En Gobernador Mansilla, Entre Ríos, 28 productores apuestan a la carne ovina con una propuesta diferenciada
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“Desde que nació la idea fue un continuo recomponer sobre la marcha”, dice Ricardo Garzia, presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA) en la localidad entrerriana de Gobernador Mansilla, cuando describe cómo fue la evolución del proyecto de poner en marcha un frigorífico ovino en la zona.
Todo comenzó en mayo de 2012, cuando en pos de potenciar la actividad de los pequeños productores de esa región, la delegación de la FAA creó la Cooperativa Federada Gobernador Mansilla. En un principio, los 28 miembros de la cooperativa pensaron reflotar el viejo frigorífico de la ciudad a medio terminar para crear agregado de valor a la producción bovina, pero enseguida entendieron que el negocio de ese tipo de mercadería se manejaba de manera corporativa y se haría difícil para ellos llevarlo a cabo.
Fue ahí que decidieron virar, dejar de lado la carne vacuna y enfocarse en la producción ovina. En 2014 compraron esa planta de faena abandonada en los años 60 para allí desarrollar el procesamiento de carne ovina y caprina. De la mano de la ley ovina que los ayudó a financiarse, adquirieron equipamiento para la planta, mientras reconstruían el edificio.
“Había una necesidad de los pequeños y medianos productores de dejar de colocar su producción de manera estacional, en las Fiestas de Fin de año. También sumar a la faena otros tipos de animales con una manera diferente de ofrecer la carne ovina en el mercado”, dijo Garzia.
“Avanzar hacia la desestacionalización de la faena, abrir el abanico de tipos de animales a faenar y cambiar la forma de ofertar la carne ovina envasada al vacío eran tres desafíos que teníamos por delante”, añadió.
De a poco y con mucho esfuerzo, las obras y la compra de los equipos de frío iban dando forma al emprendimiento. Llegó el 2020 y para cuando todo estaba en óptimas condiciones, comenzaron con los trámites para la habilitación y poder operar.
En julio pasado, consiguieron la habilitación para la comercialización en los límites de la provincia y en diciembre del 2020 realizaron su primera faena y comercialización de la mercadería en distintas localidades de la zona. Esa primera faena fue cercana a los 400 animales. “En un principio la gente lo compró como novedad pero luego los carniceros nos dijeron que la mercadería no salía de manera frecuente”, describió.
Fue así que con los socios decidieron redireccionar el proyecto y darle un nuevo destino a la mercadería que ya tenían en las cámaras. “Como hoy nosotros estamos en condiciones de hacer ciclo uno, dos y tres, con una lenta salida del envasado al vacío, encontramos en los embutidos la manera de colocar esa carne que no pudimos vender. Nunca imaginamos que íbamos a ir por ahí”, detalló.
“La idea de siempre fue darle regularidad y continuidad a los productores que están produciendo cordero pesado, borrego o capón de unos 50 kilos por animal vivo”, aclaró.
Para Garzia, la falta de promoción sumado a la falta de costumbre en el consumo diario en las familias hace que este tipo de carne los aleje de su objetivo “al menos por ahora”.
“Necesitamos que se incorpore a la mesa diaria. Asimismo, debemos trabajar para conseguir lo antes posible la habilitación para el tráfico federal que va a traccionar y acelerar para que el proyecto crezca. Hay un interés y demanda en otras provincias como en Buenos Aires”, indicó.
“Para esto debemos hacer otras inversiones tales como una caldera, un digestor y pequeñas modificaciones edilicias como el techo en los corrales, una sala de necropsia y un equipo más de frio. La inversión que necesitamos es de seis millones de pesos”, añadió.
Garzia destacó que hoy la planta tiene capacidad para procesar 100 animales de 50 a 60 kilogramos por día, lo que representa una producción diaria de 3000 kilos. Anualmente se estima la faena de unos 36.000 animales.
Producción ovina
Según el dirigente, la cooperativa arregló un valor al gancho con los productores que va de los $250 a los $300. Por otra parte, detalló que en la planta están trazando las carnes de las distintas razas y de sus cruzamientos que ingresan para que le sirva a los productores para proyectar su majada.
“Los precios son parecidos al de la carne vacuna pero la producción ovina tiene muchos mejores números. Si bien se trabaja mucho más, producir un kilo ovino es más eficiente y el porcentaje de preñez está en el 100% en la señalada”, dijo.
“La cantidad de kilos de carne por hectárea y por año es superior al de la vaca y otra de las ventajas es que se adapta a pequeños y medianos productores. Tenemos mucho para dar y mejorar”, describió.
Por último, indicó que es un proyecto a largo plazo, pensado en la rentabilidad de los productores como herramienta que complete la colocación de los corderos pesados. “La puesta en marcha de la planta frigorífica es de gran importancia en el desarrollo de toda la cadena. Sabemos que la comercialización aún están en pañales pero con ganas de comenzar a gatear”, finalizó.
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