La suspensión de las exportaciones de carne vacuna, que el vecino país tomó por precaución, ante un caso de la enfermedad representa para China la paralización de un 50% de las compras que hace en el exterior
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Luego que Brasil suspendiera sus embarques de carne vacuna a China por un caso del mal de la vaca loca, para el país presidido por Xi Jinping esto significa, aunque sea de manera temporal, la paralización de la mitad de las compras que realiza en el exterior. En tanto, podría haber un aumento de la demanda china a la Argentina, su segundo abastecedor, y una mejora del valor que hace el país. El año pasado la venta de carne argentina a China fue de 485.711 toneladas peso producto por US$2247,4 millones.
“Para China que la mitad de sus importaciones estén en riesgo es una pésima noticia porque no va a haber quien pueda suplantarlo. Eso ya ocurrió en el último trimestre del 2021 y por eso subieron los precios. Entonces están muy preocupados”, indicó el consultor Víctor Tonelli. En 2022 Brasil representó un 50% del total de las importaciones del gigante asiático con 1.240.000 toneladas peso producto.
En tanto, según Tonelli, para el país presidido por Lula es “tremendo porque China representa el 55% de sus exportaciones y con el cierre del mercado tienen que ver donde colocan el excedente”.
El especialista aclaró que las muestras sobre un animal en el estado de Pará fueron enviadas al laboratorio de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) en Alberta, Canadá, donde se aguarda un resultado. No obstante, el gobierno brasileño dio por confirmado el caso porque asume que, de acuerdo a sus análisis, se trata de un caso de vaca loca atípica, sin transmisión.
El lapso en que esté cerrado el mercado para Brasil va a depender de si se confirma que es vaca loca atípica o no. Si es atípica el tiempo será menor. “En cualquier caso las cifras son de tal magnitud que el impacto en el mercado mundial es feroz”, comentó.
Por prevención “el país ha tenido una decisión responsable y, por lo tanto, no sufrirá penalidad, sino que estarán suspendidas [las exportaciones] durante el tiempo que le lleve a China asegurarse de que no corre ningún riesgo de importar carne brasileña”. En 2021 el vecino país pasó más de 100 días sin poder exportar al gigante asiático por dos casos de vaca loca en los estados de Minas Gerais y Mato Grasso.
Situación para la Argentina
Según Tonelli, en caso de que el cierre de exportación se mantenga es probable que China busque oferta en la Argentina y en Uruguay, que son su segundo y tercer proveedor, como en otros vendedores de menor participación. ”A China le va a costar mucho remplazar a Brasil. Si la suspensión dura alrededor de un mes a lo mejor puede aguantar con los stocks, pero si es más tiempo esto es explosivo”, precisó.
Explicó que Uruguay le puede proveer, pero sus volúmenes “son acotados” y Estados Unidos está con un serio problema de autoabastecimiento por una liquidación de rodeo por tercer año de sequía consecutivo.
En el corto plazo, la Argentina puede crecer porque “se va a encontrar con una sobreoferta de vacas por la sequía y, además, tiene la capacidad industrial para crecer. Si China paga más y la cadena lo trasfiere a los productores el país, puede crecer”, comentó.
En diciembre pasado, el valor pagado en puertos chinos por la carne importada había bajado 17% respecto del pico de valores que de julio último. Esta caída estaba vinculada a condiciones adversas en el mercado chino por las políticas restrictivas por el Covid-19, la devaluación de la moneda local y el clima de incertidumbre por el estancamiento económico. Brasil, que había incrementado sus embarques a ese destino, convalidaba la baja de valores.
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