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Fórmula 1: Lewis Hamilton va por un récord de Michael Schumacher donde Fangio dio cátedra y Lauda escapó del infierno
El número mágico otra vez frente a Lewis Hamilton. El Gran Premio de Eifel, en el circuito de Nürburgring, es la segunda oportunidad que se le presenta al piloto británico de igualar el récord de 91 victorias que estableció Michael Schumacher en el GP de China en 2006. Una cifra asombrosa que la Fórmula 1 imaginó imbatible, una plusmarca que sin embargo puede caer 14 años más tarde, en un calendario atípico. La figura del séxtuple campeón es la lanza para atravesar las estadísticas y celebrar una temporada que la pandemia de Covid-19 a punto estuvo de hacer saltar por el aire. Las negociaciones para armar el campeonato que en el comienzo tuvo solo ocho pruebas confirmadas parecen lejanas, después que la Fórmula 1 lograra robustecer el recorrido y establecer 17 carreras para 2020. Y en ese contexto de tribulaciones se levantó Hamilton, dueño de grandes marcas como las 96 poles, los 160 podios y las ocho victorias en un mismo trazado, y también bandera del movimiento Black Lives Matter. El infierno verdelo espera para reescribir la historia, ese lugar en donde Juan Manuel Fangio dio cátedra y Niki Lauda salvó la vida de entre el fuego.
La F. 1 no recala en Nürburgring desde el 7 de julio de 2013. El GP de Alemania fue aquella vez la estación para el Gran Circo: Hamilton marcó el mejor tiempo en la prueba de clasificación, pero terminó en el quinto puesto; Sebastian Vettel festejó el triunfo y Fernando Alonso registró la vuelta más rápida de la carrera. Los tres campeones tendrán butacas para 2021 –el británico aún no renovó con Mercedes, pero la continuidad no correría riesgo– y están en marcha las tratativas para que se consolide en el próximo calendario Nürburgring, antes sede de los grandes premios de Alemania, Europa y Luxemburgo y ahora, por primera vez, del de Eifel, denominación que adopta de la región en la que se emplaza el autódromo.
Dominante en la era híbrida de la F. 1, Hamilton logró una victoria en este escenario: el 24 de julio de 2011 se impuso con McLaren –motor Mercedes–, en el que resultó su éxito Nº 16."En Nürburgring se puede vivir las cuatro estaciones en una tarde", observó en la previo a aquel GP, acerca de la imposibilidad de ensayar predicciones meteorológicas certeras en un circuito que es una leyenda por su peligrosidad y la extensión –llegó a ser de 23 kilómetros y 160 curvas–. Los secretos del dibujo llegaron al cine con el documental The Green Hell (El Infierno Verde), en el que participaron mediante entrevistas Hamilton, Jackie Stewart, Jochen Mass y Stirling Moss.
La visita en 2007 fue con susto para el Hamilton, que protagonizó un accidente a 250 km/h durante la prueba de clasificación. El inglés fue retirado en camilla y su participación en la carrera estuvo en duda. Pero terminó participando en una competencia que enseñó aristas insospechadas, y en una estuvo involucrado el británico. Un diluvio se desató sobre el circuito al momento de la largada y la curva 1 apiló a varios autos, como los de Jenson Button, Nico Rosberg, Adrian Sutil, Scott Speed, Vitantonio Liuzzi y Hamilton, que recibió la ayuda de una grúa para volver de la grava a la pista. La clave fue no apagar el motor, una acción que sí realizó el resto antes de bajarse del monoplaza, aunque los daños eran menores y podrían haber continuado en la carrera. Ese año, al igual que en 2009, el británico de McLaren no sumó puntos en Nürburgring.
La mayor proeza de Fangio
El Gran Premio de Alemania de 1957 fue la obra más espectacular de la historia por parte de un piloto de Fórmula 1. Con su Maserati 250F, que había sido puesto a punto por Moss al final del año anterior, Fangio marcó una ventaja de 30 segundos sobre los Ferrari de Mike Hawthorn y Peter Collins, pero contratiempos en la detención en los boxes en la vuelta 12, de las 22 previstas, le hicieron perder esa ventaja y otros 48 segundos. En los nueve giros restantes, el balcarceño olvidó su mantra –ganar a la menor velocidad posible– y batió el récord de vuelta en cada uno de ellos, incluso superando el tiempo de la pole position que él mismo había logrado, para superar a los Ferrari una vuelta antes de la bandera de cuadros. Para entonces, el soporte de la butaca se había roto y el argentino se sujetaba en el cockpit con las rodillas. Después de tres horas y media de durísima competencia, ganó por 3 segundos y 6/10 de diferencia. Y conquistó por quinta vez el título de campeón mundial.
"Hice cosas que no hice jamás y creo que nunca volveré a hacerlas", comentó aquel 4 de agosto Fangio a Hawthorn, una frase que el británico repetiría hasta el hartazgo. "Mike y yo fuimos primero y segundo en la clase de los mortales", comentó Collins. El Chueco condujo como poseído y el desgaste físico y mental resultó tan extremo que después de Nürburgring estuvo dos noches sin dormir, reveló a fines de 1957. "La excitación era tal que cerraba los ojos y se me aparecía la carrera otra vez. Yo no había conducido jamás como esa vez, pero también comprendí que jamás podría volver a conducir tan rápido", fue la explicación para aquella hazaña.
Fangio firmó una exhibición de manejo en Nürburgring, el circuito más difícil y peligroso de la F. 1. La tarea fue una obra a puro acelerador, manejo y coraje para ensayar una remontada de fábula, ganar el Gran Premio de Alemania y coronarse por última vez.
El segundo nacimiento de Lauda
Niki Lauda luchaba por revalidar la corona y su máximo rival era el británico James Hunt. El GP de Alemania de 1976 se convirtió en el segundo nacimientodel austríaco, el que lo convirtió en una leyenda. Apenas dos giros de carrera, y el espanto se apoderó a Nürburgring: en Bergwerk, a siete kilómetros de la largada, su Ferrari 312T2 se estrelló contra el guardarraíl, regresó a la pista desmembrado y hecho una bola de fuego, y fue embestido por Brett Lunger. Las imágenes del horror y el peor presagio sobrevolaron la escena: el cuerpo de Lauda estuvo varios minutos entre las llamas y nadie se atrevía a certificar que el piloto podría salir con vida.
En un circuito tan extenso, los servicios de urgencia tardaban demasiado tiempo. En la desesperación, el italiano Arturo Merzario –también Guy Edwards y Harald Ertl detuvieron sus autos– logró desabrocharle el cinturón de seguridad y rescatarlo del infierno. Lunger, que tenía experiencia en reanimación y primeros auxilios, asistió a Lauda hasta el arribo de la ambulancia.
Quemaduras de tercer grado en el rostro, la cabeza y las manos; inhalación de gases que le dañaron los pulmones. Pérdida casi total de la oreja derecha y los párpados. Un cura le dio la extremaunción cuando estaba en la unidad de cuidados intensivos… Pero el milagro estaba en marcha, y 40 días después, con algunas heridas todavía no cicatrizadas, el austríaco regresó a las pistas en Monza, con un cuarto puesto. Atrás quedaba el infierno y nacía el mito resucitado.
Las historias de Nürburgring puede ampliarse este fin de semana, con una estadística impresionante. Después de los errores y la doble penalización que recibió en Rusia por ensayar largadas en lugares que no estaban habilitados para eso, Hamilton se prepara para igualar en el oeste alemán el número de victorias de Schumacher, el piloto que, con cinco éxitos, es el que más ganó en ese circuito. El mismo fin de semana en que Mick Schumacher debutará con Alfa Romeo en un entrenamiento en un auto de Fórmula 1.
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