La reestructuración de la AFIP
El organismo recaudador procura avanzar hacia un modelo más eficiente de administración tributaria, de acuerdo con parámetros internacionales
- 3 minutos de lectura'
La estructura organizativa de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) ha sido modificada, mediante un reciente decreto, con el fin de complementar e interrelacionar la materia impositiva y la de los tributos del Sistema de Seguridad Social.
Como consecuencia de ello se eliminaron tres subdirecciones generales, ocho direcciones y más de 30 jefaturas departamentales que dependían de la Dirección General de Recursos de la Seguridad Social, lo cual implica la eliminación de 44 cargos jerárquicos.
De esta manera, se unificarán las actividades de control operativo en materia tributaria y previsional en el ámbito metropolitano, con lo cual alrededor de 700 personas que se desempeñaban en la Dirección General de Recursos de Seguridad Social pasarán a depender de la Dirección General Impositiva (DGI), unificándose las tareas de fiscalización del organismo. Se establecerá así una suerte de “ventanilla única” para los contribuyentes, dando continuidad a la labor que se viene realizando en el interior del país.
Al finalizar el mandato de Alberto Fernández, la AFIP había pasado de 20.741 empleados a 22.298, aumentando su dotación en el 7,5%. La actual es de alrededor de 22.000 personas. Es uno de los organismos que se rigen por su propio convenio colectivo de trabajo y está entre las dependencias públicas que pagan los sueldos más altos, al estar integrada su remuneración con un fondo de jerarquización.
En el contexto de una situación crítica de las cuentas fiscales, la AFIP, a través de una disposición interna, recortó la remuneración de su personal jerárquico, reduciendo el porcentaje del fondo de compensación (fondo estímulo) que está atado a la evolución de los ingresos fiscales.
Queda pendiente una tarea muy importante: llevar a cabo una reforma impositiva integral, sencilla y razonable
Así, a partir de mayo último y hasta el 31 de diciembre de este año, los importes que perciban las autoridades superiores del organismo por la cuenta de jerarquización se verán reducidos en un 20% para el caso de la administradora federal y en un 10% para los directores generales y subdirectores generales. Cabe recordar que casi la mitad de los ingresos del personal superior de la AFIP surgen de la recaudación tributaria.
El organismo recaudador tiene por delante importantes desafíos, en un momento crucial para la economía del país, caracterizado por una creciente digitalización de la economía y de la sociedad en general, lo cual exige un modelo moderno y diferente de administración tributaria de calidad internacional, tal como ha señalado la titular de la AFIP, Florencia Misrahi.
En tal sentido, el organismo decidió medir la eficiencia de sus procesos, al someterse a las pruebas Tadat (Tax Administration Diagnostic Assessment Tool), una herramienta de diagnóstico que permitirá realizar una evaluación objetiva, conociéndose el nivel de madurez de la organización en el contexto de buenas prácticas internacionales.
Queda pendiente una tarea muy importante: llevar a cabo una reforma impositiva integral, sencilla y razonable. Para ello, se requiere contar con una administración tributaria eficiente y eficaz, con personal profesionalizado y con experiencia, de modo que se minimicen los costos en que deben incurrir los contribuyentes para su sostenimiento.
Dos insumos básicos son requeridos: información precisa y personal calificado, para lo cual se deberán aprovechar los avances tecnológicos en ambas materias.
Si bien el propósito principal de la administración tributaria es maximizar el cumplimiento espontáneo por parte de los aportantes al fisco, tal actividad debe desarrollarse en un marco de profundo respeto a los derechos y garantías del contribuyente.