La reina de los Países Bajos, nacida en Buenos Aires, estaba en París, participando de un foro sobre educación
Mientras el mundo entero discutía por quién debía hinchar la reina Máxima de Holanda , nacida en la Argentina, durante el partido que enfrentó a las selecciones de ambos países en las semifinales del Mundial de fútbol, la soberana estaba en París.
Muchos fueron los chistes que circularon en las redes sociales y en los medios sobre este asunto: la reina de Holanda es de origen argentino. Ambas naciones son muy aficionadas al fútbol y estaban disputando un partido decisivo: el ganador llegaría a la final de la Copa del Mundo. Ante semejante presión, la reina decidió mantenerse al margen de la guerra de banderas y se concentró en sus obligaciones protocolares.
Si bien el 18 de junio pasado, en uno de los partidos de la primera ronda, se pudo ver a Máxima junto al rey Guillermo Alejandro alentando a la selección naranja, el fútbol quedó atrás para ella. En los últimos días estuvo en gira por la India y el 9 de julio, durante el partido de semifinal que resultó en triunfo para nuestra selección, Máxima estaba en París, disertando en la presentación de los informes PISA sobre educación, ante la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos. Luego, ajena a los festejos albicelestes tanto como a la tristeza holandesa, la reina viajó a Turquía, donde fue recibida por el presidente Abdullah Gul, en el palacio de gobierno, en Ankara.
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