En una entrevista exclusiva, Fran Drescher recuerda sus años como protagonista, guionista y productora de The Nanny. A los 63, cuenta sus proyectos, entre los que destaca un posible relanzamiento de la serie que la llevó a la fama.
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Fran Drescher siempre supo que iba a triunfar, incluso en sus primeros años de actuación, cuando solo conseguía papeles secundarios en series “mediocres”, como las define ella, y trabajaba como peluquera para mantenerse a flote. “Sabía que podía hacer mi propio programa de televisión, y eso fue lo que hice”, afirma la actriz, guionista y productora de The Nanny, un éxito mundial durante la década del 90 y principios del 2000, que este año fue incorporado al catálogo de HBO Max, donde, según su creadora, la serie volvió a triunfar.
En una entrevista con LA NACION, la multifacética “Nanny Fine” comparte las glorias y los calvarios de su vida: desde la situación personal que inspiró el argumento de la serie y la diversión de los rodajes, hasta los recuerdos de una juventud marcada por una violación, el cáncer y un divorcio que ella misma describe como “complicado”.
“Interpretar a la niñera era un verdadero regalo. Me sacaba del dolor que estaba experimentando en mi vida”, afirma Drescher, de ahora 66 años, desde su casa, en Malibú.
-¿Se acuerda de su primer casting?
-Hice una publicidad para McDonalds. Fue mi primer trabajo. Era adolescente, de 17 o 18 años, así que fui con mis padres. Ellos no tenían ningún interés en llevarme a las audiciones, pero yo les insistía. En esa época, era parte del club de teatro de la escuela y también tomaba lecciones de actuación aparte. Me encantaba actuar, siempre me resultó fácil. Pero también me gustaba la escritura y la política. Y terminé haciendo todo eso junto: la actuación funcionó y allanó el camino para que pudiera ejercer todas mis otras pasiones.
-¿Fue difícil ingresar al mundo del cine? Antes de volverse famosa con The Nanny, ¿alguna vez pensó en abandonarlo?
-Estudié para ser peluquera por si la actuación no funcionaba, y atendía clientes en mi casa. Al principio, empecé con publicidades y papeles secundarios en algunas películas, como Saturday Night Fever. Mi problema era que sentía que tenía más talento que muchas de las personas para las que trabajaba. Por eso, tomé una decisión: si no lograba involucrarme como escritora y productora, donde tenía más control sobre mi destino, iba a dejarme caer y buscar otra vida donde no estuviera vendiendo constantemente mi alma creativa y haciendo mediocridad. Sabía que podía hacer mi propio programa, y eso fue lo que hice.
-¿Cómo pasó de ser actriz a escribir y producir su propia serie, The Nanny?
-Tuve mucha suerte. Ya tenía el proyecto de escribir y producir en la cabeza, y me encontré de casualidad con el presidente de CBS en un avión, viajando a Francia. Tan pronto como lo vi entrando en el avión, le dije “Jeff” y él me dijo “Fran”. Nos habíamos conocido durante la filmación de la última película en la que yo había trabajado. Pensé ‘gracias a Dios’ y corrí al baño para maquillarme -cuenta, entre risas-.
Sentía que la oportunidad había llamado a mi puerta. Me acerqué a su asiento y lo convencí de que tenía que escuchar mis ideas. Él me contestó “está bien, cuando regresemos a Estados Unidos, te coordinaré una reunión con el jefe de comedia de CBS”. Resultó ser el tipo de hombre que no se sentía amenazado por una mujer. En ese momento, yo todavía no tenía ninguna idea en mente. Pero después, durante ese mismo viaje, se me ocurrió el argumento de The Nanny.
-¿Cómo surgió la idea?
-Estuve en Londres como invitada de mi amiga Twiggy, la mundialmente reconocida supermodelo de los sesenta. Un día, ella y su esposo estaban trabajando en un proyecto, así que llevé a su hija, que tenía unos once años, a hacer turismo por la ciudad. En un momento, la niña me dice que sus zapatos nuevos le estaban lastimando el talón. Y pensé ‘Dios mío, espero que no quiera que la lleve a casa, porque yo todavía no estaba lista para dejar de recorrer, así que le dije que pisara la parte de atrás de los zapatos. Ella me preguntó: ¿eso no los va a romper?, Y yo le contesté: ¡rompelos!
Esa escena me hizo pensar en la idea de hacer una serie sobre una niñera que realmente no sabe cómo cuidar a menores y les da consejos que la favorecen más a ella que a los propios niños. Esa noche, no podía sacarme el proyecto de la cabeza, así que llamé a Peter [Peter Marc Jacobson, su entonces marido] que estaba en nuestra casa, en Los Ángeles, y le dije “¿qué te parece si hacemos una especie de La Novicia Rebelde, pero, en lugar de Julie Andrews, aparezco yo por la puerta?”. Él pensó por un momento. Es realmente bueno para estas cosas. Y respondió: “me encanta”. En ese momento, Peter ya había dejado la actuación y estaba trabajando como escritor y productor, pero aún no había llegado muy lejos.
-¿Cómo fue la experiencia de escribir, producir y actuar al mismo tiempo?
-Era una época en la que muy pocas mujeres trabajaban detrás de las pantallas. Para mí, hacer las tres cosas fue increíble. Era maravilloso poder usar tantos sombreros y, a la vez, participar de todos los procesos de toma de decisiones. Me gusta liderar más que seguir. Con Peter trabajábamos muy bien. Para mí, fue lo mejor de ambos mundos, pero también fue difícil. Estaba agotada. Tenía dificultades matrimoniales, pero la emoción del espectáculo nos distrajo, al menos en un principio. Durante un tiempo, el programa nos sostuvo.
Pero después todo cambió. El programa se volvió un éxito, y, de repente, teníamos mucho dinero, pero yo no era feliz. Con terapia, pude darme cuenta de que mi matrimonio no estaba funcionando. Me sentía como un pájaro en una jaula. Peter era muy controlador. Después de años, él pudo reconocer que su control sobre mi tenía mucho que ver con su propio control de su verdadera orientación sexual.
Finalmente nos divorciamos y comencé a tener síntomas que luego fueron diagnosticados como cáncer. La serie terminó durante un momento muy difícil para mí. [1999]. Pero, con el tiempo, Peter y yo reinventamos nuestra relación, lo superamos. Al final, todo salió bien. Hace ya 21 años que no tengo cáncer. Peter y yo todavía somos socios de producción y escritura. Estamos felizmente divorciados -dice, en referencia a la serie Happily Divorced, escrita por ellos dos, que está basada en su propia historia: un marido que le confiesa a su esposa que es homosexual-. Inspiramos nuestro propio espectáculo.
-Su personaje en The Nanny, Fran Fine, ¿está inspirado en Fran Drescher? ¿o solo tiene el mismo nombre de pila?
-Por supuesto. Para hacer la serie nos basamos en varios personajes reales y coloridos que conocemos. Por mi parte, siempre digo: todo Fran Fine está en mí, pero no todo yo está en ella. Porque no creo que ella hubiera podido escribir y producir, por ejemplo. Pero en muchos sentidos era un personaje parecido a mi: alegre y divertido. Realmente disfruté interpretarla, porque me sacó del dolor que estaba experimentando en mi vida con la ruptura de mi matrimonio y el miedo de que mis síntomas fueran signos de alguna enfermedad grave. Interpretar a la niñera fue un verdadero regalo. Me sacaba del dolor que estaba experimentando en mi vida. Amo al personaje, de eso no hay duda.
-¿Alguna vez pensaron que la serie iba a tener tanto éxito?
-No sé. No sabíamos que iba a durar tantas décadas, pero sí sabíamos, cuando grabamos el capítulo piloto con público en vivo, que habíamos capturado algo, que estaba atrayendo a la audiencia. Entonces pensamos: bueno, la audiencia está realmente comprometida, realmente están con nosotros, realmente se están riendo en todos los lugares correctos. Fue increíble.
-Diferentes generaciones crecieron viendo The Nanny. ¿Percibe la variedad de edades de sus fans?
-Si, tengo fans muy jóvenes y también mamás y abuelas. Y todas de países muy diversos. The Nanny era y sigue siendo famosa en todo el mundo. Estoy muy agradecida, porque me encanta viajar y ser recibida por la gente en cada lugar que voy.
-¿Sigue teniendo esa vida de famosa que tenía cuando The Nanny era un éxito? ¿La gente le sigue pidiendo fotos y autógrafos por la calle?
-Sí, absolutamente, y todavía lo disfruto. La gente reconoce mi cara y, a veces, mi voz. Para mí, la fama no tiene ningún inconveniente. He sido famosa durante tanto tiempo que estoy acostumbrada. Me encanta poder hacer que las cosas sucedan gracias a eso, es genial.
-Se hicieron muchas versiones locales de The Nanny en diferentes partes del mundo. ¿Qué piensa de la versión argentina, protagonizada por Florencia Peña?
-La Argentina hizo una versión maravillosa. Bien actuada, muy divertida. Estamos encantados con todas las versiones de The Nanny que se hicieron con talento local y en el idioma del país en distintas partes del mundo. Las he visto todas. Muchas todavía se las puede encontrar en Youtube.
-¿Cuándo fue la última vez que vino a la Argentina?
-Vine en una gira de prensa con The Nanny. Pasé un tiempo sensacional. Susana Giménez y su marido (por Huberto Roviralta) me invitaron a un asado en su estancia. Ahí comí mi primer asado argentino de verdad, que fue increíble. En ese viaje, visitamos dos ciudades de Sudamérica: Buenos Aires y San Pablo. Los hombres argentinos me parecieron extremadamente sexys. La primera vez que viajé hasta allá, fui con amigas y estaba soltera. Solo te voy a decir que la pasé muy bien. Es mejor dejarlo ahí -se ríe-.
* Esta entrevista se publicó por primera vez en septiembre de 2021
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