Hace seis años se comía el equivalente a 58 kilos por habitante, muy por encima de los 49,7 kilos de junio pasado. Según el analista ganadero Diego Ponti, la Argentina debería crecer 3% por año en producción para alcanzar el objetivo de cinco millones de toneladas que pretende el Gobierno tanto para el mercado interno como la exportación
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Luego de que se conocieran los datos de consumo de carne vacuna de junio pasado, que según la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes (Ciccra) se ubicó en 49,7 kg/año, casi un 5% por debajo de igual mes de 2020, expertos del sector afirman que recién dentro de 15 años, en 2036, se lograría incrementar el consumo a 58 kilos por habitante por año, que fue el nivel de 2015.
En diálogo con LA NACION, Diego Ponti, analista ganadero de AZ-Group, señaló que las cinco millones de toneladas de producción de carne vacuna que pretende el Gobierno llevará mucho tiempo y que se alcanzará siempre y cuando se logre implementar un verdadero plan ganadero donde el crecimiento del stocks de hacienda sea “con reglas de juego claras para el productor”. El año pasado el país produjo 3,2 millones de toneladas de carne.
“Si la Argentina crece al 3% anual, que es el ritmo más elevado que se dio en Brasil en la década del 90, vamos a llegar en 2036 a esas cinco millones de toneladas que busca el Gobierno, con la idea que tres millones vayan al consumo interno (el resto para exportar). Pero si crece al ritmo que lo venía haciendo diez años atrás, vamos a llegar a ese volumen en 2042”, indicó.
“Si, en cambio, la Argentina crece al ritmo que lo hizo Brasil en la década anterior, las cinco millones de toneladas de producción se alcanzarán en 2052. Si lo hace al ritmo de Uruguay será recién en 2064. Aumenta la producción pero también la población”, añadió.
Para el analista, el consumo de carne depende directamente de la producción ganadera, independientemente que esté cara o barata. “La ecuación es simple: el consumo es producción menos exportación dividido la cantidad de habitantes”, indicó. Apuntó que “en todos los años electorales el precio de la carne baja”. Añadió que solo hubo dos excepciones: una en 2005 y otra en 2009.
En rigor, explicó cuáles fueron las causas por las cuales el consumo de junio pasado fue menor al mismo mes del año pasado. “La producción de carne vacuna de junio de 2020 fue de 272.000 toneladas y en junio de este año fueron 240.000 toneladas. Hay 32.000 toneladas menos. Cuando se analiza la exportación de este año, hay 50.000 toneladas estimadas para este mes contra 74.000 toneladas de 2020. Es decir, 24.000 toneladas menos. El año pasado para junio le quedó al consumo interno unas 198.000 toneladas de carne y este junio 190.000 toneladas. De ahí está el numero menor”, analizó.
Ponti destacó que la merma del consumo de carne vacuna vino siendo acompañada por un crecimiento de otras carnes alternativas, como la aviar y porcina.
“Las otras producciones crecieron rápido porque son sistemas más eficientes de conversión y la recuperación financiera tracciona de manera veloz, lo que lleva a una generación de dinero y de inversión acelerada. Sumando las tres carnes, el argentino consume 112 kilos de proteína animal cuando en los Estados Unidos, que es el mayor consumidor, es de 120 kilos por año por habitante. La diferencia es que allá el ingreso del PBI per cápita es siete veces mayor que el de la Argentina”, dijo.
Para el experto, no puede haber un plan ganadero con medidas restrictivas a la exportación porque se genera un desincentivo a la producción. “Al igual que en el mundo, la producción ganadera en la Argentina no crece rápidamente. Solo fue en Brasil, que años atrás puso en marcha un plan ganadero muy importante y logró aumentar su rodeo vacuno. En la última década, la tasa de crecimiento de la producción de carne en el país fue del 2,16% anual en promedio, con un panorama donde la hacienda dejó las regiones agrícolas para ir a campos menos fértiles”, detalló.
Por último, realizó un balance de cómo se comportaron la producción, la exportación y el consumo entre 2015 y 2020. “La exportación se cuadriplicó, la producción creció un 16% y el consumo interno cayó un 10% con respecto a 2015. En términos absolutos, en esos cinco años se creció en unas 705.000 toneladas exportadas, en 441.000 toneladas de producción, pero la aureola de ajuste es que se achicó en 263.000 toneladas el consumo interno (anualizado)”, finalizó.
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