Lily James, una actriz que se anima a enfrentarse con leyendas
¿Una serie exitosa perdió a una de sus más queridas protagonistas y decide presentar un nuevo personaje que sirva como catalizador de los necesarios cambios por venir? Llamen a Lily James . ¿Hay que darle vida a uno de los personajes animados más clásicos de la usina Disney? Llamen a Lily James. ¿Se necesita una actriz que pueda interpretar a una joven Meryl Streep en una película repleta de canciones pegadizas como un chicle y estrellas maduras riéndose de sí mismas? Llamen a Lily James.
De sonrisa luminosa y contagiosa en menos de una década de carrera la actriz inglesa se transformó en la candidata ideal para misiones aparentemente imposibles de las que salió más que airosa una y otra vez. Su intento más reciente es en Mamma Mia! Vamos otra vez , la secuela de la exitosa adaptación del musical construido a partir de los irrompibles hits de ABBA , en la que interpreta a Donna, el personaje que encarnó Mery Streep en la primera película. Es que en la continuación de aquel film de 2008, un éxito de taquilla inesperado que llegó a recaudar más de 600 millones de dólares en todo el mundo, se reconstruye el pasado del personaje principal, sus aventuras durante los años setenta y su llegada a la soñada isla griega que terminaría siendo su hogar. James la encargada de tomar la posta de Streep, de cantar, bailar y enamorarse en el paraíso mediterráneo que ahora se filmó en las costas de Croacia.
"Básicamente me metí en algo que podría significar el peor golpe de mi vida profesional. Por momentos pensaba: «Interpretar a la Meryl joven probablemente sea el final de mi carrera». Pero después me recordaba a mí misma: «no estoy haciendo de Meryl, estoy haciendo de Donna Sheridan»", respondía entre risas la actriz a la revista Marie Claire que este mes la tiene en su tapa. La perfecta rosa inglesa siempre lista para demostrar que eso de la perfección no va con ella. Y que el riesgo ya es marca registrada de su camino en la actuación.
Después de todo, cuando se sumó al elenco de Downton Abbey, la serie británica ya era un fenómeno imparable que en su tercera temporada había conquistado al mundo pero se enfrentaba con su peor crisis por la inminente salida de dos de sus actores protagónicos: Jessica Brown Findlay y Dan Stevens. En ese contexto, hacia el final de la temporada hizo su aparición la Lady Rose MacClare de James, una vivaz aristócrata con deseos de libertad y más sagacidad de la que su tiempo y su clase social pedían o esperaban de ella. Un personaje tan divertido como cuestionado porque, en principio, muchos Downtonians–así se hacen llamar los fanáticos de la serie–, la veían como una versión menos interesante de lady Sybil, el personaje de Brown-Findley.
Superado ese escollo, la actriz, queya aclaró que no formará parte del elenco de la anunciada película de Downton Abbey, fue elegida para interpretar otro papel con fuertes raíces en la cultura popular: Cenicienta. Como el segundo intento de Disney de insuflarle nueva vida a sus clásicos animados –el primero fue Maléfica con Angelina Jolie que ya prepara la segunda parte)–, el relato de la hijastra más famosa de los cuentos de hadas necesitaba de una actriz con la suficiente capacidad de generar empatía para lograr acercar a la sensibilidad del siglo 21 la historia creada originalmente en Francia en el siglo 17.Un trayecto bastante complejo que el director Kenneth Branagh pudo sortear, en gran medida, gracias a la presencia escénica de James que resistió con oficio y carisma el vendaval que era Cate Blanchett como la malvada madrastra y lo edulcorada de una historia conocida por todos.
Clásicos de clásicos
Pronto James emprendió una seguidilla de proyectos que demostraron que era capaz de protagonizar grandes producciones de Hollywood, pequeños films británicos de época, películas independientes que probaron su rango interpretativo y hasta una miniserie que, porque se trata de ella, no podía ser menos que épica. Así, en un mismo año interpretó a Elizabeth Bennet en la bizarra versión de la novela de Jane Austen, Orgullo, prejuicio y Zombies, se subió al escenario para ser Julieta en la nueva versión teatral de Romeo y Julieta dirigida otra vez por Brannagh y protagonizó la adaptación televisiva de La guerra y la paz, una miniserie en seis partes basada en la monumental novela de Leon Tolstoi en la que interpretó a Natasha Rostova, el personaje que había hecho Audrey Hepburn en la versión cinematográfica de 1956 dirigida por King Vidor.
Si algún desprevenido suponía que James estaba modelando su carrera siguiendo los pasos de su compatriota Keira Knightley, sus constantes apuestas, su afición por darle nuevas vueltas a personajes icónicos y su disponibilidad para salir del centro de la escena demostraron que lo suyo iba por otro lado. En principio, James supo pasar sin inconvenientes de ser la protagonista de varias películas muchas veces millonarias a interpretar a un personaje menor aunque fundamental en Baby: El aprendiz del crimen del innovador director británico Edward Wright. Y después volvió a cambiar de estilo–y de siglo–, al sumarse al elenco de Las horas más oscuras de Joe Wright como Elizabeth Layton, la leal secretaria de Winston Churchill, un personaje de la vida real que, contó James, supuso una responsabilidad enorme, especialmente porque muchas de sus escenas eran junto a Gary Oldman, ganador del Oscar por su interpretación del mandatario británico. Un actor que James admiraba desde su adolescencia cuando lo vio en Escape salvaje como Drexl Spivey, el villano de las rastas y lo más alejado del espectro interpretativo de Churchill que se pueda imaginar.
Lo que viene
Las curiosas y variadas elecciones de la actriz, además de los peculiares tiempos de la industria cinematográfica, hicieron que por estos días, cuando Mamma Mia! Vamos otra vez se estrene en los Estados Unidos –y el mundo entero–, la película compartirá cartelera con otro film en el que aparece la actriz. O al menos una parte fundamental suya. Es que en el extremo opuesto de la película llena de botas con plataforma, canciones pegadizas y sentimentalismo está Sorry to Bother You. Película nacida de los talleres del festival de Sundance dónde se estrenó a principios de año, el nuevo fenómeno del cine independiente dirigido por el rapero Boots Riley cuenta una historia alucinante y llena de giros fantásticos ambientada en el mundo de los call centers y es en ese contexto salido dónde aparece James prestándole su pulido acento británico a uno de los alter ego telefónicos del personaje que interpreta Tessa Thompson.
Y aunque en sus más recientes entrevistas la actriz asegura que en algún momento dejará de hacer un proyecto detrás del otro, lo cierto es que por ahora el expreso Jamesno parece tener planes de detenerse. En agosto Netflix estrenará The Guernsey Literary and Potato Peel Pie Society, una película basada en la novela de y Mary Ann Shaffer y Annie Barrows. Allí la actriz interpreta a la escritora Juliet Ashton, una exitosa novelista que sufre las traumáticas consecuencias de la Segunda Guerra Mundial. Talentosa, ambiciosa y en una encrucijada profesional y personal Ashton se cruzará casi de casualidad con la historia de un club de lectura integrado por un grupo de pintorescos habitantes de la isla de Guernsey durante la ocupación del ejercito nazi. Y como James parece inspirar a los directores que cuentan historias de época, su más reciente proyecto la llevó de regreso a los años setenta. Aunque nadie está demasiado seguro de que sea así. Es que apenas termina la gira de promoción por Mamma Mia!, la actriz volverá al set del film secreto que está rodando Danny Boyle. No hay mucha información sobre la película aunque lo que sí se sabe es que Richard Curtis –guionista de Cuatro bodas y un funeral, Notting Hill y Realmente amor, entre muchas otras exitosas comedias británicas y que también participó de los libros de la nueva Mamma Mia! – escribió el guión, que se está filmando en Liverpool y que además de James en el elenco aparece Ed Sheeran tal vez porque se dijo que tendrá elementos musicales. Una combinación de factores tan peculiar como acorde con los riesgos que la actriz ya hizo la marca registrada de su carrera.
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