"Bingo pandemia": de hobby casero a boom virtual
"El día anterior a que el presidente anunciaran la cuarentena obligatoria llamé a Lucio y le propuse que pasáramos juntos es aislamiento, ya que los dos vivimos solos. Le pareció bien, me vine a su casa pero antes nos equipamos", relata Iván Vignau, conocido como Maivan, educador, músico y egresado de la carrera de Imagen y Sonido.
Lucio Szteinhendler, quien trabajó en producción de teatro, música y eventos, continúa el relato: "Era más divertido pasarla juntos. Eso sí necesitábamos provisiones, así que compramos un montón de juegos de mesa, unos los dejé acá en casa y otros se los llevé a mi papá", asegura.
Los días fueron pasando y hasta el partido de escoba que jugaban antes de almorzar se tornó aburrido. "Un día, fui a ver a mi papá, que es adulto mayor y está a mi cargo, y encontré, entre todos los juegos que le regalé, un bingo que no había abierto. Lo llevé a mi casa y como jugar de a dos al bingo era aburrido invitamos a tres amigos", resume Lucio.
En ese momento no lo sabían, pero ese era el comienzo del Bingo Pandemia, una iniciativa que el último sábado tuvo más de 1000 jugadores en línea y muchas personas más que se quedaron con ganas de jugar, porque la plataforma Zoom no soporta más de 1000 participantes.
Bingo Pandemia
"Fue tan divertida esa primera partida que decidimos hacerlo para más personas. Hasta dimos premios. Regalamos lo que teníamos en casa: un saquito de té, un alcohol en gel usado y un paquete de escarbadientes", recuerda Maivan.
Bingo Pandemia empezó a mediados de abril y ya van por su edición número 24. Los la cita es los jueves a las 20 horas y los sábados a las 22. Al comienzo la difusión fue boca a boca pero cuando los creadores abrieron una cuenta de Instagram: @bingopandemia la cantidad de participantes aumentó exponencialmente. "Al principio hacíamos la sala Zoom y los cartones y la enviábamos a nuestros amigos por WhatsApp todo. Pero cuando empezaron a ser cientos de personas, se complicaba hacer el proceso manualmente. Hoy tenemos una página web: www.bingopandemia.com, allí la gente se inscribe y elige los cartones. Luego, por mail, le llegan los datos de la fecha en que se inscribió para jugar y los cartones. Además, en Instagram, un día antes damos la consigna", cuenta Maivan. ¿De qué se trata la consigna? Son noches temáticas. El último sábado, por ejemplo, fue "noche mexicana". "Empezamos con consignas tibias, primero le pedimos, por ejemplo, que nos muestren su libro favorito, otro día su amuleto. La gente se fue enganchando tanto y que nos animamos a hacer consignas más jugadas, que demandan más producción", destaca Lucio.
Bingo Pandemia es una propuesta gratis, es abierta al público y sólo tiene normas de convivencia que deben respetarse. "Premiamos las líneas y los bingos. Los premios provienen de la misma comunidad, suelen tener servicios o emprendimientos que donan las personas que participan. El último fin de semana el premio fue una paellera eléctrica, planchas, licuadoras, fiambres de nuestros amigos de Tandil, picadas, packs de cerveza, cenas, almuerzos, y hasta entradas a teatros online. Pero no queremos perder el espíritu de este bingo hogareño, así que también regalamos un vino que teníamos en casa, un desinfectante de ambientes y un exprimidor de plástico. Sigue siendo un poco bizarro", explica entre risas Maivan.
Nicolás Herman, de 38 años participa de Bingo Pandemia con Cecilia, su pareja, desde la segunda edición. "No jugábamos al bingo, pero entramos porque queríamos hacer algo diferente los sábados a la noche, y nos encantó", señala. Para Nicolás se trata de fenómeno inédito. "En mi caso también es un encuentro con amigos porque llegamos por medio de un amigo y nosotros, a su vez, invitamos a compañeros y familiares. Ahora cada sábado nos encontrarnos en el bingo con ellos. Además nos sumamos a las consignas que proponen, por eso la actividad empieza mucho antes del encuentro. Acá empezamos a preparar el vestuario y cómo representar la consigna desde el momento que la proponen", sostiene.
"Se volvió un ritual. Cada sábado es un momento de relax, diversión y una excusa para juntarnos con otras personas", comenta Verónica Iglesia, de 47 años. Ella vive con Manuel, su hijo de 10 años, quien está muy entusiasmado con esta propuesta.
Hay equipo
Hoy Bingo Pandemia está compuesto por 10 personas, que tienen diferentes tareas pero un mismo objetivo: divertirse y divertir. "Tenemos sketch de humor y armamos una especie de tanda publicitaria para agradecer a las empresas que donan los regalos", explica Lucio.
Tienen hasta un dibujante que hace caricaturas mientras transcurre el evento y un amigo que hace entregas, en vivo, de los premios. "A los participantes les gusta ver cómo recibe sus premios la gente que gana. Además tenemos a Anita, que oficia de VAR, por si nos equivocamos. Y no sería raro, es más ya nos ocurrió que una vez canté mal un número", señala el docente.
Lo cierto es que cuando el bingo termina la fiesta no concluye. "La gente no se quiere ir a dormir y por eso surgió la fiesta Ponch. Nos quedamos hasta las 5 de la mañana bailando y divirtiéndonos. En ese momento nos transformamos, pasamos de conductores a DJ", cuenta Lucio.
Cuando se les pregunta sobre futuros proyectos estos dos amigos no tienen muy en claro el camino hacia el que se dirige este show virtual, pero sí parecen coincidir en que irán por más. "La gente quiere verse. Hay una necesidad real de salir, conectarse con los otros. Hasta nos han surgido distintas propuestas. Hace unos días nos contactaron de un teatro para que llevemos esta iniciativa al escenario y hagamos una especie de café concert", adelanta Lucio. "¿Qué otros proyectos? No sabemos qué vendrá pero nos gustaría viajar por el país. Nos entusiasma la idea de manejar una combi y recorrer ciudades y pueblos argentinos", agrega Marivan.
Cada edición de Bingo Pandemia les deja, a estos dos amigos y a las miles de personas que se suman, vivencias que no olvidarán. Entre las anécdotas Lucio recuerda un día en el que una participante le decía, con insistencia, que lo conocía. "No podía verla porque frente a la pantalla estaba su hijo. Luego de un rato la vi, era Estela, una señora que me cuidaba de chico y que trabajó en la casa de mis padres por más de 20 años. No la veía desde hace más de una década. Fue muy emocionante. Y otro momento especial lo vivimos cuando Sebastián, un participante, apareció jugando desde un hospital. Nos contó que éramos su compañía mientras se hacía la diálisis. Estas son cosas que pasan en Bingo Pandemia", resume Lucio.
Los agradecimientos y el apoyo diario que reciben son el motor que los impulsa a crear y sumar nuevos ingredientes. "Trabajamos un montón pero estamos disfrutándolo mucho y sentimos un gran placer al hacer cada nueva edición", sostiene Marivan. Lucio asiente y concluye: "Sabemos que estamos haciendo algo lindo y nos encanta tener esta oportunidad".
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