Ante el sabor amargo que mencionaron algunos miembros de la Mesa de Enlace, el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca advirtió: “Yo no soy empleado de los frigoríficos, ni de las entidades”
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Ante el sabor amargo que mencionaron algunos miembros de la Mesa de Enlace, que esperaban una flexibilización más profunda del cepo a la carne, el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Julián Domínguez -que se reunió con los representantes del campo ayer- sentó prioridades y les envió un mensaje. Dijo que “primero está el interés general y después los productores, las fábricas de carne y la exportación” y sostuvo: “Yo no soy empleado de los frigoríficos, de los productores, ni de las entidades. Somos esclavos de la voluntad popular y de lo que el presidente [Alberto Fernández] indicó. Ahí vamos a estar, defendiendo el interés general, a las discusiones técnicas la gente no las entiende”.
El funcionario que desembarcó nuevamente en la cartera agropecuaria la semana pasada se mostró inmutable ante los reclamos posteriores al encuentro que concluyó en la apertura de exportaciones a China y pidió que “no lo corran” con el cierre de las exportaciones. Recordó, también, su paso por el área durante la administración de la entonces presidenta Cristina Kirchner. “Yo abrí los negocios al mundo siendo ministro, yo creo en los negocios de la Argentina y para crecer necesitamos mayor productividad, mayor capacidad de trabajo de la exportación, pero fijando reglas claras y justas para todos”, sostuvo Domínguez, en Radio 10.
A pesar de destacar la importancia del diálogo, el ministro -que generó buenas expectativas en el agro cuando se incorporó al gobierno de Fernández- insistió con que “dialogar no significa ser empleado genuflexo o servido a los intereses de nadie” y advirtió a las entidades: “El mercado no va a condicionar las políticas, si saben que no somos liberales... Nosotros creemos en una política de acuerdo y de diálogo social para garantizar el interés general y el negocio de todos, pero primero el interés general”.
Domínguez definió a la carne como un “bien público cultural” y, entonces, puntualizó: “Lo que yo no voy a complicar con las medidas es el acceso de los argentinos a la carne”. Asimismo, remarcó: “Soy representante del pueblo que lo eligió al Presidente, a mi nadie me votó, el Presidente me eligió para que cumpla esa función, voy a administrar el interés general dialogando”.
No obstante, el ministro que articula la relación con uno de los sectores más difíciles para la Casa Rosada indicó: “Si no están de acuerdo, voy a salir al encuentro porque esa es la función, pero no es para hacer lo que los demás quieren, sino para lo que el interés general de la Nación requiera”.
Por otra parte, Domínguez aseguró que la liberalización del comercio de carne con China no impactará en los precios de venta para el consumo doméstico, ya que implicará aproximadamente unas 140.000 cabezas de ganado sobre un total de 53 millones.
“No es un tema económico de los frigoríficos y de las finanzas del país, es un tema de los productores más chicos que no pudieron vender. El productor más chico se aferra a la vaca como un bien, no hace negocios especulativas, los que especulan son otros”, justificó el funcionario en cuanto a la decisión tomada ayer por la gestión del Frente de Todos, que incluye también una mejora en las posibilidades de acceso al crédito.
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