Los cortes son tiernos, sabrosos, magros y nutracéuticos, según destacan en una organización de criadores
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En los últimos años, la crianza de búfalos ha cobrado una enorme importancia en el país. Como una ganadería alternativa, por ejemplo, en solo cuatro años, en Ituzaingó, al nordeste de la provincia de Corrientes, surgieron 25 criadores nuevos y jóvenes, que poblaron la zona con más de 8000 búfalos. Y en la actualidad ya llegan a la góndola con sus cortes envasados al vacío.
En tanto, Misiones duplicó su población, de 3000 a 6000 cabezas, al igual que Caá Catí, en el norte de Corrientes, de 10.000 a 20.000 cabezas. Ofreciendo ventajas únicas, en el Chaco el incremento fue aun mayor: los productores aumentaron sus rodeos de 13.000 a 30.000 cabezas. En tanto que criadores cordobeses están iniciando proyectos ganaderos bubalinos en campos casi improductivos de Santiago del Estero y de Catamarca.
En este contexto, en diversas partes del país hay emprendimientos de elaboración y venta de productos de carne bubalina, con marca registrada, que no dan abasto. “Es impresionante la demanda que hay. Tremendo éxito en los mercados. En la ciudad de Córdoba, dos criadores se asociaron, elaboran y venden con marca registrada hamburguesas y lo que es más novedoso que no cubren la demanda. En Bella Vista, Corrientes, un criador se asoció con un abastecedor, engorda bubillos a campo natural, faena y prepara cortes de valor envasados al vacío como carne gourmet”, dijo Marco A. Zava, director de la Asociación Argentina de Criadores de Búfalos.
En este sentido, indicó que la demanda es superior a la oferta. “En Apóstoles, Misiones, un empresario agroindustrial, que tiene todos los eslabones de la cadena, se volcó a los búfalos hace cinco años y ya tiene 3000 vientres. Vende en la góndola cortes al vacío con un éxito total, a tal punto que tiene que suspender la venta por dos días por semana para que puedan tener salida los cortes de carne vacuna”, destacó.
En este contexto, Zava se refirió a los beneficios que tiene el producto final. “Es una carne tierna (de una res joven), sabrosa, magra, nutracéutica (excelente para la salud humana), producida en la zona (origen conocido). Entre sus nutrientes, contiene un 10% más de hierro, un 30% más de proteína y un 40% menos de colesterol”, detalló.
En cuanto a la rentabilidad, señalaron que el búfalo “es una oportunidad de negocios” para los productores del norte argentino. “Este animal cría, recría y engorda en campos de bajo costo que tenían baja productividad con vacunos destinados exclusivamente a la actividad cría. La gran eficiencia de conversión de pasto ordinario en carne le permite a la búfala tener un 20% más de parición, al búfalo para faena ganar un 60% más de peso por día, entregando una res con un año y medio menos de edad (con mayor calidad y terneza). Y por su longevidad, cada vientre entrega 18 o más crías (el doble o el triple que la vaca)”, explicó.
“El búfalo es una oportunidad de negocios también por otros aspectos que hacen a su mayor rentabilidad. La hectárea en la que produce vale de 5 a 10 veces menos que en la pampa húmeda. Al búfalo (en campos con charcos y lagunas) no le afecta la garrapata. Las madres no tienen partos distócicos, ni las crías tienen bicheras. Todo esto implica un gasto de veterinaria un 50% menor. Con su gran inteligencia (superior al yeguarizo) se acostumbra a una rutina de trabajo y requiere un 40% menos de personal”, finalizó.
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