En Córdoba los productores hablan de reducir las inversiones “a lo imprescindible”

CÓRDOBA.- El voto del campo cordobés le ha sido tradicionalmente adverso al kirchnerismo. Las preferencias se dividieron -hasta ahora- entre Juan Schiaretti para el cargo de gobernador y Juntos por el Cambio (JxC) para legisladores nacionales y presidente. En las PASO el Frente de Todos quedó tercero en la provincia, por detrás de JxC y del peronismo cordobés, un esquema que podría repetirse en noviembre.

Hugo Biga es productor en Marcos Juárez -sudeste cordobés, 70% agrícola y 30% ganadería- y entiende que el campo debería reducir sus compras “a lo imprescindible” en un contexto de medidas que castigan al sector, tanto en lo específico como en lo general. En su caso, ya sembró trigo y maíz, pero decidió no hacer maíz de segunda siembra próximamente.

“Con las decisiones que toma se aumenta el área de soja, un cultivo con más valor y más retenciones”, graficó. Insiste en que esa carga tributaria debería bajar paulatinamente con lo que la producción (de todos los granos) podría llegar a 200 millones de toneladas “con el efecto derrame que eso tiene en el interior, incluyendo trabajo genuino”.

Planteó que con el límite al maíz y los informes que ya advierten sobre una baja del precio internacional el productor “que pensaba hacer de segunda, lo deja. No quiere quedar prisionero de si abren o cierran la exportación. Es lo mismo que lo que pasó con las restricciones a las exportaciones de carne, se logra un efecto contrario al que se busca. Son historias repetidas”.

Biga señaló que el desdoblamiento cambiario de hecho que hay en el país lleva a una suba de precios de los insumos y también a algunos faltantes: “Hace meses que no hay cubiertas agrícolas ni repuestos específicos; en agroquímicos hay faltantes. Hace unos meses que los precios empezaron a seguir más de cerca el incremento del dólar; por ejemplo, los fertilizantes”. Mencionó que comprar implementos agrícolas como una inversión también “se complica”.

“Es momento de que también la industria se ponga los pantalones largos; si lleva 70 años amortizar un campo, los que hacen esas inversiones vienen de otros sectores”, reflexionó.

Incertidumbre

Fernando Bodritto es productor y asesor en la zona de Las Varillas, Alicia, San Antonio de Litín, Cintra, una región en la que los tamberos en su mayoría se transformaron en agrícolas. Apuntó que la incertidumbre es “muy grande” y que es un “problema planificar y producir; ya se están planteando problemas de cara a la próxima cosecha, cuando la campaña recién empieza”.

En ese contexto, explicó que las inversiones están “frenadas”. A los más chicos les queda “comprar insumos que es una manera de posicionarse en dólares” y el resto “espera a ver si hay una operatoria en dólares; el que vende un campo quiere dólar billete”.

Coincidió en que la falta de dólares que traba las importaciones y el aumento del paralelo está “haciendo muy compleja” la entrega de insumos como herbicidas. El fertilizante urea, por ejemplo, duplicó su precio en tres meses.

“Los productores con los que trabajo están analizando qué hacer con el maíz de segunda -agrega Bodritto-. Uno ya decidió no hacer; otros miran cómo cambiar la rotación para mantenerla aunque es probable que se achique la superficie destinada a maíz. Es un momento de una estrategia más defensiva, que busca salvar la ropa”.

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