La Mesa de Enlace junto a frigoríficos, productores exportadores, sindicatos y consignatarios de ganado pidieron en un documento conjunto que el Gobierno normalice el mercado
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“Todos perdimos”. Con esa premisa, este mediodía los distintos eslabones de la cadena de la carne firmaron un documento en el predio de Palermo de la Sociedad Rural Argentina (SRA) para pedirle al presidente Alberto Fernández el fin del cepo a las exportaciones de carne vacuna.
El cepo que limita al 50% las ventas al exterior fue dispuesto por el Gobierno hasta el 31 del actual, pero en el decreto que lo estableció se reservó la posibilidad de prorrogarlo hasta fin de año, algo que rechazan en el sector. Antes de frenar las ventas al exterior, incluso desde abril pasado el Gobierno puso en marcha un registro para exportar para controlar la actividad.
“En base a las promesas incumplidas por funcionarios de este Gobierno, le solicitamos al presidente de la Nación Alberto Fernández que revea la serie de medidas y decisiones administrativas tomadas, y retrotraiga la normalización de los mercados a principios del mes de abril”, puntualizó en el documento la Mesa de Enlace (Sociedad Rural Argentina, Federación Agraria, Coninagro y Confederaciones Rurales Argentinas) junto a la Federación Gremial del Personal de la Industria de la Carne y sus Derivados, la Cámara Argentina de Consignatarios de Ganado, la Cámara de Productores de Carne Vacuna, el Centro de Consignatarios de Productos del País, el Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas (ABC), la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (Fifra), la Unión de la Industria Cárnica Argentina (Unica) y la Asociación de Productores Exportadores Argentinos (APEA).
Si bien el sábado pasado se publicó en el Boletín Oficial una flexibilización para las ventas de carne kosher a Israel, en donde se agregaron unas 3500 toneladas, para el sector la normativa está incompleta porque no incluyó la carne de vaca para China, como lo había prometido el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas. Las ventas a China están cuotificadas dentro del cupo del 50%, pero el sector aguardaba una flexibilización.
“Perdimos los productores porque cayó el precio de la hacienda y subió la incertidumbre. También cayó la inversión en producción forrajera y genética. Perdimos los consignatarios porque el volumen comercial fue menor”, describe el documento que firmaron los integrantes de la cadena de la carne.
“Perdimos los industriales y exportadores porque el menor volumen de faena incrementa el costo operativo y daña, una vez más, la imagen de la carne argentina en los mercados. Perdimos los trabajadores por menor actividad industrial. Perdimos los consumidores porque la carne no bajó de precio. El país perdió por menor recaudación de impuestos e ingreso de divisas”, añade el texto.
José Alberto Fantini, titular de la Federación Gremial del Personal de la Industria de la Carne y sus Derivados, luego de aclarar que era peronista dijo que lo que está pasando con el cepo a la carne “toca a todos” e indicó que está confiado que el Gobierno “va a tener que entender que las medidas de corto plazo no sirven para nada; acá necesitamos medidas a largo plazo que nos contemplen a todos”.
“Siempre las cosas se cortan por lo más delgado, que en este caso son los trabajadores. Los trabajadores empezamos a sufrir porque si bien no hay despidos masivos, lo que sí hay es reducción de salarios porque cobramos por productividad. Queremos hacerle entender al gobierno de Fernández, que es de mi partido, que estas cosas no nos llevan a nada, solo a perder fuentes de trabajo y a que la carne siga aumentado”, dijo.
“No queremos que se equivoquen más, y más con la gente. Cuando un trabajador tiene problemas no tenemos ningún empacho en decirle por más que sea de mi partido de lo que estamos sufriendo. Todavía tengo esperanzas que el Gobierno recapacite y debe entender que estas cosas no sirven. Es un populismo mal entendido. Por eso tenemos que negociar todos juntos: los empresarios, trabajadores, consignatarios. Entre todos hemos apostado al diálogo para que se termine el cierre a las exportaciones”, agregó.
Por su parte, Mario Ravettino, presidente del Consorcio de Carnes ABC, quien estuvo en las negociaciones de cerca con el Gobierno, dijo que las autoridades dieron una señal liberando volúmenes a Israel. “Lo del Kosher fue algo parcial, tenemos que esperar estos 10 días para ver qué determinación toma el Gobierno y, en virtud de eso, nosotros vamos a dar una respuesta. Pedimos que el Gobierno recapacite para terminar con esto cuanto antes”, afirmó.
En cuanto a la reunión con la cadena, Nicolás Pino, presidente de la Rural, precisó que fue “un muy buen encuentro” porque se ha logrado en poco tiempo juntar a todos los eslabones de la carne. “Coincidimos que el problema lo padecemos todos con esta cuotificación de las exportaciones. Liberar las exportaciones es un camino virtuoso para toda la Argentina”, aseguró.
En esa línea, Fernando Herrera, presidente de APEA, rescató la foto grupal simbólica que se sacó toda la cadena cárnica: “Le estamos dando un mensaje al Gobierno y la sociedad de un sentido de unidad”.
Días atrás, los dirigentes ruralistas habían rechazado un cese de comercialización pedido por productores autoconvocados. En este contexto, Gabriel de Raedemaeker, vicepresidente de CRA, remarcó que, si no se llega a levantar el cepo, sería “la chispita” que está faltando para que se genere una protesta visible. “Llámale cese de comercialización, llámale movilización, estamos tratando de poner paños fríos a lo que están reclamando los productores, esperando que hoy se abran las exportaciones y mientras tanto van pasando los días”, señaló el dirigente.
“Lamentablemente el Gobierno se está tomando todo el tiempo para revertir una medida equivocada. Nuestra apuesta ha sido tratar de evitar una situación de mayor conflictividad social de la que ya está viviendo el país. Indudablemente si esto se prorroga, esto va a ser la chispita que falta para que esa muestra de descontento que tiene toda la cadena sea haga presente. La protesta ya no sería solo de la producción sino de toda la cadena que se ve perjudicada”, añadió.
En tanto, el consignatario Carlos Colombo señaló que cuando le pegan a un eslabón de la cadena afecta al resto: “Son economías productivas de largo plazo. Para producir un novillo de exportación se tarda cuatro años para que termine en las góndolas del mundo”.
En tanto, Daniel Urcía, de Fifra, señaló que existe un desacuerdo de toda la cadena con la medida tomada. Asimismo, recordó que a partir del 1º de septiembre próximo las plantas nuevas necesitarán cupos para que puedan vender al menos un contenedor al mes: “Eso aun tampoco fue resuelto por Kulfas”, indicó.
Para de Raedemaeker, escuchar a los trabajadores hablar en la misma sintonía y en el mismo idioma contra el cepo a la carne fue lo más destacable de la reunión. ”Hoy fue una lección de convivencia que ojalá se pueda trasladar a otras cadenas. Es momento de dejarnos de mirar de reojo y empecemos a planificar de verdad”, indicó.
Por último, el documento señaló que “el Gobierno debe dictar reglas claras que permitan dar previsibilidad a una actividad con ciclos biológicos de largo plazo y no generando más incertidumbre y pérdidas en la economía”.
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