El debut de las SEDI genera, hasta ahora, buenas críticas
El sistema que reemplazó a las SIRA ya generó autorizaciones; rigen los aranceles y medidas antidumping
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CÓRDOBA.- El nuevo Sistema Estadístico de Importaciones (SEDI), que reemplazó a las muy criticadas e ineficientes SIRAs, a una semana de su instrumentación, viene funcionando “sin problemas” de acuerdo a lo que coincidieron distintas fuentes consultadas por LA NACION. Ya salieron autorizaciones. “El resultado es muy bueno, se cumple con el objetivo que se pretendía, que era dar más previsibilidad, ser un dato estadístico y no una traba”, dicen desde la Cámara Argentina de Importadores.
La entidad, en un comunicado, aclaró que el esquema “no significa una apertura indiscriminada a las importaciones. Nuestro país aún cuenta con aranceles, medidas anti-dumping y normas técnicas a la importación, entre otros mecanismos, que están reglamentados y su comportamiento es revisable y previsible para todos los argentinos, debiendo utilizarse con el mismo criterio de transparencia que motivó el final del uso de las licencias no automáticas de importación como mecanismo de administración del comercio”.
Califican al sistema de apuntar a un “marco operativo razonable, con plazos determinados y situaciones que las empresas pueden prever”. Entre “otros” efectos positivos, mencionan que “comienza un camino donde los empresarios nos veremos en la necesidad de ser más eficientes en costos para lograr condiciones de mayor competencia en cada uno de los sectores de la economía. Proyectar al largo plazo es clave para ello y esta nueva herramienta contribuiría con este punto de partida”.
Claro que admiten que todavía hay pendientes otros aspectos que afectan el comercio exterior para “continuar eliminando los extra-costos” de la actividad, “volviéndola aún más previsible y proyectable en el tiempo”.
“Como todo cambio de sistema, el importador debe acostumbrarse a la nueva herramienta informática, aunque en lo operativo e información requerida es similar al anterior”, insisten desde la cámara.
Desde la Fecacera, que reúne a las cámaras de comercio exterior de todo el país, su presidente Federico Rodríguez, sostiene que el nuevo mecanismo, con plazo predeterminado, es “positivo” aunque sostiene que faltaría dar “alternativas” para las Pymes que se hayan consumido el crédito comercial. “Hay que considerar las limitaciones financieras de este perfil de empresas y la importante función de redistribución de ingresos y generación de fuentes de trabajo de calidad que este sector genera”, añade.
La especialista en comercio exterior y despachante de Aduana, Delia Flores, coincide en que el sistema es “simple” y que elimina trabas y arbitrariedades. “Anhelamos que el proceso vaya bien, que se destraben los problemas que existían que nos llevaron a una situación caótica y crítica. Por supuesto que hay ciertos controles a realizar, analizar a qué valores ingresan las importaciones; también el coeficiente económico-financiero continúa. Hay un mínimo repaso de quién va a importar, a qué precio y en qué condiciones”, dice.
Cómo funciona
A diferencia de las SIRAs que implicaron un mayor control en los procesos de importación para, de esa manera, reducir el uso de reservas del Banco Central, el SIDE promete eliminar la discrecionalidad y “desarmar posibles nichos de corrupción”. Las declaraciones SIRAs en estado de “salida” o “cancelado” -según explicaron desde Economía- seguirán vigentes, mientras que todas las demás quedarán sin efecto de inmediato. En esos casos se podrá registrar una nueva declaración SEDI para respaldarlas.
La modalidad instrumentada no elimina la necesidad de pagar aranceles a las importaciones, pero simplifica el proceso de declaración y aprobación. La resolución por la que se creó el sistema subraya que funciona con “un único fin estadístico” ya que buscará ayudar a generar la matriz de riesgo aduanero y realizar un “análisis eficiente” de las importaciones, para eventualmente adoptar medidas, por ejemplo, de defensa comercial, sin que esto implique “demoras en los sistemas productivos”.
La declaración -donde se anticipará la información vinculada con las destinaciones de importación- se hará en un apartado que estará disponible en la web de la AFIP.
Una vez completado el formulario se realizan dos controles. Primero, la AFIP analiza la situación tributaria del importador y su capacidad económica financiera para efectuar la operación. En caso de que haya alguna inconsistencia, el importador recibirá un mensaje y deberá registrar una nueva declaración SEDI.
Después llegan los análisis técnicos vinculados con la seguridad y salubridad de la mercadería a cargo de organismos como Senasa y Anmat; son los que forman parte del Régimen Nacional de Ventanilla única del Comercio Exterior Argentino (Vucea). Tienen hasta 30 días corridos para el pronunciarse. De no hacerlo, la declaración pasa automáticamente de “oficializada” a “salida” y tiene, desde ese momento, una validez de 360 días.
Un cambio importante es que, al registrar la declaración, el importador no debe notificar la aprobación del trámite ante la Dirección Nacional de Reglamentos Técnicos de la Secretaría de Comercio. Es que el cumplimiento de normas técnicas no es condición necesaria para importar sino para su uso y comercialización.
¿Apertura total?
Más allá de las consideraciones acerca de que continúan los aranceles y medidas anti-dumping, hay sectores en alerta por temor a una apertura “indiscriminada”. Ana Inés Navarro, economista de la Universidad Austral, enfatiza que no se puede “definir el resultado” final solo por “algunas medidas”.
Plantea que no hay que perder de vista que sigue la falta de divisas por lo que se mantiene el cepo aunque la devaluación “alineó tipo de cambios”. “La derogación del régimen de autorización de importaciones es un avance positivo -añade-. Ese tipo de regímenes de importación, aun pensados con buena intención, terminan siendo favorables para unos y desfavorables para otros y generan chances de corrupción porque hay alguien que tiene la lapicera para decir ‘a vos te doy y a vos no’. La desregulación económica de la de controles, empareja la cancha deja a los importadores en igualdad de condiciones”.
A criterio de Navarro la “apertura” no será “de un día para el otro; llevará tiempo. No pasaremos del negro al blanco de la noche a la mañana; la economía argentina está en recesión; las importaciones responden a las necesidades de producción y al consumo que se ven afectados en la actualidad”.
Repasa que las importaciones responden a esas necesidades y que aumentan o se reducen en función de la dinámica del PBI: “La recesión será un freno a la avalancha de importaciones. Y a eso se suma que el tipo de cambio alto de este momento más el 17% de impuestos que pesa sobre estas operaciones, también son un freno”.
Respecto del resto de costos extras que afronta la industria argentina, apunta que por ejemplo la reforma del mercado laboral está incluida en las iniciativas impulsadas por el gobierno de Javier Milei. “Tenemos recuerdo de aperturas que provocaron grandes problemas de producción y empleo que nos ponen en alerta -subraya-, pero nos tenemos que acostumbrar a que hay que competir. Compramos el discurso de ‘acompañar y de la protección’ y eso no termina nunca. El problema del tipo de cambio real es la productividad de los trabajadores”.
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