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El retiro de Manu Ginóbili: El hombre que llegó a todas las finales... menos en su país
Los rankings no siempre se ajustan al deseo de los fanáticos. Por esa razón, cuando el sitio web de la Liga Nacional diseñó una lista de los 100 jugadores más destacados de la historia se establecieron reglas, criterios, para entrar en la consideración. El nombre de Emanuel Ginóbili , el mejor basquetbolista argentino de la historia, uno de los 100 más influyentes de la NBA , apareció en el puesto 44 y para quienes confeccionaron la nómina fue un caso complejo de medir, porque el bahiense apenas participó de tres campeonatos, entre los 18 y 21 años. Los números de Manu crecieron hasta alcanzar cifras de estrella, como los que reflejan la temporada despedida, la 1997/98, en Estudiantes, de Bahía Blanca: promedio de 25 puntos por partido; 59% efectividad en dobles y 36% de efectividad en triples. Imposible que Europa no posara su mirada en él, que desde su presentación en Andino, de La Rioja, infló sus registros. Así empezó un viaje de iniciación que no tuvo retorno y que dejó un casillero vacío para siempre. Ginóbili malacostumbró al público con su cosecha de títulos y protagonismo en juegos de elite, partidos que definen campeonatos. Increíblemente, entre tantas finales y series consagratorias, la Liga Naciona l (LNB), a la hora del recuento definitivo, le resultará una experiencia esquiva si se la mide en premios para este deportista de colección.
Andino, de La Rioja, donde debutó en la LNB el 29 de septiembre de 1995, en Mar del Plata, frente a Peñarol, la noche en que un relator lanzó la frase temeraria "no sé si este Ginóbili está para la Liga", y Estudiantes, de Bahía Blanca, fueron sus experiencias en la Argentina. En su primera temporada, con 18 años, fue la Revelación, una señal inequívoca de lo que despertaría más tarde en Italia, liga en la que se consolidó como jugador de equipo y estrella. En el año de la última función en la LNB, las semifinales frente a Atenas, el campeón de la temporada después de barrer con un categórico 4-0 a Boca, fue la barrera que frenó el ímpetu de Manu de ser parte de una definición en un torneo de clubes en el país.
Los 35 puntos en Estudiantes
"En Italia me transformé en un jugador de equipo, me empecé a sentir ganador, determinante, y mi cabeza cambió. Pasé de ser el chico con talento que hacía cosas con brillo, que podía pasar la pelota de faja, volcar el balón o hacer muchos puntos a ser un buen jugador de básquetbol", se define Ginóbili en el libro Manu, el héroe. Y Reggio Calabria torció el rumbo frente a los intereses de los españoles Valladolid, Fuenlabrada y el poderoso Tau Cerámica; un dirigente del club de Vitoria, Alfredo Salazar, nunca se perdonó no acordar su contratación. Posiblemente la conquista del ascenso a la Serie A -¿alguna estrella del deporte aceptaría en la actualidad incorporarse a un club de segunda categoría?-pase desapercibida entre tantos logros que se atropellaron más tarde. "Por más que hubiera tenido el mejor rendimiento de mi vida, si no ascendía hubiera sido un fracaso individual y colectivo. La apuesta que hice al ir a la A2 dependía de este resultado. Si lo lograba se justificaba, si no hubiera sido un error", confesó, después de sellar la serie 3-0 frente a Fila Biella. Por entonces, San Antonio Spurs lo seleccionaba en segunda ronda del draft de 1999 en la 57ª posición.
El despegue en Italia
Eso que ahora asoma como un pequeño triunfo entre tantos premios, forjó toda una campaña de éxitos, de superación. Fue la victoria que gestó al jugador que más tarde, con Kinder Bologna conquistaría Italia y también Europa en un 2001 de película. El salto de calidad más grande la carrera que se efectivizó con la triple corona: Copa Italia, Serie A y la Euroliga. El reto de desafiar a Sasha Danilovic, el astro yugoslavo se retiró por las continuas dolencias en los tobillos, le terminó por allanar el recorrido a Manu: adueñarse de la acción de Kinder Bologna fue tan fuerte como las victorias del conjunto. Ese peso por ser un distinto pero también sentirse ganador lo experimentó con los tres títulos. A las satisfacciones del conjunto le agregó los premios MVP, jugador más valioso de la temporada: Manu, que se conformaba con ser parte del mejor equipo del Viejo Continente era además, elegido el mejor jugador. Ídolo de la ciudad de Bologna hizo que los fanáticos hasta bajaran del pedestal a Danilovic para entronizar a Ginóbili.
La voracidad en Kinder Bologna
El fantástico capítulo que escribió durante 16 temporadas en la NBA con los Spurs, selladas con cuatro anillos -desde el debut frente a los Lakers de Kobe Bryant, en el Staples Center de Los Ángeles, el 29 de octubre de 2002, a la derrota con Golden State Warriors en los playoffs de la Conferencia del Oeste-, la medalla de oro con la Argentina en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 , la final con derrota y polémica frente a Yugoslavia en el Mundial de los Estados Unidos 2002, el título de la Diamond League 2008, en Nankín, China, tras superar a Australia, las conquistas de los campeonatos FIBA Américas de 2001 y 2011, el recuento de un deportista de elite que hizo de la superación un estilo y del protagonismo en las finales una marca registrada para toda la vida.
Los mejores momentos de la carrera de Ginóbili
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