El dato se desprende de una encuesta online del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva); solo entre el 16% y el 18% de la gente apoya la metodología vegana
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Siete de cada diez personas en el país creen que las acciones “provocadas” por activistas veganos o ambientalistas contra la carne vacuna no derivarán en un menor consumo de ese producto. Entienden que “no son efectivas”.
El dato se desprende de una encuesta online sobre 1100 casos realizada por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva) a través de un panel online.
“Solo entre el 16% y el 18% de la gente apoya el accionar vegano, mientras que la gran mayoría no lo apoya o le resulta indiferente. El mismo activismo juega en contra de sus propios intereses que es precisamente convencer a la gente que abandone el consumo de carne”, detalla el informe que hicieron Adrián Bifaretti y Eugenia Brusca, del Departamento de Promoción interna del organismo, en relación con la encuesta.
Según el estudio, la mayoría de los argentinos piensan que los veganos son de hecho quienes más fomentan la grieta alimentaria y quienes poseen una mentalidad menos abierta e inclusiva que los carnívoros.
“El 5% de los argentinos, si contabilizamos veganos y vegetarianos, no actúa en forma neutra sino que pretende imponer sus creencias y hábitos tratando de convencer y persuadir a la mayoría omnívora apelando al miedo y a la culpa”, señala el documento.
Para los expertos del Ipcva, la grieta alimentaria empieza así a tomar forma con una polarización creciente en el modo en que cada uno manifiesta su propia forma de alimentarse. “La grieta les es funcional, porque en el medio de ambas posturas existe un 30% de la población que sería como esos votantes indecisos de las elecciones, que al final terminan siendo decisivos”, destacan.
“Si este segmento ve que hay personas que se expresan con convicción para intentar cambiar el mundo y enfrente un sector que reacciona peleando, discutiendo, polemizando, no van a tomar partido por este último, lo harán por los que buscan trascender imponiendo sus ideas”, agregan.
Bifaretti y Brusca se interrogan sobre por qué debe la carne meterse “en el barro de una discusión sin sentido común”.
“Hoy muchos involucrados al negocio de la carne, piden que se salga a romper lanzas, a devolver las trompadas, a pelear con aquellos que están impulsando otra forma de comer, que se salga con los tapones de punta”, indican. Sin embargo, alertan que con eso se cometería un grave error, “porque los más jóvenes no se bancarían una campaña anti vegana” donde “solo aceleraría el tránsito de aquellos flexitarianos hacia el veganismo como destino final”.
“El asado no es una parrilla repleta hasta el cuadril con carne, es un paisaje en el que conviven choclos, morrones, cebollas, berenjenas y la lista podría seguir. Que no se quede nadie afuera del plato. Que no se quede nadie fuera de la mesa de cualquier asado. Al contrario, tenemos que estar todos alrededor del clásico asado argentino. El asado traza puentes y nos une”, reflexionan en el informe los autores tras analizar los resultados de la encuesta.
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