La ilusión de una remake entre Verstappen y Hamilton se diluyó en 444 metros

Las tres milésimas de diferencia que impuso Lewis Hamilton (Mercedes) sobre Max Verstappen (Red Bull Racing) en la prueba de clasificación del Gran Premio de Hungría agitó el abrumador dominio del neerlandés y la estructura de Milton Keynes en la Fórmula 1. La sonrisa del séptuple campeón británico, que volvió a registrar el mejor tiempo en una qualy después de 33 carreras, y el gesto adusto de MadMax, los opuestos de una jornada en la que el Gran Circo observó trastabillar al modelo que marca con autoridad el pulso en la temporada. Los pronósticos sobre una remake de las clásicas batallas que los dos pilotos que se dividen las coronas desde 2017, los recuerdos de los incidentes en la pista que protagonizaron en el pasado y los análisis acerca de cómo se comportarían los autos y los neumáticos en un circuito desgastante se derrumbaron cuando se apagaron los cinco semáforos.

El suspenso y la expectativa se desvaneció en los primeros 444 metros del trazado de Hungaroring: una floja partida de Hamilton, que cayó desde la cima al cuarto puesto; el ataque seguro de Verstappen, y la sorpresiva arremetida de los pilotos de McLaren, con Oscar Piastri y Lando Norris, dinamitó los pronósticos. MadMax tomó el control y apabulló al resto para firmar el noveno éxito del calendario, el séptimo consecutivo y el N°44 de su fantástica trayectoria.

La comunicación de radio que ensayó Hamilton con el equipo, antes de cumplir el primer giro, resaltó la decepción que envolvió al británico. “Perdón por esto, chicos”, la autocrítica por un movimiento lento y que se hizo más doloroso porque además de perder el mano a mano con Verstappen, quedó abierto e indefenso al ingresar a la primera curva y por esa ventana gigante se filtraron Piastri y Norris. “Es una carrera larga”, la respuesta, a modo de aliento, que recibió el siete veces campeón desde el box. La caída en el clasificador era el primer episodio dentro de un gran premio que lo vio perdido, sin respuestas, hasta el último stint: ahí, cuando la mayoría lidiaba con la degradación de los neumáticos, Mercedes se revitalizó con Hamilton y también con George Russell, que sepultó una mala clasificación -largó 18avo- y vio la bandera a cuadros en el sexto puesto.

La victoria de Verstappen en Hungría

Entre la desazón y la recuperación, Hamilton desanduvo pasajes de zozobra. “¿Dónde pierdo tanto? ¿Por qué el auto es tan lento? ¿Estamos ahorrando potencia del motor?”, preguntaba, desorientado el de Stevenage, que en el segundo stint -con compuesto duro- no era competitivo. “En la rectas y en las Curvas 11 y 14″, le señalaban desde el muro, sobre los sectores en donde el Mercedes se derrumbaba, respecto a los rivales. ¿Un ejemplo? Norris lo aventajaba por 11 segundos en 26 giros.

“Si perdía solamente la posición con Max podía estar en el podio, pero se mezclaron los dos McLaren. Igualmente, Lando era mucho más rápido”, comentó Hamilton, acerca de cuáles eran las posibilidades reales de batallar por el podio y por esa simple razón se conformó con el cuarto lugar.

Muy diferente era la hoja de ruta de Verstappen, que en la largada enterró los fantasmas que lo persiguieron en los dos últimos grandes premios -en Austria y en Gran Bretaña-, donde la partida fue un tema de conversación con el equipo. Ahora, en Hungría, entre la magnífica acción de lanzamiento, el sobrepaso a Hamilton y las siguientes 70 vueltas se dedicó a establecer récords y diferencias abismales: bajó cinco veces el mejor tiempo de vuelta en las diez vueltas iniciales y estableció la mejor marca del día en el giro 53, con un tiempo de 1m20s504/1000.

El segundo mejor cronómetro lo señaló Hamilton, pero a 1s097/1000. El arrollador ritmo del neerlandés generó que en el primer segmento diseñara una ventaja que le permitía ingresar a recambiar neumáticos sin perder el mando de la carrera.

“Tuvimos una muy buena salida; estoy muy contento. Trabajamos mucho con el equipo y cuando gané el interior sabía que la curva era mía. Frené tarde, tracé bien la curva y a partir de ahí pude hacer mi carrera. El auto era rapidísimo”, explicó Verstappen acerca de la largada. También comentó el comportamiento entre la qualy y la carrera: “A una vuelta nos faltaba equilibrio, pero en tandas largas el auto va muy bien y esa es la razón por la que pude aumentar tanto la diferencia. Es increíble lo que estamos haciendo estos años y espero que podamos mantener este estado de forma durante mucho tiempo. No está mal tener un día como el de ayer [por la clasificación] para seguir empujando y tener margen para mejorar”.

La frase de Toto Wolff, el jefe de Mercedes, resalta la tarea del Red Bull Racing: “Es como ver autos de Fórmula 2 contra un Fórmula 1. Dentro del reglamento, hicieron el mejor trabajo”. Con la victoria de Verstappen, Red Bull Racing rompió la marca que enseñaba McLaren de 11 éxitos consecutivos, entre los GP’s de Brasil y Bélgica, en 1988, con Ayrton Senna y Alain Prost. La fábrica de Milton Keynes selló el triunfo 12 -nueve de Verstappen y tres de Sergio Checo Pérez- y ahora las futuras cuentas se concentran en descifrar cuándo MadMax sella el tricampeonato. Con 110 puntos de ventaja sobre Checo Pérez (281 a 171), el neerlandés podría coronarse tras la carrera en Austin (Estados Unidos): cuatro fechas antes de que se cierre el calendario en Abu Dhabi.

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