Torres, el chico al que le cambiaron el apellido en la camiseta, pero construye su identidad a puro gol

IBARRA, Ecuador.– No oculta su admiración por Carlos Tevez. Se le ilumina el rostro, le brillan los ojos cuando habla del Apache, con quien compartió entrenamientos en Boca.Marcelo Torres mostró en su debut con la camiseta de la selección Sub 20 tres rasgos que se identifican a pleno con los últimos ídolos que tuvieron los hinchas xeneizes: frente a Uruguay anotó un gol con el sello de Tevez, otro con la marca registrada de Palermo y en las celebraciones el recuerdo viajó hacia Riquelme. El artillero de la reserva que dirige Rolando Schiavi fue uno de los nombres sorpresa en la nómina de 23 futbolistas que eligió Claudio Úbeda para el campeonato Sudamericano, clasificatorio para la Copa del Mundo de Corea del Sur. “Es un jugador con mucho potencial. Tiene fortaleza física, es técnico y con capacidad goleadora, a pesar que no ocupa la posición de delantero centro. Es un extremo, pero con olfato de gol”, lo define el DT de la Sub 20.

Antes de viajar, el juvenil firmó contrato con Boca hasta junio de 2020 y mientras el plantel que dirige Guillermo Barros Schelotto comenzó con sus primeras tareas de pretemporada en el predio de la AFA, en Ezeiza, él se entrenaba, en el mismo lugar, pero con el plantel que viajó a esta ciudad con el objetivo de lograr una de las cuatro plazas para el Mundial, que se disputará entre mayo y junio próximo. Hay un dato peculiar: en su camiseta se lee “Torrez”.

–Tevez es tu referente, ¿el primer gol a Uruguay tuvo algo de parecido a sus definiciones?

–Sí, es cierto, fue como un gol de Carlitos. Lo miraba mucho y hasta busco goles suyos en videos para copiarle la técnica. Si dicen que se pareció, entonces me salió bastante bien. Soy de copiarlo, hace mucho que lo vengo haciendo. Siempre dije que es mi referente.

–¿Tuviste oportunidad de pedirle consejos?

–Nunca tuve la oportunidad de hablar con él. Soy medio pesado con los chicos que conozco, pero eso pasa si tengo confianza. Con él no me daba la cara. No hablé nada, me lo perdí.

–¿Y el festejo de Topo Gigio es una copia de lo que hacía Riquelme?

–No, es algo mío. Fue para Thiago Grandis, un amigo, un compañero de Boca, al que le dediqué también los dos goles contra River en el campeonato de reserva. También cuando hice señas al cielo fue porque hacía dos días que se cumplieron dos años del fallecimiento de mi abuelo y se lo dedicaba a él también.

–Jugaste como extremo, que no es tu posición en Boca.

–Sí, acá y en Boca juego en posiciones completamente distintas. El Flaco [Schiavi] me pide que juegue de Nº 9, metido en el área, y acá Claudio [Úbeda] me dijo que lo haga por afuera. Pero no fue problema, me adapto rápido y trato de hacerlo de la mejor manera. El equipo necesita de todos y los 23 que integramos este plantel estamos preparados para jugar, hay una linda competencia interna.

–¿Los presiona que con Bolivia prácticamente el único resultado que les sirve es ganar?

–No, presión no, porque nosotros jugamos con Perú y Uruguay con esa mentalidad. Fuimos protagonistas en los dos partidos, nos faltó que el resultado sea mejor. Pero como equipo demostramos que tenemos carácter, que no nos caemos y que sacamos fuerzas cuando las cosas están difíciles. No es fácil remontar un partido tres veces, que te cobren dos penales en contra…

–¿Tu marca en el gol de cabeza era Bentancur?

–Sí, y le dije ‘Uru, voy para adelante”; lo desacomodo y la pelota me cae perfecta en la cabeza. Antes tuve una parecida, pero me la sacaron en la línea. Por suerte la revancha se me dio rapidito.

–¿Se habló demasiado en la cancha?

–En el partido hablamos. Él trataba de calmarme y sacarme de algún entrevero que podía pasar con sus compañeros y yo trataba de hacer lo mismo. Fue un partido duro, él quería ganar y nosotros también. Bentancur estaba medio jodido con Ascacibar y con Lautaro Martínez. Pero se terminó el partido y quedó todo ahí.

–¿Y si vuelven a enfrentarse en el hexagonal final?

–Se jugará igual, porque no pasó nada fuera de lo común. Los dos equipos queríamos ganar, pero ahí se terminó todo.

Los goles de Torres

Boca es su amor, River fue la llave

Un gol a River, en quinta división, lo llevó sin escalas a la reserva; allí, dos goles en el superclásico de diciembre último le permitieron a Marcelo Torres entrenarse con la primera de Boca, el club de sus amores. “Fue todo un sueño. Empecé en Lanús, donde estuve casi tres años y me dejaron libre. Después me fui a Victoriano Arenas [equipo que juega en la primera D], donde me dieron todo y de ahí salté a Boca, con edad de octava división, pero recién entré a jugar en séptima. No hubo un cambio, para mí fue siempre jugar al fútbol y siempre intenté hacer las cosas de la mejor manera, ya sea cuando me tocó estar en Victoriano Arenas como ahora en la selección”, dice Torres, el que en una misma noche enseñó cosas de Tevez, Palermo y Riquelme.

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