Sabores diferentes para probar sin tomarse un avión pero sintiéndose de viaje
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Cuando se habla de las inmigraciones caribeñas en Argentina muchas veces se piensa únicamente en Venezuela y en sus habitantes que cruzaron fronteras buscando nuevas vidas en el sur del continente americano. Pero desde antes, en especial en los últimos años del 2000 y en los primeros del 2010, quienes sumaban su alegre tonada musical a las calles porteñas eran los colombianos, en su mayoría estudiantes que llegaban a la Argentina en plan temporario y que luego, amores o trabajos mediante, decidían en muchos casos quedarse por tiempo indefinido. Y, como suele suceder, cuando una inmigración se afianza, surgen a la par esos deliciosos proyectos que revitalizan la gastronomía típica; en este caso bares y restaurantes preparando muchos de los platos que se pueden comer en las calles de Bogotá, Medellín o en las paradisíacas playas del Mar Caribe. Para conocerlos de cerca, aquí van tres opciones repletas del mejor sabor colombiano.
Patacones en Estación Colombia
Un caso arquetípico: Leonardo López Aguilar vino hace más de diez años a la Argentina, para estudiar gastronomía. Aquí se enamoró, decidió quedarse y, junto a su pareja argentina María Tebaldi, abrieron Estación Colombia, un local pequeño y colorido sobre la preciosa calle Bolívar, en esa manzana definida física y espiritualmente por la presencia del Mercado de San Telmo. Allí ofrece una carta corta pero repleta de sabores muy bien preparados: las arepas se elaboran directo desde el grano de maíz entero, los ceviches son fresquísimos y los patacones son perfectos, de esos que gustan a todo el mundo: unas rodajas enormes de plátano verde, que primero se cocinan hasta estar blandas, y luego se aplastan y se fríen hasta quedar bien crocantes. Los sirven solos, pero también como tostadas para poner sobre ellos carne desmechada, bondiola o un escabeche de hongos. Lo ideal es acompañarlos junto a los jugos y batidos tropicales de la casa, en especial el de guanábana con leche que es un viaje directo al corazón del Caribe.
Un dato extra a tener en cuenta: en Estación Colombia los fines de semana elaboran platos especiales que salen por fuera de carta, desde brunchs tempraneros al festejado ajiaco, un guisado que anticipa los climas fríos con tres tipos de papa, pollo, maíz, alcaparras, crema y guasca, una hierba aromática típica de Colombia. Dirección: Bolívar 914 Instagram: https://www.instagram.com/estacion_colombia/
Almojábana en Vive Café
Con cinco años de vida, Vive Café se diferencia de muchos otros cafés de especialidad por su clara identificación con Colombia. Creado por Jonnathan (colombiano) y su novia Vanesa (argentina), en el local trabajan todos colombianos, que ofrecen cafés traídos exclusivamente de las distintas regiones productoras del país caribeño, desde un Santander a un Valle de Cocora o un Planadas, entre otros. A esto se suma una oferta de platos y bebidas también de Colombia: por ejemplo, su denso y perfecto chocolate caliente, la limonada de coco y una especialidad de la casa, las almojábanas. “Es un tipo de pan que comemos mucho en Colombia, como desayuno o merienda”, cuenta Jonathan. Pariente cercano en fisonomía e ingredientes con la chipá, la característica de la almojábana es que se prepara con maíz cocido y molido, al que luego se le agrega un poco de fécula de mandioca, queso fresco, huevo y manteca. “Tenemos dos opciones, la común y la rellena de dulce de guayaba. Como nuestro local es chico, se las pedimos a dos chicas colombianas, que las hacen según sus propias recetas familiares”.
La común es la que más se acerca a la chipá, con un buen sabor al queso y una textura mucho más suelta y dulce; la rellena lleva además un poco de harina de trigo y sorprende con el sabor agridulce de la guayaba en su centro. Las sirven calentitas y deliciosas; en especial junto con un buen café negro filtrado. Dirección: Costa Rica 5722 Instagram: https://www.instagram.com/vivecafe/
Bandeja Paisa en Santa Marta tiene tren
Recién mudados a un local más grande sobre la Av. Scalabrini Ortiz, Santa Marta tiene tren se convirtió en un clásico popular de la gastronomía colombiana en Buenos Aires, con platos generosos y a un precio muy amigable. Mientras la pandemia lo permitía, su salón y vereda se llenaban de compatriotas con nostalgia de plátanos maduros, pescados y mariscos costeros, chicharrones de cerdo, arroces y arepas omnipresentes. “Es un negocio familiar. Vinimos de Colombia y precisábamos una forma de ganarnos la vida haciendo además algo que nos guste. Allá teníamos una pequeña propuesta de cocina en una esquina de un barrio popular, así que comenzamos con esto, primero en un lavadero de autos en San Martín, cerca a la General Paz; luego en Almagro y desde enero en este local”, cuenta Diana, parte de la familia fundadora. El menú de Santa Marta tiene tren (el nombre proviene de una famosa y bailable canción) es largo y repleto de platos con nombres misteriosos, que dan muchas ganas de probar.
En una primera visita, la recomendación es doble: primero, pedir una especialidad costera, de donde proviene la familia: por ejemplo, el arroz de coco con pescado frito (según el día, besugo o mero entero), patacón y ensalada. Y luego, sí, ir por el best seller de la carta, la clásica bandeja paisa. “No es típico de la ciudad de Santa Marta, pero es lo que más nos piden, es muy potente. Lleva arroz, plátano maduro, frijoles rojos, carne molida, chicharrón de cerdo, chorizo, huevo, aguacate y arepa tradicional”, explica Diana. Una inmersión en la cultura gastronómica colombiana. Dirección: Scalabrini Ortiz 114 Instagram: https://www.instagram.com/santamartatienetren/
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