Atlético Tucumán, donde se lucen aquellos que buscaron relanzar sus carreras

Las caras se repiten en los medios de comunicación y el simpatizante sabe hasta los últimos datos estadísticos de cada uno de esos protagonistas. La espectacular campaña que desanda Atlético Tucumán en el campeonato, puntero a falta de seis jornadas para el desenlace, elevó el status de nombres que hasta hace una temporada deambulaban en el mercado con el deseo de descubrir un lugar para asentarse, con el único objetivo de relanzar sus carreras. La victoria 3-1 sobre Estudiantes, en el estadio José Fierro, resaltó las actuaciones de Augusto Lotti y Mateo Coronel, que se repartieron los festejos del Decano, pero también la de Joaquín Pereyra, uno de los futbolistas con mejores rendimientos que enseña la Liga Profesional. Detrás de cada apellido que se destaca en la cancha asoma el entrenador Lucas Pusineri, que después del sinsabor que resultó la aventura en Independiente se reinventó y construyó a partir de jugadores que eran el descarte de otros clubes una estructura que encendió un sueño.

De las divisiones inferiores de Boca, donde lo dejaron libre en séptima categoría, a Racing, donde brilló en la Reserva. Sin espacio en el plantel profesional, Lotti inició un recorrido que incluyó Wolhen, de la Segunda de Suiza, y Unión hasta establecerse en Atlético Tucumán. Como un presagio de lo que sería el juego con Estudiantes, el delantero hizo una crítica sobre su poca presencia en la red: “Como delantero siempre quiero convertir. Llevo tres goles y no es la cantidad que me gustaría tener, pero acá se valora el compromiso colectivo más que la actuación individual y por eso nos sentimos todos importantes. Jugué casi todos los partidos, esa es una señal de la confianza que nos brinda el entrenador”, relataba el atacante, que nació en Salto hace 26 años y que anteayer, partiendo desde el banco de los suplentes, definió con dos estocadas el triunfo sobre el Pincha.

Con 103 partidos en el Decano, Lotti disfruta del presente. Un año atrás, a los tucumanos se los emparentaba más con el descenso que con la pelea por el título. “Fue duro, pero sabíamos que íbamos a levantar porque el grupo estaba muy bien. Lucas [Pusineri] nos cambió la mentalidad y con trabajo y esfuerzo generó que haya una competencia interna muy sana que elevó el nivel de todos. No sé si tenemos la presión de ser campeones, pero sí está la ilusión”, señala el que batalla con Cristian Menéndez para ser el referente de área, aunque en la pulseada por ser parte de la delantera se anota el juvenil Maestro Puch, Ramiro Ruíz Rodríguez y Mateo Coronel.

Como Lotti, Coronel también nació en el norte de la provincia de Buenos Aires. En el Club Social, en Villa Ramallo, hizo sus primeros pasos como jugador. Newell’s lo reclutó, pero la experiencia en Rosario apenas se extendió durante un año y medio –Sexta y Quinta-; regresó a su ciudad y los colores del Elefante –Defensores- lo cobijaron entre 2016 y 2019, cuando un conflicto provocó su salida y la incorporación a Argentinos, donde debutó ante San Lorenzo, con el entrenador Diego Dabove. El juvenil, de 23 años, estaba predestinado a ser futbolista: su padre Luis lo fue en Ramallo, su hermano Franco jugó Federal A y actualmente milita en Independiente Rivadavia, de la primera Nacional, y su hermana Emilia se destaca en Social.

En julio pasado se sumó a Atlético Tucumán, donde ya hizo historia: con el gol a Barracas Central, desde poco más de 70 metros, rompió la marca de mayor distancia en el fútbol argentino y la FIFA lo considerará para el premio Puskas. Jugando para Argentinos lo intentó en dos ocasiones -frente a Unión y Aldosivi-, pero la recompensa la tuvo en el Decano, donde jugó 11 partidos. Con Estudiantes fue la figura: marcó un gol, asistió a Lotti en el segundo y le cometieron la falta que derivó en el penal. Cedido a préstamo hasta el 31 de diciembre de 2023, en un puñado de meses el atacante encontró, después de tanto peregrinar, un lugar en el mundo.

“Estamos orgullosos porque a falta de pocas fechas vamos a buscar pelear por el campeonato. Siempre peleamos, porque empezamos el torneo peleando abajo y ahora nos encontramos con una realidad distinta”, asegura Joaquín Pereyra, de 23 años, de Paraná. En su ciudad, en Don Bosco, empezó a despuntar el talento; la filial de Corinthians, en Santa Fe –un proyecto de Roberto Trotta, Ariel Garcé, Horacio Ameli, Gabriel Amato y Martín Mazzoni- lo incorporó a los 10 años y hasta viajó para entrenarse con el Timao, en San Pablo. En 2015 recaló en Rosario Central, donde Eduardo Coudet lo hizo debutar al año siguiente ante Colón. En 2017 integró la selección Sub 20 en el Sudamericano en Chile y en 2018 se consagró campeón de la Copa Argentina con los canallas. Zurdo, elegante, de buen panorama y excelente pegada, nunca logró afianzarse en Central –lo dirigieron Coudet, Montero, Bauza, Cocca- y aunque equipos como Sporting Lisboa, Udinese y Parma –también Boca- intentaron una compra, el volante fue cedido a préstamo a Famalicao, de Portugal, y ahora a Atlético Tucumán, que desembolsó ¡80 mil dólares y tiene una opción de compra de US$ 600 mil por la mitad del pase!

Seis fechas le restan al campeonato, seis partidos en los que Atlético Tucumán pretenderá convertir un sueño en realidad.

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