En cebada, entre otros puntos, las malezas y la nutrición son aspectos que se deben analizar
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Soy responsable de producción agrícola de Alea y Cía. SA., donde sembramos cultivos convencionales y algunos especialities, con base productiva en el sudeste y sudoeste de la provincia de Buenos Aires, y llegamos hasta el norte de esta, con siembras asociadas y propias. La mayor parte de la superficie la destinamos a cebada y girasol.
Ya finalizada la siembra de cultivos de invierno en el sudeste y sudoeste bonaerense y a pesar de que hace años que venimos produciendo cebada cervecera, esta campaña presenta características particulares respecto a otras, con variantes más que interesantes, que nos obligan a pensar más que nunca las estrategias, las cuales queremos compartir. Los frentes más importantes que atacamos a la hora de producir cebada son tres, que en su conjunto no son más que una parte importante del manejo de cebada. Manejo de malezas, nutrición y sanidad. Vamos a charlar solo acerca de malezas y nutrición.
En cuanto al manejo de malezas en la zona tenemos dos grandes problemas, el raygrass resistente y la nabolza, lo que nos lleva a analizar diferentes estrategias productivas, y un importante aumento de los costos. Por lo menos en nuestra zona, ya no es necesario casi comparar campos con y sin estas malezas, están presentes en el 95% de nuestros lotes. Sobre todo, raygrass.
Por supuesto que a esta problemática hay que atacarla mucho antes de la siembra, los pulsos de nacimientos de ray gras arrancan a partir de marzo y los de nabolza ocurren durante todo el año. Muchas veces la limitante para atacar esta problemática es la posibilidad de entrar a los lotes, sea por antecesores, o en campos arrendados por tener la posesión demasiado tarde. Por lo he las estrategias van cambiando.
En el peor de los casos, que es entrar tarde al lote, en general estamos utilizando la estrategia de doble golpe, donde en ella primera aplicación entramos con graminicidas hormonales glifosato y por supuesto un coadyudante de calidad, tengamos en cuenta que cuando tenemos las dos problemáticas los hormonales producen antagonismo en los graminicidas, por lo cual subimos la dosis, y a su vez, aunque las malezas sean resistentes a glifosato, lo utilizamos como conductor y para sumar otro principio activo.
Una vez aplicado el lote esperamos entre 12 a 18 días para la segunda aplicación donde utilizamos en general productos de contacto y residuales según la problemática. Muy importante es esperar los días recomendados según zona y materia orgánica del suelo entre la primera aplicación y la siembra. Ya una vez logrado el cultivo, siempre con monitoreo y reconocimiento de la problemática.
El monitoreo no solo debe ser de las malezas presentes, sino también del estadio fonológico, estado del cultivo y la probabilidad de ocurrencia de heladas o fríos intensos. Tomamos la decisión de con que productos entrar dentro de cada cultivo, teniendo muy en cuenta los momentos de los cultivos y conociendo la probabilidad de fitotoxicidad.
Como mencionamos anteriormente, cuando planificamos la nutrición, apuntamos a rendimiento y calidad de cebada cervecera. El panorama de esta campaña es bastante particular, por un lado, por tercer o cuarto año consecutivo, los niveles de nitrógeno en el suelo son muy bajos. Si a esto le sumamos que los precios de los fertilizantes aumentaron respecto a la última campaña, tenemos una situación compleja.
¿Cómo vamos a encarar esta situación?
Con una estrategia que tenga mucha agronomía, creemos que es clave tener en cuenta los datos de análisis de suelo, pero también conocer los ambientes y el potencial de estos. No solo ver la foto sino seguir la película. Conocer la demanda de nutrientes de cada ambiente, nos permite ser más eficientes. En campos quebrados o con impedimentos de profundidad de suelo, los cuales hacen que los ambientes en cada lote sean muy heterogéneos, estamos avanzando con aplicaciones de urea ambientadas logrando muy buenos resultados económicos, mejorando la eficiencia productiva. Desde Alea creemos que este camino es clave para la sustentabilidad del sistema.
Por otro lado, las aplicaciones de nitrógeno divididas mejoran la eficiencia, y nos permite tener una posibilidad de corrección con un panorama más claro en el tiempo, para esto lo que hacemos es una fertilización de base, una franja de suficiencia, que usamos como testigo, podamos ver el avance de esta franja respecto al lote en general. Y según las condiciones climáticas y el estado del cultivo, hacemos una segunda aplicación con mayor precisión y efectividad.
El autor es gerente de producción de Alea
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