad dental.
Una dieta "sana" podría estar afectando el esmalte
La llamada "erosión ácida" tiene lugar cuando el esmalte de los dientes va poco a poco reblandeciéndose por la acción de ciertos alimentos y bebidas ácidas, aunque también puede tener lugar en personas que padecen de reflujo gastroesofágico. Esta es una diferencia de lo que sucede con las caries, que son generadas por bacterias: en la erosión ácida, en cambio, el problema no se produce por bacterias, sino por ácidos.
Aunque suene sorprendente, con frecuencia son nuestras opciones alimentarias más sanas las de mayor contenido ácido, como las frutas, los jugos de frutas y los condimentos para ensaladas, mientras que otros alimentos y bebidas como el vino, las gaseosas, las bebidas para deportistas y hasta la salsa de tomate que agregamos a las pastas pueden poner en riesgo nuestro esmalte dental.
Uno de cada tres adultos presenta signos de desgaste dental
Según un estudio presentado en 2013 en el Annual World Dental Congress realizado en Turquía, hoy casi uno de cada tres adultos presenta signos de desgaste dental, característica que se potencia en las personas que tienen entre 18 y 35 años. El aumento, además del cambio en la dieta, tiene que ver con la tendencia de ingerir alimentos en pequeñas porciones, pero más veces al día. Los expertos advierten que solo cuatro "momentos ácidos" al día podrían aumentar nuestras posibilidades de padecer erosión ácida.
La pérdida del esmalte sí puede prevenirse
Claro que no hace falta renunciar a la idea de llevar una dieta sana. Nunca está de más visitar con regularidad al odontólogo, quien podrá diagnosticarnos si padecemos de erosión dental, además de limitar el consumo de alimentos ácidos, evitando mantenerlos durante mucho tiempo en la boca (por ejemplo, evitar ingerir jugos de a sorbos durante una hora o más). Otro dato importante es que no conviene lavarse los dientes inmediatamente después de haber ingerido alimentos ácidos, ya que ese es el momento en el que el esmalte se encuentra más vulnerable.
Además, se puede elegir una pasta dental diseñada específicamente para ayudar a proteger el esmalte, como es el caso de Sensodyne Pro-Esmalte la marca recomendada por odontólogos para proteger los dientes contra los efectos de la erosión ácida. El producto ayuda a los minerales a penetrar profundamente en la superficie del esmalte, lo que a al mismo tiempo fortalece y reconstituye el esmalte debilitado.