Fernando Canosa, Darío Colombatto y Alejandro Palladino, autoridades académicas del 44to. Congreso de la Asociación Argentina de Producción Animal (AAPA) que comienza el miércoles próximo, analizaron en una entrevista con LA NACION, las tendencias de la actividad que se debatirán en el encuentro
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Como pocas veces antes, la producción de proteínas animales está bajo el ojo público. Aunque las cifras demuestren que la demanda de todo tipo de carnes está en aumento a nivel global, la preocupación por el cambio climático y las nuevas tendencias de los consumidores jóvenes ponen sobre la lupa a toda la producción animal.
Lejos de encerrarse en los claustros académicos e ignorar estos desafíos, los principales investigadores, docentes y técnicos del país se preparan para participar de esta conversación. Lo harán en 44to. Congreso de la Asociación Argentina de Producción Animal (AAPA) que se realizará desde el miércoles hasta el próximo viernes y que contará con la presencia de destacados expertos del exterior y la presentación de más de 300 trabajos inéditos de investigación que serán sometidos a discusión. En una entrevista con LA NACION, Fernando Canosa, presidente del Congreso, consultor ganadero y docente de dilatada trayectoria, y los docentes e investigadores y miembros del equipo académico del congreso Darío Colombatto y Alejandro Palladino, se refirieron a los principales desafíos que enfrenta hoy la producción animal.
-¿Por qué plantean quela producción animal tieneel desafío de adaptarse o morir en el intento?
-Darío Colombatto: El del Congreso fue un desafío intelectual duro porque teníamos que buscar temas candentes en los que pudiéramos encontrar referentes que echaran un poco de luz. Por ejemplo, con la relación ciencia-sociedad. Esto hace unos días lo vimos con los dichos de Charly Alberti (el exbaterista de Soda Stereo dijo que se estaban destrozando los suelos con la agricultura) fue muy interesante de alguna manera. Uno al principio se enoja mucho y después resulta que uno puede encontrar puntos de consenso si hay honestidad intelectual en el medio, y yo creo que la hay. Nosotros, desde la producción, podemos comunicar a un público no necesariamente informado y muchas veces prejuicioso, que estamos tratando de hacer las cosas de manera que nuestro sistema sea sostenible. Por supuesto que lo hacemos con un fin de lucro, pero sabiendo que nuestro principal activo es el suelo y la sostenibilidad, porque es lo que le vamos a dejar a las futuras generaciones. “Morir en el intento” significa que del otro lado hay gente con prejuicios y recelos de lo que hacemos en la vida rural.
Alejandro Paladino: -Hay una demanda por parte de distintos estratos de la sociedad. Hay espacios en los que la sociedad no está demandando un nutriente si no una experiencia y por otro lado hay mercados como Latinoamérica, Asia o África que todavía están muy lejos de lo que está pensando tipos como un Charly Alberti. La consigna es empezar a verlo desde la producción, y no hacerlo como a veces se plantea como una confrontación, sino del lado de tratar de entenderlo y adaptarse. Probablemente haya un porcentaje de la sociedad que va a comprar una experiencia, que quiere comprar un lomo con un QR que le diga de qué campo y quién era el productor. Y seguramente haya otro mercado que esté saliendo de la pobreza y deja de comer arroz y empieza a comer carne y no se cuestiona demasiado.
-¿Creen que habrá un fenómeno disruptivo y se reemplace la carne como la conocemos por sustitutos de laboratorio o vegetales? ¿Están viendo un riesgo?
-DC: En mi opinión personal, veo que la ganadería de rumiantes tiene la enorme ventaja que va a seguir utilizando el nicho de los pastizales naturales y de un montón de tierras que no son productivas desde el punto de vista agrícola, que sí son utilizables por el rumiante y no por el cerdo, el pollo u otras especies productoras de proteínas animales. Ahí es donde no hay lugar para que alguien diga “deben desaparecer los rumiantes del planeta porque de esa forma vamos a mitigar el efecto invernadero y el cambio climático”. Si ocurre, el problema que los pastizales se van a prender fuego y vas generar mucha más pérdida de carbono sin nada a cambio. Van a seguir aumentando estas ofertas de proteínas animales porque mucha gente prefiere consumir un concepto. Es muy interesante la versión vegana que dice ?no es que a mí no me guste la carne, lo que yo no quiero es que un animal sufra’.
-¿Por qué es interesante?
DC: -Me hace pensar de otra forma. Dicen ‘yo me comería un bife bárbaro, mi problema está con el sufrimiento del animal’. Ese tipo de argumentos es el que me sirve para pensar. ‘Ah, esta persona tiene un punto’. Lo mismo me lleva a relacionarlo con el que va a hacer cultivo de laboratorio, que explique realmente cuál va a ser la huella de carbono de eso, y que explique cómo hace para hacer crecer una célula fuera del animal sin ponerle hormonas y anabólicos porque la vaca los tiene naturalmente y ellos lo van a tener que poner de afuera. Para esos mercados que quieran comer carne, sin comer carne, va a existir probablemente esa fuente de proteínas alternativas. Si yo pudiera hacerle proteínas para aquellos que no tienen acceso a esa proteína verdadera, gente de muy bajos recursos que, por ejemplo, pudiera armarla una “píldora de proteína animal” en una forma amigable, me encantaría hacerlo. Se podría alimentar al planeta en lugares donde no hay forma económica de llegar.
Fernando Canosa: -Quienes estudian los grandes números del mundo han llegado a la conclusión que al ritmo de crecimiento económico que vamos no hay posibilidades biológicas de abastecer toda la demanda de carne que se viene. No hay lugar en el mundo para producir todo eso. Aparece un negocio detrás de eso que es poder dar todos esos productos sucedáneos. Esto no me preocupa, porque es por la escasez de productos de proteína animal que ya empieza a haber en el mundo. Y esto va a cubrir una demanda insatisfecha en todo el mundo con productos que cuando la gente los pueda largar los va a largar porque son artificiales Este tema de las proteínas vegetales y cultivadas van ocupar un espacio y punto, pero no para volverse locos.
AP: -Hay más ruido que nueces.
DC: -Está bueno debatir eso, pero no poniendo una barrera infranqueable de entrada. Si no decir “qué bueno que está esta alternativa, evaluémosla seriamente sin ideología o sin prejuzgamiento y démosle el lugar que corresponde”. Es lo mismo que el desafío de ciencia y sociedad.
-¿A qué se refieren con este desafío?
DC: -Nosotros solemos hablar en difícil y no dar mensajes claros, lo digo como científico. Esa es una autocrítica que uno se da cuenta cuando sale del claustro y empieza a hablar con productores o con gente común. No es cuestión de convertirnos en el “hombre slogan”, pero sí saber bajar a tierra para dar mensajes entendibles.
-En relación con las preocupaciones sobre el ambiente, cuando se dice que el modelo ganadero de los países del Mercosur es sostenible, ¿Qué debería hacer un productor que quisiera mejorar en ese aspecto?
FC: -Nuestra ganadería es sostenible desde su génesis, no tenemos que hacer grandes reformas como tiene que hacer Europa. Ese es el punto de partida.
DC: -Nuestro sistema es pastoril por definición Y está basado en pastizales naturales y en pasturas que rotan. Y estamos volviendo a la vieja y querida rotación con la agricultura en muchos lugares agrícolas puros porque los algunos ?agrícolas puros’ empezaron a darse cuenta que sin la rotación perdían algunos tipos de calidad de los suelos, algunas cuestiones como estabilidad estructural del suelo y materia orgánica. En el 95% de su tiempo, el animal está parado sobre pasto. Después tenemos una etapa de encierre a corral que solamente pretende darle un nivel de terminación adecuado y uniformar el grado de terminación del animal y algunos aspectos de calidad como el color de la grasa que demanda el consumidor argentino. Está en nosotros aumentar la eficiencia de muchos de los procesos, especialmente de la cría y la recría que vienen siempre un poco más relegadas con respecto a la terminación para que cada vaca que esté pastando en nuestros pastizales naturales me entregue un ternero por año y así, lo que se llama intensidad de emisiones, la cantidad de litros de metano que se emiten como proporción o por kilo producido de carne sea cada vez menor. Ahí es donde tenemos que apuntar, que es un trabajo de largo plazo. El otro punto es la resistencia a los microbianos en la producción animal. No quiero que en el futuro sea otro problema como el glifosato u otros antiparasitarios que creamos y desarrollamos la resistencia nosotros mismos. Tenemos que atacar el problema antes que sea algo serio.
AP: -Planteamos siete desafíos, pero podrían haber sido más. Estamos lejos de plantear una solución a cada uno de los temas que planteamos. Esto es empezar a poner sobre la mesa la complejidad en su conjunto. Porque en general los que trabajamos con rumiantes somos atacados por un aspecto, pero las cosas son más complejas. Por ejemplo, en el caso de los sistemas pastoriles, tenemos el caso de Irlanda, que tiene una contaminación altísima por nitratos. Y uno puede ser muy amigable con el medio ambiente teniendo un sistema estabulado y utilizando subproductos de la industria que de otra forma irían a la basura. ¿Qué se haría con la cáscara de soja si no existieran los rumiantes? Probablemente se quemaría en un horno. ¿Qué se haría con toda la pulpa de citrus o el bagazo de caña de azúcar? No es solo estar apalancando la producción con rumiantes sino estás permitiendo que la otra industria siga produciendo. ¿Cuál es el impacto que se desarme un pueblo que vive de la ganadería y termine en el tercer cordón del AMBA? El problema es mucho más complejo. Hay dos miradas: una de corto plazo, uno de los mensajes y otro de largo plazo. Tenemos que sentarnos a dialogar con los que toman las decisiones, tanto los consumidores como políticos. A quienes hacen las leyes para 20 a 30 años.
No es cuestión de ponernos a la defensiva, es ver qué estamos haciendo mal, qué estamos haciendo bien y ver los puntos de mejora. Y aquellas prácticas que no son buenas, dejar de hacerlas. Nuestro objetivo es que se haga un debate honesto, claro y con datos, de cara a la sociedad, en un marco en el que los beneficiarios sean todos, no solo del productor.
Expertos
“Armamos un congreso no para bailar entre primos sino para abrirlo a toda la comunidad”, dice Fernando Canosa, presidente del Congreso de AAPA. Bajo el “El futuro desafía a la producción animal” se realizarán conferencias magistrales y se presentarán más de 300 trabajos de investigación inéditos con debate entre especialistas.
Participarán destacados especialistas de EE.UU., Australia, Nueva Zelanda, Canadá, Reino Unido, Suecia, Finlandia, Brasil, Uruguay y de la Argentina. “Es la única institución que reúne a técnicos, gente que está en la educación, en la universidad en el INTA y en el sector privado donde se genera toda la tecnología que tiene que ver con la producción animal, tanto de carne de leche, lana, pelíferos”, añade y explica: “nos parecía que era un desperdicio que esto fuera consumido solo dentro de quienes generan ciencia y que sea conocido por todos La idea es que el congreso de AAPA sea un hito en la producción ganadera del país”.
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