La medida es por 30 días pero aclara que podría levantarse antes si se verifica un “normal abastecimiento a precios razonables”; exceptuaron a las cuotas que recibió la Argentina
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El Gobierno formalizó hoy el cierre de exportaciones de carne vacuna dispuesto el lunes pasado por el presidente Alberto Fernández con la excusa de bajar los precios de este producto.
A través de la resolución 75 del Ministerio de Agricultura de la Nación, que conduce Luis Basterra, se decidió por 30 días, desde la entrada en vigencia de la norma, la suspensión de la aprobación de solicitudes de Declaración Jurada de Operaciones de Exportación de Carne (DJEC).
Esto último se trata del registro para exportar que el Gobierno puso en marcha hace dos semanas para controlar la subfacturación en la exportación de carne y vigilar el cumplimiento de los acuerdos de precios en el mercado interno. Desde el campo se insistió que las DJEC se crearon para el fin ahora declarado: trabar las ventas al exterior.
La oficialización del freno a las exportaciones se conoce cuando el campo ya está realizando el cese de comercialización de hacienda que se extenderá hasta el 28 del actual en rechazo por el cepo a la carne.
La norma exceptúa de la medida a las cuotas que recibió la Argentina, como es el caso de la cuota Hilton de 29.500 toneladas a Europa con cortes de alto valor comercial, la cuota 481 (de carne con hacienda terminada en feedlot) y el cupo de 20.000 toneladas que Estados Unidos le otorgó al país.
Los considerandos de la resolución apuntan al supuesto efecto que los precios internacionales habrían tenido sobre el mercado local.
“El actual avance del mercado exportador de carnes, sus precios han experimentado un alza sostenida, producto de la creciente demanda de dichos productos, principalmente por parte de los mercados asiáticos”, dice en referencia a China, que compra el 75% de la carne que vende la Argentina.
Precios
“Esta situación ha generado que los precios internos acompañen los de exportación de la carne vacuna, en contexto donde el precio mundial de los alimentos ha aumentado significativamente”, agrega.
También cita que “según lo informado por el Ministerio de Desarrollo Productivo surge que en materia de comercialización de los productos cárnicos de origen bovino existe una distorsión de precios que superan los índices generales de inflación en materia de alimentos y que impiden el normal abastecimiento de los consumidores y las consumidoras del mercado interno”.
Además, en los considerandos se menciona la situación derivada de la pandemia como otro de los motivos para el freno a la exportación.
La norma, en tanto, abre la puerta a que el plazo de los 30 días, que califica de “razonable”, pueda ser menor. Al respecto, dice: “La suspensión antes indicada, podrá darse por concluida una vez que se verifique el normal abastecimiento, a precios razonables y conforme los acuerdos alcanzados...”.
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