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Fórmula 1. Mercedes mantiene la hegemonía, mientras Lewis Hamilton proyecta el séptimo título
Un desfile, de principio a fin. Una demostración de contundencia de Mercedes y otra tarea aplastante de Lewis Hamilton. El Gran Premio de Bélgica de Fórmula 1 resaltó el dominio de la escudería de Brackley, que firmó seis victorias en siete carreras del calendario, pero también la superioridad que enseña el británico, que celebró cinco triunfos y al que las estadísticas lo proyectan para ceñirse la séptima corona e igualar la marca de Michael Schumacher. Mientras el equipo empequeñece a los rivales, porque Red Bull Racing en ningún momento de las 44 vueltas en Spa-Francorchamps consiguió apurar el tránsito, y Ferrari no aparece en la estela de las Flechas de Plata, el piloto estrella del Gran Circo no descubre competidores fuera de la estructura y su compañero de escuadra queda reducido al papel de lugarteniente.
La era híbrida de la F.1 es sinónimo de Mercedes, que con cada éxito expone la supremacía. Una fuerza concluyente como la que tenía McLaren en 1988, cuando Ayrton Senna y Alain Prost -rivales bajo el mismo techo- festejaron 15 de los 16 Grandes Premios de la temporada;desde 2014 a 2019, el conjunto que lidera Toto Wolff ganó 89 de 121 GP’s, siendo 2016 el año en el que impuso un sello de 19 victorias en 21 fechas, el segundo mejor promedio que se registra en la historia del Gran Circo. El talento del equipo se manifiesta en la fábrica, en el muro, en las decisiones que toma cada eslabón de la cadena de mando para que Hamilton y Valtteri Bottas, en menor medida, se exhiban en la pista.
El resumen de la carrera
El inicio del calendario es apabullante: apenas Red Bull Racing logró treparse a lo más alto del podio, con Max Verstappen, en el GP 70 aniversario, en Silverstone. El neerlandés partió tercero y llegó en la misma posición en Spa-Francorchamps, por detrás de Hamilton y Bottas; la única oportunidad de sobrepaso estuvo en el pit stop, cuando salió a la cola del Mercedes N°77 del finlandés.
"Una carrera aburrida, no hubo mucha acción. No podía seguir a los Mercedes y cuando intenté presionar con el neumático duro, Bottas, ajustó el ritmo. No es el tercer puesto más satisfactorio", reconoció Verstappen, que abandonó en el estreno, en Austria, y desde entonces hizo seis podios.
"Sé que no es lo que todo el mundo quiere ver, pero después de nuestros éxitos no bajamos la cabeza. En la oficina nadie celebra, ya pensamos en la siguiente carrera, nuestros hombres siguen aprendiendo y desarrollando para mejorar cada fin de semana", el mensaje que envió Hamilton, una señal de la voracidad de Mercedes, que como muestra podría exponer el resultado tras escoltar con los dos pilotos a Verstappen en Gran Bretaña: "Cuando estamos perdidos es cuando más aprendemos", advirtió Wolff, después que RBR se impusiera con una diferencia de más de 11 segundos en Silverstone. A los siete días, en Montmeló, Hamilton avasallaba con una victoria demoledora, relegando al neerlandés por 24 segundos.
Huge drama on Lap 11 at Spa as Giovinazzi and Russell crash [R] [R]#BelgianGP [R][R] #F1pic.twitter.com/bedzeQ2f0U&— Formula 1 (@F1) August 30, 2020
Un doble séxtuple título, Mundial de Pilotos y de Constructores, es un récord que impuso Mercedes. Wolff fue el artífice externo de esa marca. Si Ross Brawn –actual director deportivo de la F.1- convenció al grupo Daimler a inyectar dinero a la estructura de F.1, el austríaco resultó la persona que descubrió el momento para desembolsar los millones. Director ejecutivo de Williams, fue convocado a fines de 2012 para comparar si con esos recursos podía Mercedes cumplir con las expectativas de ser campeón del mundo. Al año siguiente entró en vigencia el Acuerdo de Restricciones de Recursos y Mercedes invirtió más que ningún otro equipo para desarrollarse, rumbo a la era híbrida, que empezó en 2014. Desde entonces, las Flechas de Plata siempre dieron en el blanco.
Hamilton colecciona récords y espía la corona
Los interrogantes que pudieron existir sobre el estado de Hamilton a partir de la pandemia mundial de Covid-19, que obligó a postergar el inicio del calendario, o acerca de cuánto podía influir en el británico su activismo y compromiso en la lucha contra el racismo y el movimiento Lives Blacks Matter, encontraron respuestas contundentes: nada desenfoca de sus objetivos al británico, que tampoco aplica la misma fórmula para minimizar a los rivales. Dos victorias lo separan del récord de 91 éxitos de Michael Schumacher y necesitará un poco más de aliento para igualar los siete títulos del alemán, aunque en cada carrera deja su firma: ahora, con 24.297 kilómetros, es el piloto que más rodó a la cabeza del pelotón, rúbrica que colocó en Spa-Francorchamps; sí, superó al Káiser (24.148 kilómetros).
"Tengo 35 años y me siento mejor que nunca", dijo, tras la victoria en Bélgica, donde se impuso cuatro veces y ayer rompió con la mini racha de Ferrari, dominante con Sebastian Vettel (2018) y Charles Leclerc (2019); ayer, las espadas de la Scuderia reflejaron la crisis que envuelve al equipo y aunque completaron los 44 giros quedaron fuera de los puestos que reparten puntos, algo que no ocurría desde el GP de Gran Bretaña 2010. El sábado, ni el alemán ni el monegasco lograron clasificarse para la Q3, el segmento de la qualy que ordena a los 10 mejores de la grilla.
Hamilton controló desde el semáforo a la bandera a cuadros, apenas cometió un desliz cuando después de bloquear en la Curva 5 transitó unos metros por fuera del trazado. Desde entonces cuidó los neumáticos para no sufrir con la degradación como en Silverstone, cuando terminó con una goma destrozada. "Pensaba que podía pasar lo mismo", se sinceró, aunque al bajarse del auto y controlar el estado del compuesto duro –largó con medio- observó que el panorama era muy distinto. Su compañero Bottas no logró ponerlo en aprietos y cuando se comunicó con el muro para atacar recibió como contraorden que mantuviera la distancia.
Después de las batallas con Nico Rosberg, en 2016, el arribo de Bottas al equipo mantuvo a Hamilton con el mismo apetito, aunque el finlandés no logra inquietarlo como lo hacía el alemán. Si el título del mundo de 2008, con McLaren, resultó épico, las últimas campañas carecen de espectacularidad y tensión, debido al encastre perfecto de auto y piloto. Los calendarios demuestran que en 2017 y 2018, el británico dominó el campeonato a partir de la mitad de la temporada: en el GP de Bélgica 2017, la 12da estación del recorrido, construyó la diferencia, con cinco victorias y un segundo puesto, para recuperar el trono; al año siguiente, adelantó el almanaque: desde el GP de Alemania, 11ma carrera del certamen, marcó seis triunfos y un 2do lugar.
La fórmula fue modificada en 2019, donde desde el inicio manejó la aventura: seis triunfos y dos segundos puestos marcaron el pulso. Y en 2020, con un calendario que asomó acotado y al que se le fueron agregando fechas, no dudó en triturar a sus rivales desde el vamos: la sanción de cinco segundos en el debut en el GP de Austria, tras el toque con Alexander Albon, lo dejó sin podio, pero lo empujó a superarse. Con 157 puntos, aventaja por 50 a Bottas, al que también supera 5-2 en las pruebas de clasificación; en Bélgica lo aplastó con una diferencia de 511/1000 en la qualy y 8s448/1000 en la carrera. Spa-Francorchamps enseñó también que RBR no siempre es una amenaza, aunque Verstappen marche como primer escolta, a 47 unidades.
Al calendario le quedan diez Grandes Premios y nueve escenarios, porque Bahrein tendrá un programa doble. Hamilton nunca participó en Mugello, donde Ferrari celebrará la carrera N° 1000, Imola ni Portimao y en el resto de los circuitos firmó victorias: Sochi, Shakir y Abu Dhabi, en 2019; en Monza triunfó en 2018, el año pasado finalizó 3ro; en Nürburgring, en 2011 –se corrió por última vez en 2013- y en Estambul en 2010.
Las estadísticas proyectan que para destronar al británico se necesitará un vuelco y aunque a partir de la semana próxima la Federación Internacional del Automóvil prohibirá el mapa de los motores, de la qualy a la carrera. Una medida con el deseo de recortar el margen con el que Mercedes apabulla al resto en la clasificación, aunque también podría desencadenar que esa potencia se traslade al domingo y Hamilton resulte inabordable.
Después de dos años, un piloto de Mercedes devolvió a la marca a lo más alto en Spa-Francorchamps, un trazado icónico de la F.1 y de los favoritos para quienes manejan. "Es un circuito especial y podría estar tranquilamente dando vueltas sin parar. Me gustaría ganar todas las carreras luchando, esta vez tocó mantener a los rivales y gestionar los neumáticos. No importan los éxitos del pasado, seguimos intentando mejorar. Es increíble la mentalidad que tiene el equipo", resaltó Hamilton, el que proyecta más récords y títulos.
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