Que no haya vencedores ni vencidos, la meta del Gobierno detrás de la AFA

A dos meses de las elecciones que definirán al sucesor de Cristina Kirchner, el Gobierno vio la disputa por la transición en la AFA como una bomba a punto de estallar, con la potencia suficiente para provocar efectos no deseados en la campaña electoral.

Con el objetivo de que la explosión no se produzca, o que al menos se posponga, enviados de la Casa Rosada intervinieron decididamente en las negociaciones que terminaron con la designación de Marcelo Tinelli como vicepresidente tercero de AFA y con la remoción de los obstáculos para que el conductor de "Bailando por un sueño" pueda presidir la institución.

Ante lo que se presentaba como un triunfo inevitable del vicepresidente de San Lorenzo, apoyado por los principales candidatos a la Presidencia de la Nación, y una derrota sin atenuantes del grondonismo residual, de excelentes vínculos con la Casa Rosada, los enviados del Gobierno optaron por una salida negociada.

El plan ejecutado por el senador bonaerense Santiago Carreras, dirigente de La Cámpora y hombre del Poder Ejecutivo en la AFA, persigue un objetivo que todavía no parece del todo asegurado: que la disputa se resuelva sin que haya vencedores ni vencidos, que la transición se realice en armonía, con la menor cantidad de heridos.

Con esa misión, Carreras habló durante las últimas semanas con los representantes de todos los sectores en pugna. Con Tinelli y Matías Lammens, pero también con Luis Segura, con su hijo, con Claudio "Chiqui" Tapia y con otros actores de peso, como Víctor Blanco, el presidente de Racing. Fue el dirigente de La Cámpora quien tendió puentes antes de la reunión del martes para evitar la votación y conseguir una solución de consenso.

Con sólo 35 años, Carreras construyó su relación con los dirigentes a partir de 2010, cuando arrancó el Fútbol para Todos (FPT). En poco tiempo se ganó la confianza de Julio Grondona y, con su muerte, fue el interlocutor elegido por Segura para continuar el diálogo con el Gobierno.

Ex periodista deportivo, de muy buena relación con Marcelo Araujo y Miguel "Tití" Fernández, empezó su carrera política en la Facultad de Ciencias Sociales de Lomas de Zamora, durante el rectorado del actual vicegobernador bonaerense, Gabriel Mariotto, de quien llegó a ser jefe de gabinete.

El vicegobernador conserva una excelente relación con Carreras. Pero el senador bonaerense tiene desde 2008 un único jefe político: Máximo Kirchner, fundador y líder de La Cámpora. Todo lo que haga Carreras puede interpretarse como un encargo o como una acción que cuenta con el visto bueno del hijo de la Presidenta.

Las relaciones que tejió en el fútbol también le sirvieron para armar un proyecto político en su club: Boca. Como compañero de fórmula de Víctor Santa María, presidente del PJ porteño y secretario general del sindicato Suterh, apuestan a desbancar en diciembre a Daniel Angelici. Sería una victoria doble: además de presidente de Boca, el "Tano" es dirigente del Pro de Mauricio Macri.

La receta para el pacto de Viamonte fue hacerle entender a Tinelli que esos dirigentes a quienes se disponía a propinar una dura derrota iban a conservar la representación de sus clubes y seguirán participando de la vida interna de la institución durante muchos años. Ante el ascenso inevitable del vicepresidente de San Lorenzo, la estrategia fue tratar de garantizarle el acceso, que trabajara codo a codo con la actual dirigencia durante algunos meses y que quedara posicionado en marzo próximo como el reemplazante natural. El Gobierno no piensa hoy, quizá porque la correlación de fuerzas a favor de Tinelli es notable, en construirle un adversario.

Pese a que La Cámpora también tuvo que ver con el congelamiento del plan de principios de 2014 para que Tinelli se hiciera cargo del FPT, en la agrupación aseguran que las tensiones con el conductor quedaron en el pasado.

En caso de que se concrete su desembarco en la presidencia de AFA, la relación con Tinelli ya no será un problema del actual gobierno. La pelota pasará al campo de Daniel Scioli o Mauricio Macri, los dos con más posibilidades, y serán ellos los que deban sentarse a la mesa con quien va camino a convertirse en el hombre más poderoso del fútbol argentino.

Angelici, en contra de las reuniones

Se sabe: Daniel Angelici, el presidente de Boca, no está de acuerdo con el desembarco de Marcelo Tinelli. Cada vez que puede, lo hace saber con sutilezas: "Me preocupa que haya reuniones en hoteles entre algunos dirigentes". También agregó: "Hay que apoyar a Segura hasta marzo".

Segura también juega su partido

Luis Segura, el presidente de la AFA, ratificó su candidatura. "Me parece perfecto que se haya elegido el mes de marzo y el que crea que pueda ser presidente de la AFA tendrá que presentarse y sacar los votos. De acá a marzo veremos... pero si las elecciones fueran mañana me presentaría, ¿por qué no?", afirmó el dirigente en radio Mitre. En cuanto a la decisión de concederle a Marcelo Tinelli el derecho de ser candidato, Segura comentó: "Marcelo no aterriza ahora, él maneja hace tiempo la parte de prensa y comunicación". Y advirtió: "El ingreso principal de AFA es Fútbol Para Todos; a veces los clubes gastan más de lo que se debe".

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