Jordan Peele: un creador con perspectiva política y mirada innovadora
En pocos años, Jordan Peele pasó de ser un comediante más de Mad TV a uno de los pocos cineastas nominados a mejor dirección, mejor guión y mejor película por un primer film (la excelente ¡Huye!). De los tres galardones, solo obtuvo el Oscar a mejor guión, de paso convirtiéndose en el primer guionista negro en conquistar este rubro. Este premio, y que de hecho ¡Huye! fuera una de las películas más rentables de 2017 (costó unos 4 millones de dólares y recaudó 255 en todo el mundo), fue suficiente para disparar su carrera.
Peele, por su parte, no pierde el tiempo. Prácticamente abandonó la actuación y se concentró en sus roles de guionista y realizador que, dice, lo divierten mucho más. En solo un año creó, escribió y dirigió (junto Charles Sanders) la serie para YouTube Prime Weird City; hizo lo mismo en The last OG, una serie cómica protagonizada por Tracy Morgan; produjo el último film de Spike Lee, El infiltrado del Kkklan (y fue nuevamente nominado a un Oscar a mejor película por este trabajo); desarrolló y será el presentador de la venidera tercera iteración de La dimensión desconocida, y escribió y dirigió un nuevo largometraje, Nosotros, que se estrena hoy en nuestro país.
A lo largo de su carrera, Peele logró combinar exitosamente tres elementos que no siempre cuajan bien: el género fantástico, el humor y el comentario político (el fantástico es el elemento anómalo del grupo y el que hace de Peele un creador atípico, dado que no hay un tradición de fantasía o terror afroamericanos, como sí existe en la comedia o el policial). Uno de los sketches más celebrados del show que lo hizo famoso, Key & Peele (programa que se emitió por cinco temporadas en Comedy Central, creado, escrito y protagonizado junto al comediante Keegan-Michael Key), presentaba un universo paralelo llamado Negroland, una suerte de utopía negra a la que el protagonista del sketch llega tras ser brutalmente golpeado por la policía y en la que las relaciones raciales son como la sociedad progresista blanca imagina que son y no como son en el mundo real. Se puede pensar que esta pieza de comedia, en su uso del humor negro, la fantasía y la parodia sobre la dinámica de las relaciones raciales, fue el borrador de todo lo que vendría después.
Otro rasgo común a casi todos sus trabajos es la existencia de una división del mundo en dos lugares de jerarquía diferente, una configuración que, inevitablemente, los convierte en una reflexión sobre las diferencias sociales o, si se quiere, sobre la lucha de clases. En Weird City, esta división es explícitamente llamada "la línea" y la extraña ciudad futurista del título está separada entre quienes viven "bajo la línea" y "por encima de la línea". Desde luego, "la línea" es la línea de pobreza. El talento de Peele hace que estos tópicos sentenciosos funcionen para crear miedo o risas (muchas veces ambos casi a la vez) y no se conviertan en un sermón grandilocuente y trillado.
En ¡Huye!, ese otro lugar inferior está representado por el "mundo hundido" que se revela al promediar el film. A ese sitio es enviada, mediante un proceso hipnótico, la conciencia de los personajes negros, condenándolos a la servidumbre. La película es una sátira sobre el racismo en los Estados Unidos, en particular, tras el asesinato del adolescente Trayvon Martin a manos de un vigilador privado solo por ser negro y llevar un abrigo con la capucha puesta (las primeras escenas del film reproducen parcialmente la situación de ese homicidio). El protagonista, Chris Washington (Daniel Kaluuya), es un fotógrafo exitoso que cree vivir en el mundo posracial al que se suponía que iba a conducir la presidencia de Barack Obama y, en poco tiempo, descubre que la realidad no es la utopía prometida, sino una pesadilla en la que termina convertido en un esclavo. Si se quiere, el film es el reverso de Negroland.
Su nueva película, Nosotros, comienza con un texto que revela que en los Estados Unidos existen cientos de kilómetros de túneles y pasajes subterráneos, algo que nuevamente instala la idea de un mundo subalterno. El título original, Us, puede ser traducido, como se hizo, por la primera persona del plural, aunque también cabe destacar que es el acrónimo habitual de United States. Este doble sentido queda reforzado cuando los extraños habitantes de los mencionados túneles salen a la superficie. Uno de los protagonistas les pregunta: "¿Qué son ustedes?" La respuesta, dada por uno de los personajes interpretados por la extraordinaria Lupita Nyong’o, es "norteamericanos".
En su topología un mundo de arriba y otro, especular, de abajo, la película se convierte en otra referencia a la división entre los que tienen y los que no. Claro que su tema no se agota allí. Se puede pensar que trata también sobre el regreso de lo reprimido o la dualidad existente en cada uno.
La película hace pensar en otras historias fuertemente alusivas como Funny Games o Invasion of the body snatchers, aunque también presenta una serie de citas que permiten rastrear su linaje. En una de las primeras escenas (que transcurre en los años 80) se ve un VHS de otra película titulada con un acrónimo: CHUD, por Cannibal Humaoind Android Dwellers, que da una idea bastante clara de su contenido. El film de Peele, como los de George Romero, también es una película de clase B potenciada por una poderosa alegoría política.
Este nuevo trabajo de Peele potencia las cualidades de su predecesor: tiene más sustos, más humor y también una dosis mayor de ambigüedad, ya que sus elecciones no siempre reenvían a una misma bandera ideológica o un mismo discurso. Por ejemplo, a pesar de que hay una gran profusión de asesinatos, ninguno se comete con un arma de fuego: curiosamente, en esta película sobre los Estados Unidos (la nación más armada del mundo) no hay armas, cosa que parece apoyar el principal argumento de los "pro-gun", que es que no son las armas, sino las personas las que matan. Pero es probable que tal cosa no haya estado entre las intensiones del realizador. Nosotros está llena de ideas, pero acaso no siempre Peele esté en completo dominio de qué significan.
No se revelará mucho más porque, si bien en la actualidad existe una suerte de "spoilerfobia" no siempre justificada (no todo argumento esta sostenido por misterios), en este caso es mejor saber lo menos posible del film para disfrutar plenamente de sus revelaciones. Con contradicciones, con disparates y con enormes agujeros argumentales, también hay que decir que Nosotros es una película muy consistente con el trabajo del realizador y termina de configurar una de las obras mas interesantes del cine y la TV norteamericanos.
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