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Leonel Pernía: del año del bicampeonato a víctima de un atentado en la pista
El Tanito ganó las coronas de TC2000 y Turismo Nacional, donde en la última fecha en Viedma su auto recibió disparos de arma de fuego
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Una amplia sala de reuniones, en la que una de las paredes tiene como singular detalle la exposición de mini pelotas de fútbol desde que Adidas es proveedor oficial de los balones en los Mundiales, el espacio en el que Leonel Pernía desanda lo que resultó la temporada 2023. No es un año cualquiera para el piloto de 48 años: ganó los campeonatos de TC2000 y Turismo Nacional (TN), con dos marcas distintas y dos equipos de trabajo diferentes. También fue protagonista de un hecho gravísimo, al recibir su coche cuatro disparos de arma de fuego en la definición del calendario de TN en Viedma. Un piloto y dos títulos en un mismo curso, una situación que se repitió con Mariano Werner en el Turismo Carretera (TC) y TC Pick Up, aunque es una rareza dentro del deporte motor: el último fue Agustín Canapino, lo hizo en 2016 y 2017, cuando levantó los trofeos de TC y Top Race.
Pernía es un apellido que desde finales de los años 60 y hasta comienzo de los 80 estuvo emparentado con el fútbol, por su padre Vicente, multicampeón con Boca y que se inició en Estudiantes y terminó el recorrido en Vélez. Desde entonces, la familia mutó al automovilismo y ahora es distintiva del mundo de los fierros: el Tano empezó la transformación; la continuó Leonel y desde hace un tiempo su hijo Tiago le da forma a la tercera generación, que además tiene en Mariano, que jugó en España y participó del Mundial de Alemania 2006 con la selección europea, a otro representante tuerca. “Lo que pasa es que nosotros de chicos lo vimos a mi viejo correr, no jugar. Para mí fue eso: nosotros jugábamos al fútbol porque no teníamos el dinero para armar un auto de carrera. Era muy caro. Y al viejo lo vimos laburando en el taller, no entrenando ni de pretemporada. Toda esa etapa de mi viejo como piloto, yendo a las carreras en un contexto de mucho sacrifico y unión, porque era un grupo de amigos que armaban peñas, generó en mí la verdadera pasión por el deporte y el automovilismo venció por completo al fútbol”, relata Leonel a LA NACION en el edificio Lumina, en Munro, donde se levantan oficinas de DirecTV.
-¿Fue 2023 el mejor año de tu carrera?
-Se puede decir que está entre los mejores y es distinto porque logré dos campeonatos, pero vengo de un 2022 donde fui campeón en el TC2000, tercero en la Copa de Oro de Turismo Carretera y cuarto en el Turismo Nacional. El nivel fue muy bueno en los dos años, pero coronar con dos títulos lo hace diferente y por eso se lo pone por encima del resto.
-En 2018 fuiste campeón de TN, ¿fue el primer título de TC2000 en 2019 el que alivianó la presión y ahora todo fluye con naturalidad?
-Te mentiría si dijera que no molesta no ganar el campeonato que estaba buscando, pero no sé si eso se convierte en quitarse un peso. Interiormente sentía que era merecedor de algún título por el nivel que tuve desde 2000 a 2018, que fue el primer título en el TN, y no se me daba: por eso la bronca a veces se transforma en un peso. Después del 2018, de ganar el primero, mi hermano me tiró una frase futbolera: ahora se te abrió el arco y van entrar todos. Estábamos esperando eso: el gol que abriera el arco. Pasó y de ahí en adelante se dieron los de TC2000 en 2019, 2022 y 2023 y el segundo en TN este año.
-¿Qué sentís que cambió en tu manera de encarar las definiciones desde 2018 a 2023?
-Ahora disfruto el proceso de definición de campeonato y antes lo sufría. El hecho de saber que ya lo tenés te hace disfrutar, porque ya pasaste por lo que es ganar y lo querés repetir, pero desde otro lado: sin la presión de que si no lo ganás no tenés nada. Lo que no cambia es el enfoque, es el mismo desde que gané el primero a estos dos en 2023.
-¿Cuál sentís que fue la clave para ganar los dos títulos?
-Armar el auto nuevo, el auto propio de Turismo Nacional. En los dos campeonatos anteriores con el auto viejo tuvimos una gran cantidad de abandonos y eso nos perjudicó. En ese borrón y cuenta nueva mucho tiene que ver el presupuesto que manejamos, por eso la importancia de las dos grandes empresas que nos apoyan [DirecTV y Ocasa]: pude encarar el auto nuevo y erradicar el problema de la confiabilidad. La contundencia siempre estuvo, porque vengo siendo una referencia en el TN en los últimos años, y la diferencia es que no abandoné y coroné con un campeonato. Eso fue lo que hizo que fuera campeón en dos categorías.
-¿Cómo se trabaja para ser campeón con dos estructuras distintas?
-Más allá del sacrificio y la disciplina que uno le puede poner y siempre tiene que estar, porque no se negocia, tenés que ser inteligente para elegir los grupos y saber con quiénes podés tener una herramienta competitiva. Eso me pasa en el TC2000 con el Ambrogio Racing, equipo del que nunca me fui porque entiendo que son los mejores: tuve ofertas superadoras de dinero y siempre supe que ese equipo era el mejor y por eso me quedé y ganamos tres títulos. Y lo que me pasó en el TN fue identificar el problema por el cual no podíamos coronarnos y hacer el esfuerzo económico: tener la inteligencia suficiente para darnos cuenta que eso nos estaba privando de lograr un campeonato y tener confianza en el nuevo proyecto que nos terminó dando el resultado.
-¿Descubrirse el año pasado casi fuera del TC2000 por la salida de Renault como equipo oficial y después ser campeón, te fortaleció como piloto?
-Nos vimos afuera de la categoría en ese momento en que Renault dejó de apoyar el automovilismo, pero ahí se creó una mística grande. Además de la capacidad del equipo, nos pusimos la camiseta de seguir y no se habló de dinero si no de la pasión y de la unión. Así empezamos el año en 2022, y esa fue una gran muestra de compromiso de los integrantes del Ambrogio Racing. Ganamos la primera carrera con el auto totalmente blanco, sin publicidades, con colores diferentes… Y terminamos campeones.
-¿Qué son para vos el Ambrogio Racing y el MG-C Pergamino?
-El Ambrogio Racing es el equipo con el que me veo identificado y al que mejor representé en mi carrera: es como mi familia. Vos decís Pernía e inmediatamente se asocia con Ambrogio. Logramos una comunión difícil de ver en el automovilismo: tanto Marcelo [Ambrogio] como yo empezamos juntos y con mirarnos ya sabemos lo que el otro está pensando y pidiendo. Nos respetamos, y creo que hay una admiración mutua. Con el MG-C Pergamino, de Mauro García, me empezó a pasar algo parecido: siento que es muy parecido a Marcelo en la forma de encarar las cosas, en su pasión por el automovilismo, la humildad del grupo y el liderazgo que transmite. Un poco más vehemente que Marcelo, pero los dos tienen valores que me identifican.
-¿Cuál es el proyecto para 2024?
-Vuelvo a correr tres categorías, porque apareció el RV Competición en el TC, una categoría que no iba a hacer. Considero que es un buen proyecto. Me gustó lo que se habló cuando me contactaron y el grupo humano: pasaré de Las Toscas al RV Competición, con motores de Rody Agut. Vamos a empezar la temporada con una Chevy nueva y para la cuarta carrera del año la idea es subirme al Camaro. En el TN voy a correr con mi hijo Tiago y eso es una locura: yo sé todo lo que se me viene. Salir a la pista con él y mirar los espejos, el nerviosismo porque nunca tuve miedo en una carrera de autos y ahora sé que en el momento en que se pone el semáforo verde en el medio de la grilla estará mi hijo... Van a ser momentos duros, pero creo que me preparé mentalmente durante todo este tiempo para que suceda, para que llegue. Ya me pasó cuando Tiago corría en la Fórmula Renault: cada vez que se ponían en marcha los autos y yo estaba en la reunión técnica del TC2000 automáticamente me sobresaltaba. Son cosas con las que uno como padre tiene que lidiar, porque el hijo eligió la misma profesión: Tiago es responsable, es capaz, por eso llegó tan rápido a donde llegó y eso es lo que me da seguridad.
-Vos tenés 48 años y Tiago 20, ¿cuánto y cómo entrenás para competir con pilotos más jóvenes?
-Primero es clave la disciplina y la dedicación que todo deportista que quiere triunfar tiene que tener. Entreno en doble turno todos los días: a la mañana gimnasio y a la tarde aeróbico, anaeróbico o paddle o fútbol. Hago deportes desde los siete años, así que sé cómo tengo que entrenar y comer: nutricionista ahora no tengo, pero tuve y me guiaron. Entrenar y comer es la parte que más natural me sale, porque no hago sacrificio. Yo venía del fútbol [hizo inferiores en Independiente y Boca; jugó en la National Professional Soccer League y en la Major Indoor Soccer League en Estados Unidos] y lo que hacía cuando empecé en el automovilismo no llamó la atención porque estaba haciendo los primeros pasos con 25 años… Pero no se puede regalar nada, así tengas 48 años como tengo yo o 20, como Tiago.
-La profesionalización de la actividad demanda otras exigencias, desde lo físico, el simulador o los eventos de los sponsors, ¿eso abruma o ayuda?
-Las dos etapas que me marcaron del automovilismo son hermosas. La de mi viejo, con el taller, la peña, los asados, los amigos haciendo una vaquita o una rifa para correr y la de ahora, muy profesional y que me toca vivir siendo representante de empresas de primer nivel. Me encanta, porque lo que me gusta es estar arriba de un auto de carrera y ahora para subirte tenés que ser piloto e imagen de la compañía que te brinda apoyo. No me molesta, aunque te resta calidad de vida familiar. Lo único que rescataría de épocas anteriores son cosas puntuales, como las carreras en ruta, pero porque son cosas que me hubiera gustado vivir como piloto. Igualmente, todavía hay señales de la vieja escuela, porque el taller del auto de TN, en Pergamino, es de pared de ladrillo pintada con cal, cero glamour… La Clase 3 del TN es una categoría muy de familia: pasás por los boxes y no se siente la profesionalización del automovilismo como en otras categorías.
-¿Qué nivel tiene el automovilismo nacional?
-Un gran nivel: Argentina es el único país que tiene al automovilismo como segunda disciplina. No ocurre en otro lado. Llega a lugares a donde el fútbol no llega, desde Termas de Río Hondo a El Calafate o a Río Gallegos y mantiene la pureza que tanto estoy defendiendo después de lo que me pasó, porque el automovilismo es familia, es el asado con los amigos, la convivencia entre las hinchadas sin pelearse ni agredirse… Y eso es hermoso, por eso hay tanta gente que disfruta de un fin de semana yendo a una carrera de autos.
-¿Cuál fue la sensación cuando te enteraste del atentado con cuatro disparos en la última fecha del campeonato de TN en Viedma?
-Me pasó lo que le pasó a la gran mayoría: al principio no entra en tu cabeza y a medida que pensás, aparecen pruebas o te cuentan detalles de dónde impactaron los disparos vas cayendo en la situación, en la gravedad del hecho. Cuando realmente captás lo que pasó es cuando decís ‘No es lindo, no está bueno’. Y cuando lo aceptás y te entra en la cabeza, se te hiela la sangre.
-¿Por qué pensás que pudo ocurrir algo que excedió a lo deportivo?
-Yo cuando voy a correr o a definir un campeonato pienso en una lucha deportiva, pero me encontré que viniendo octavo había un cobarde apuntándome y tirándome tiros. No sé cuál era su intención: si hacerme abandonar, lesionarme o lastimarme. Esa es la imagen que me empezó a generar mucha bronca e impotencia, porque además de ser piloto soy padre de una familia que depende de lo que generó y el único pecado que veo es que siempre hice deporte e intenté ser el mejor. Y cuando no me tocó ganar, nunca se me cruzó por la cabeza hacer nada fuera de lo deportivo. Es una situación que me pone muy mal, porque eso no es automovilismo y es la razón por la que voy a hacer lo imposible para que esto no quede en la nada. No quiero que estas mafias se inserten en el automovilismo.
-Se mencionó que no fue el único auto al que le dispararon, ¿algún otro piloto te comentó algo?
-No, lo que supe fue por comentarios y trascendidos [los autos de Facundo Chapur y Gastón Iansa fueron mencionados entre los agredidos]. La única denuncia que se hizo fue la del MG-C Competición por el auto mío, que se hizo en Pergamino. Del tema judicial, la verdad que no estoy al tanto, pero sí quiero llegar al fondo del tema. [Ayer la fiscalía de Viedma hizo pericias en el auto].
-En 2024 el TC y el TC2000 sufrirán una renovación con los nuevos modelos, ¿qué opinión tenés sobre lo que se viene en las dos categorías?
-Es un cambio que al no poder hacerlo de golpe provocará que 2024 se convierta en un año de transición, y los años con esas características no suelen ser los mejores. Uno tiene que ser consciente de eso. Se puede llegar a vivir tiempos difíciles en las dos categorías, pero creo que son cambios aceptados: el TC2000 renueva expectativas, motivación y la curiosidad de los ingenieros por los autos nuevos, ya sea por la aerodinámica o por el motor que a la gente le gustó el sonido que era algo que había perdido la categoría. El TC lo mismo. Será duro, pero positivo para las dos categorías. Económicamente, todos nos vamos a tener que ajustar, pero bienvenidos sea: tenemos que frenar la caída y empezar a crecer en algún momento. Serán meses o años difíciles, en los que veremos menos autos en alguna categoría y de a poco se dará el momento de la recuperación, quizás para 2025.
-Matías Rossi deja el TC y Facundo Ardusso y Julián Santero el TC2000…, ¿los pilotos son rehenes del conflicto entre la CDA y la ACTC?
-Uno puede correr tres categorías, pero si vas al TC2000 no podés correr en las camionetas del TC y al revés… Las categorías quieren a los pilotos top y es por eso que del TC2000 se están yendo dos pilotos de renombre, como Ardusso y Santero, y está retornando Matías Rossi. Obviamente que para el TC2000 es una pérdida grande, porque el parque de autos es más chico y aunque en definitiva se pierde a un solo coche se siente en la jerarquización. Los modelos nuevos van a invitar a que los pilotos quieran manejar también en el TC2000, porque serán los autos más rápidos de Sudamérica. Yo hace tiempo que corro y nunca recibí un llamado de nadie sobre lo que me convendría hacer. El tema del conflicto está en la agenda del automovilismo argentino, en particular en estos últimos días, pero es algo de poder de dirigentes y lo mío es entrenar y ser lo más rápido posible arriba del auto.
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