La baja del 30% del precio para algunos cortes de carne vacuna sería con un alcance acotado sobre el consumo total de este producto. Así lo aseguraron, en diálogo con LA NACION, distintas fuentes del negocio cárnico, quienes señalaron que el acuerdo rubricado con cámaras de la industria frigorífica no tendrá mayor impacto, ya que solo cubriría por mes en volumen no más del 3% del mercado interno y los sectores más postergados, a quienes se busca beneficiar, podrían tener dificultades para acceder al beneficio.
El acuerdo de ayer entre el Gobierno y la industria de la carne tendrá una primera etapa hasta fin de marzo con precios hasta casi un 30% por debajo de diciembre pasado para ocho cortes que llegan a 10 sumando dos productos que estaban en Precios Cuidados.
A esta iniciativa se incorporaron el Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas (ABC), la Cámara Argentina de la Industria Frigorífica (Cadif), la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales (Fifra), la Unión de la Industria Cárnica (Unica) y los supermercados agrupados en la Asociación de Supermercados Unidos (ASU). El acuerdo involucra unas 6000 toneladas por mes y 1500 bocas de expendio con grandes cadenas de supermercados.
"El volumen en juego es muy bajo. Le sirve al Gobierno solo para marcar una guía y mostrar que se está mirando el precio de la carne, pero en la realidad no influye. Es más simbólico y para los medios", aseguró Fernando Gil, socio consultor de Agroideas.
En tanto, el presidente de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes (Ciccra), Miguel Schiariti, indicó que la medida no va más allá de una "publicidad gubernamental" sin incidencia en el comportamiento del mercado. "Los sectores más postergados no compran en las grandes cadenas, ese es un argumento sin ningún fundamento", comentó.
En ese sentido, el analista de ganados y carnes de la consultora AZ-Group, Diego Ponti, resaltó que uno de los principales problemas es la falta de segmentación: "Al estar a disposición de todos los consumidores por igual, el objetivo resulta muy difícil de lograr. Hay herramientas, como la Tarjeta Alimentar, que permitirían llegar más fácilmente a aquellos sectores que más necesitan de los descuentos".
Por su parte, el ingeniero agrónomo Néstor Eduardo Roulet también estimó que el impacto real de la medida será bajo. "Hay que tener en cuenta que, en lo que tiene que ver con el consumo interno de carne vacuna, estamos hablando de un total de 200.000/300.000 toneladas por mes, cuando el acuerdo incluye solamente 6000 toneladas", señaló.
Para Roulet, la medida incide únicamente en el 3% del mercado interno y deja al 97% restante con los mismos precios que antes. "Lo que le va a llegar a la gente necesitada es muy poco. Lo más complejo es el tema de la distribución. Es que de cuatro millones de personas de bajos recursos, a lo sumo lo podrán aprovechar 10.000, que son quienes concurren al Mercado Central".
"La realidad es que la carne en la Argentina es muy barata. El problema, en todo caso, es el bajo poder adquisitivo de la gente. A mí lo que me preocupa es que después, si el acuerdo no logra los objetivos planteados, se le termine echando la culpa al productor y eso sea la excusa perfecta para intervenir en el mercado", advirtió.
La carne en la Argentina es muy barata, el problema es el bajo poder adquisitivo de la gente
Por su parte, el consultor ganadero Victor Tonelli elogió el acuerdo alcanzado y aseguró que el análisis no debe centrarse únicamente en su impacto en el consumo interno en su conjunto: "La baja de precios está dirigida al segmento de menor poder adquisitivo de la población, por eso el efecto podría llegar al 15 o el 20% de los consumidores, si uno se fija en el público objetivo involucrado".
"Como el acuerdo incluye a los supermercados, al propio Mercado Central y sobre todo a las cadenas de carnicerías integradas de muchos de los frigoríficos, está asegurada la promoción y la oferta. Eso tendrá un enorme poder de amplificación de precios que obligará a que el resto de las carnicerías minoristas que no acompañen no puedan alejarse demasiado porque quedarían afuera del mercado", agregó.
A diferencia de Roulet, Tonelli se mostró optimista respecto a las implicancias políticas que puede traer la medida. "Un acuerdo como este genera un diálogo positivo y yo creo que ese es el camino. El sector privado y el sector público se pusieron de acuerdo, defendiendo cada uno sus intereses, algo completamente distinto a lo ocurrido con el maíz. Si pudiéramos hablar al momento de tomar decisiones, la verdad es que estaríamos en otro mundo", apuntó.
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