Según Rosgan, un mercado ganadero vinculado con la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), habrá un aumento de los costos de producción que repercutirá sobre diversos alimentos, como la carne
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La invasión de Rusia a Ucrania convulsionó los mercados globales por el rol estratégico de ambos países como abastecedores de energía y alimentos. El mercado de la carne no resulta indemne. En el mediano plazo habrá un aumento en los costos de producción producto de la suba del precio de tres insumos claves: los granos, fertilizantes y la energía.
Así se desprende de un informe elaborado por Rosgan: “Si bien el conflicto tendrá un efecto directo sobre la demanda de carne vacuna, esto no pareciera ser hoy el factor de mayor impacto sobre este mercado porque son dos países que tienen una baja participación como compradores de carne vacuna”.
“El mayor impacto sobre el mercado de carnes se dará de manera indirecta, principalmente explicado por un fuerte aumento en el costo de los principales insumos involucrados en la producción, granos (como alimento para el ganado), fertilizantes y energía”, agregó.
En rigor, el producto que golpeará de manera más rápida sobre los márgenes de producción de carne es el precio del maíz.
“Esto tendrá un impacto directo sobre el sector engordador algo que, para muchos, podría ser el inicio de un proceso de descapitalización más acelerado del que se viene registrando en los últimos ciclos”, indicó el informe.
Ocurre que Ucrania es el responsable del 16% de las exportaciones mundiales de maíz y el bloqueo de sus puertos ha generado una suba muy fuerte de precios, al igual que del resto de los granos que produce.
Por otra parte, en fertilizantes Rusia constituye una pieza clave. Provee cerca del 13% del comercio mundial. “Este mercado también se está viendo alterado, comprometiendo ya no el valor del insumo en sí sino también su disponibilidad para las próximas siembras”, comentó.
En tercer lugar está la energía. “Rusia es un jugador fundamental puesto que representa el 10% del total de exportaciones de petróleo y el 9,5% de las de gas natural”, recordó la entidad en su informe.
En el caso puntual de la carne, la relevancia de Rusia en el mercado importador de carne bovina bajó en los últimos años. Entre 2005 y 2014 compraba de todo el mundo, en promedio, un millón de toneladas. Esta cifra luego se redujo a 400.000 toneladas anuales. De esta manera, paso de representar más del 16% de la demanda de importación mundial a poco más de un 3% en la actualidad.
“Según las proyecciones del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) publicadas con anterioridad a este conflicto, Rusia importaría en 2022 escasas 300.000 toneladas de carne vacuna, marcando una franca caída en su nivel de participación mundial”, indicó.
“Bajo este escenario, el mundo se prepara para un nuevo ciclo de fuerte presión inflacionaria. La suba de precios de las principales commodities que comenzó a observarse en 2021, como efecto colateral de la pandemia, muy probablemente se prolongue hacia los próximos años condicionando las proyecciones de crecimiento y demanda mundial a mediano plazo. He aquí donde el mercado de carnes podría llegar a sufrir su mayor daño colateral”, remarcó Rosgan.
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