Chicos y dientes: las caries no son todo el problema
La llamada "erosión ácida", preocupación creciente y una de las principales causas del debilitamiento dental, puede prevenirse desde la niñez.
A veces pareciera que la salud bucal de los chicos se reduce a la aparición de caries y a la lucha contra el exceso de dulces. Sin embargo existe una amenaza no tan conocida, cada vez más frecuente y capaz de provocar un daño irreversible: la "erosión ácida".
La erosión ácida es una de las principales causas del debilitamiento del esmalte dental, encargado de proteger y recubrir nuestros dientes. A diferencia de las caries, que se producen por la acción de las bacterias, la erosión ácida tiene lugar por la acción química de los ácidos presentes en ciertas bebidas (como las gaseosas y el jugo de naranjas) y también alimentos (como frutillas, o tomates, o salsas para pastas). Si bien el esmalte dental es el tejido más duro de todo el cuerpo -algo esencial para que podamos morder y masticar- a la vez resulta vulnerable a la acción de estos ácidos, que son capaces de ir reblandeciéndolo lentamente.
El caso es que los chicos suelen consumir gran variedad de comidas y bebidas ácidas como parte de su dieta diaria (desde frutas y jugos de frutas hasta gaseosas), con lo cual sus dientes pueden, a pesar de su corta edad, estar también expuestos a sufrir este desgaste dental. Las consecuencias de esa erosión van desde problemas estéticos -por caso cambios en la coloración o incluso en la forma de los dientes- hasta otros más graves como la aparición de caries e incluso de sensibilidad dental, ya que sin su esmalte las diferentes piezas se encontrarán más débiles ante cualquier agente externo.
Paso a paso
La mayoría de los chicos adquieren sus dientes permanentes entre los 6 y los 13 años. Estos nuevos dientes, junto con los dientes de leche, son vulnerables al ataque de ácidos presentes en alimentos y bebidas. Una vez que el esmalte se pierde esto será para siempre, ya que se trata de un tejido que no se regenera en forma natural.
Existen algunas medidas bastante simples que pueden servir para prevenir esta afección y sin que sea necesario dejar de comer frutas, ni comprometer tampoco una dieta saludable:
Tratar de limitar la cantidad de "momentos ácidos" a los que los dientes de los chicos se ven expuestos todos los días (lo ideal es que no sean más de cuatro).
Explicarles que no tienen que hacer buches, ni mantener por demasiado tiempo las bebidas ácidas en la boca.
Fomentar desde que son muy chicos la importancia de una buena higiene dental, como mínimo dos veces por día durante no menos de dos minutos y usando un cepillo de cerdas suaves.
Evitar cepillarse los dientes inmediatamente después de haber consumido alimentos ácidos, ya que ese es el momento en el que el esmalte se encuentra más vulnerable.
Visitar al odontólogo al menos una vez al año (y más allá de que advirtamos o no caries).
Elegir para ellos una pasta específicamente diseñada para ayudar a proteger sus dientes de los efectos de la erosión ácida.
Sensodyne Pro-Esmalte para Niños fue desarrollada junto con odontólogos para ayuda a fortalecer el esmalte dental dañado por los ácidos de las comidas y bebidas a la vez que ayuda a proteger contra las caries. También contiene flúor, y un suave sabor a menta. Junto con la higiene y los consejos del odontólogo, Sensodyne Pro-Esmalte para Niños puede ayudar a proteger contra la erosión ácida, procurando que los dientes les duren para toda la vida.
LA NACION