En la zona de Pergamino, en el norte bonaerense, una de las regiones donde el oficialismo fue derrotado en las PASO, los productores dicen que no advierten cambios en el Gobierno y reclaman reglas de juego claras con menos presión impositiva e intervención estatal
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PERGAMINO.- “La Argentina parece el mundo del revés. Viven del campo, pero nos están matando. La mayoría de los productores agrícolas nos quedamos acá y apostamos al país. Somos un sector que va para adelante pero, lamentablemente, nos tienen muy apretados. Las cosas serían diferentes si nos diesen más seguridad”.
Con esas palabras, Alejandro Ugarte, un contratista rural y productor agropecuario de la zona de Juan A. de la Peña, en Pergamino, y El Arbolito, Colón, en el norte bonaerense, busca sintetizar el sentir de muchos productores.
En Pergamino, región donde se encuentran las tierras más productivas del país, en las últimas PASO, Juntos, con Diego Santilli y Facundo Manes sumados, obtuvo un 54,76% de los votos versus un 19,73% del Frente de Todos. Pergamino junto con Salto y Rojas forma un triángulo de donde provienen una de cada 10 toneladas de granos de la provincia de Buenos Aires. Se siembra 554.419 hectáreas de soja, maíz y trigo. En 2020 se produjeron poco más de 3,9 millones de toneladas de granos.
Cuestiones como la falta de previsibilidad, la alta carga impositiva, la reciente suba de insumos, las medidas que tomó el gobierno nacional, como la suba de retenciones en el inicio de su gestión, el cepo a la carne vacuna, el cierre temporal de exportaciones de maíz a principios de 2021 y ahora el límite para las ventas al exterior de ese cereal, reflejado en requisitos para los exportadores, son parte de las preocupaciones y temores de los productores, según los testimonios recogidos por LA NACION.
Temores que estaban antes de las PASO, se cristalizaron en las urnas y ahora siguen vigentes de cara a las elecciones de noviembre próximo. Vale recordar que, para intentar mostrar otra impronta, el Gobierno designó a Julián Domínguez como ministro de Agricultura, que reactivó el diálogo con la Mesa de Enlace y flexibilizó el cepo a la carne.
“Te cambian las reglas sobre la marcha, ya teníamos el maíz sembrado y eso ellos lo saben. Te juegan por detrás. Es lo que a la gente de campo le da bronca, que quiere producir, pero así le es muy difícil”, expresó Ugarte, y agregó: “Es como que quieren matar a la gallina de los huevos de oro”.
Juan Fernando Rossi, productor de la zona de Acevedo, Pergamino, coincidió con Ugarte. “Si nosotros tuviéramos un camino marcado, un horizonte, podríamos aportar mucho más al país; somos un sector que quiere eso”, señaló. “Ahora en el Gobierno toman medidas electoralistas, se quieren hacer los amigos, pero a uno le da desconfianza por lo que pueda venir después. Plata para repartir no hay”, comentó Rossi.
“Es cambiar para que nada cambie”, coincidieron los productores sobre los últimos cambios del gabinete.
Los productores expresaron su preocupación por la marcha del rumbo económico. “Tratar de ser previsor en este país no te ayuda, no se puede pensar a largo plazo, ni siquiera un año”, se lamentó Pablo Santini, productor y contratista.
Explicó que la reciente medida sobre la exportación de maíz lo tomó con todo el cereal de primera siembra implantado (fecha de septiembre) y los insumos para luego hacer otra siembra comprados. “Lo vamos a sembrar igual, pero uno siente un manoseo constante”, se quejó. Junto a su padre Enrique, Pablo es dueño de Agro Santini SA, una prestadora de servicios cuya base está ubicada a unos 20 kilómetros de Pergamino, en el centro de las 26 manzanas que conforman la localidad de Manuel Ocampo.
“Cada vez es más difícil con una brecha del dólar tan alta. Los insumos nos cuestan casi el doble que el año pasado. En 2019 a la urea -fertilizante- la pagábamos 400 dólares por tonelada y este año me pasaron la última cotización a US$837. Lo mismo pasa con los repuestos que, además, tampoco se consiguen; tenemos que poner los que no son originales”, afirmó.
De cara a las próximas elecciones, Enrique Ferrari, productor agropecuario, dueño de un campo en Acevedo, de 250 hectáreas, expresó: “Me da miedo lo que viene después, porque son impredecibles y no tienen un rumbo claro. Más por cómo es su relación con el sector, que no es buena. Da miedo que aumenten las retenciones o tomen alguna otra medida. Uno nunca sabe”.
Graficó que antes el campo podía dar un 7 u 8% de ganancia en dólares y eso cayó a un 3 o 4% por la presión impositiva. “Venimos para abajo, entre la carga impositiva y el destrato del Gobierno hacia el campo”, indicó.
“Encima, no tenemos mucho margen para imponer nuestras ideas; para eso tendríamos que salir a las rutas y hacer ruido, algo a lo que no estamos acostumbrados”. Para este año, Ferrari no planeó hacer inversiones. “Eso implicaría tomar un crédito y no me da confianza a que después lo pueda pagar”, explicó. En tanto, Rossi expresó: “Como no tenemos seguridad, hacemos las inversiones mínimas”. Por los mejores precios de los granos, este año se dio en el sector una demanda de maquinaria agrícola para renovación.
“Me preocupa mucho el desdoblamiento cambiario y cómo va a impactar en 2022″, indicó Bruno Piaggo, un productor que arrienda 500 hectáreas. A pesar de que su situación actual la describe como “buena”, principalmente por los precios internacionales de los granos, manifestó estar preocupado por el próximo año. “Vamos a tener un problema serio porque el productor va a necesitar vender el doble para comprar lo mismo. Esto va a redundar en menor inversión en tecnología, fertilizantes, productos agroquímicos; entonces, va a haber menos producción”, dijo.
“Harto” es la primera palabra que expresó José Luis Grattone, un vendedor de insumos al referirse a su situación actual. Creó su propio negocio tras trabajar 15 años en una empresa del rubro. También es productor y alquila 200 hectáreas. “Uno está cansado porque siente que hay un resentimiento importante contra el campo, te viven peleando, pero no te pueden matar porque es un ingreso sideral que lo necesitan”, dijo.
“No tiene lógica que necesiten más divisas y corten las exportaciones”, señaló. En esa línea, tras hacer referencia al cepo a la carne, cuestionó: “Lo hacen con el argumento que es para cuidar el consumo interno, pero cada vez que lo hicieron les salió mal y nos destruyeron”. Precisó que lo desanima trabajar para “pagar, pagar y pagar”. Explicó que el negocio tiene un margen del 10% pero, al igual que planteó Ferrari, entre impuestos y gastos solo le queda el 3 por ciento.
Grattone está próximo a hacer una ampliación del galpón en donde guarda los insumos. “Cuando le conté a mi hijo que iba a invertir, me preguntó si lo iba a hacer en Chile o Uruguay. Cuando le dije que seguía apostando acá, me dijo ‘vos estas loco’”, contó. Remarcó que nunca apareció en sus planes dejar el país. “A pesar de todo, yo sigo apostando a este país”, concluyó.
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