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Fórmula 1. Lewis Hamilton, el obsesivo coleccionista en busca de las marcas de Michael Schumacher
Un coleccionista de marcas. Un cazador de récords que asomaban irreducibles para la Fórmula 1, aunque los históricos registros se rinden ante su voracidad. Cada estadística es un reto para Lewis Hamilton, que tienen como principal meta los siete títulos del mundo que selló el alemán Michael Schumacher entre 1994 y 2004.
Pero mientras traza el recorrido para lograr en esta temporada el objetivo de máxima, el piloto de Mercedes reescribe los datos con cada conquista. El Gran Premio de Hungría reflejó la ambición y la distancia que existe entre Hamilton y sus rivales de la grilla. Una supremacía que se evidencia en los resultados, pero también en los detalles para minimizar riesgos y alzarse con la mejor cosecha de puntos en juego.
En el circuito de Hungaroring inscribió por octava vez su apellido entre los vencedores y emparejó el récord de Schumacher, que celebró ochos veces en el circuito de Magny Cours, en Francia; en el trazado que se levanta en el pequeño y tradicional poblado de Mogyoród firmó el triunfo número 86 en 253 carreras y saltó a la cima del Campeonato de Pilotos; un día antes había marcado su pole N°90, aunque esa estadística ya tiene su rúbrica desde el GP de Italia, en Monza, en 2017.
'Get in there Lewis' [R][R]An eighth win in Hungary for @LewisHamilton- and he takes top spot in the driver standings after three races of the 2020 season [R]#HungarianGP [R][R] #F1pic.twitter.com/yHEPFZY4sO&— Formula 1 (@F1) July 19, 2020
Los calendarios indican que Hamilton necesita de un par de carreras para alcanzar su mejor nivel, pero en una temporada que empezó de modo tardío, por la pandemia mundial de Covid-19, el británico se ajustó a la urgencia. Después de 217 días de inactividad –desde el GP de Abu Dhabi 2019, con el que se cerró el campeonato, y la apertura en Spielberg, el 5 de julio pasado- descifrar cómo se desenvolvería el británico, que en los ensayos de pretemporada en Montmeló se preocupó por la falta de fiabilidad del motor Mercedes, resultó ser una ecuación que se resolvió con rapidez: disperso en el estreno, donde fue eje de las acciones –desde protagonismo en la batalla contra el racismo y a favor de la diversidad a las penalidades en la clasificación y en la carrera, por no respetar señalizaciones y un encontronazo en la pista con Alexander Albon-, desactivó el ruido externo con dos éxitos consecutivos: en el GP de Estiria –segunda cita en Austria- y ahora en Hungría, un trazado que domina como nadie.
"En el inicio en Austria hubo algunos golpes para los que no estaba listo, pero después vinieron dos carreras geniales. El fin de semana pasado fue muy bueno, pero éste resultó mejor. Hungría es una de mis carreras favoritas y lo demostramos en el comienzo, con la pista un poco resbaladiza… Pero también con los pits stop adecuados, en cómo gestionamos los neumáticos… El trabajo del equipo, de los que vienen a las carreras y de los que trabajan en las actualizaciones en la fábrica, es extraordinario", relató Hamilton, que como experto líder no deja de reconocer a los héroes anónimos que esconde cada éxito.
Un obsesivo y las razones de batallar por un punto
Tomó el largo receso para oxigenarse, como si los descansos cortos a Hamilton no le alcanzaran para llenarse de energía. Después del fallo en el debut no utilizó las jornadas libres para pasear ni recorrer las montañas austríacas: trabajó con los ingenieros de Mercedes para mejorar; en Hungría –se detectaron los dos primeros casos de coronavirus dentro de la burbuja de la F.1, que lleva realizados 9500 tests-, los miembros de los equipos con pasaportes británicos y de países no europeos quedaron confinados entre el circuito y los hoteles: romper la regla equivalía a una multa de 15 mil euros. Hamilton volvió a permanecer en un motorhome, dentro del predio del Hungaroring, enfocado en sus objetivos. El resultado fue contundente y mucho más rotundo si se compara con el desempeño de su compañero de techo, Valtteri Bottas, y con Max Verstappen (Red Bull Racing), tercero y segundo, respectivamente.
Bottas arribó como puntero del campeonato, pero su tarea se enseña inversa a la de Hamilton: de mayor a menor. Victoria en el debut, un segundo puesto en el GP de Estiria y ahora tercero en Hungría. Una defectuosa largada –movió el auto y evitó una penalización porque no se salió del cajón-, motivó una caída del segundo al séptimo lugar e hipotecó sus posibilidades de batallar. "Quería adelantarlo [a Hamilton] en la partida, pero fue muy mala. Reaccioné a una luz del volante y no a las del semáforo, un error que me complicó la carrera. Remontamos, pero no fue suficiente", explicó el finlandés, que acordará continuar en Mercedes para 2021. Verstappen terminó por disfrutar lo que pudo ser una catástrofe: camino a la grilla se despistó y golpeó el RBR contra un muro. La tarea de los mecánicos fue titánica: cambio de trompa y ajustes que lo devolvieron antes del tiempo de penalización, que hubiera significado largar desde la calle de boxes: el neerlandés agradeció con la firma del segundo puesto. "El accidente no fue la forma en que queríamos empezar y el mérito del podio es de los mecánicos. Ser segundos fue como una victoria, si pienso que estuve a punto de no poder correr", resaltó la mejor espada de RBR.
Esos detalles, esas desatenciones del resto, las exprime Hamilton. El sábado marcó la pole con un tiempo récord para el circuito -1m13s447/1000-; el domingo puntuó la unidad extra en juego, al marcar en el último giro la mejor vuelta de la carrera, al cronometrar 1m16s627/1000. Ahí ayudó la estrategia de Mercedes, de su ingeniero Peter Bonnington –recibió el premio de Constructores-, que estiró el ingreso a los boxes para calzar neumáticos blandos y así tomar el mayor rédito. "Como es un calendario corto fui por el último punto: sé lo que vale un punto en un campeonato, porque perdí un título por un punto. Hay que maximizar cuando se tiene un día de alto rendimiento", explicó Hamilton, que con la respuesta recordó la frustración de 2007, cuando Kimi Räikkonen -por entonces en Ferrari- lo doblegó al sumar 110 puntos, mientras que el británico, al volante de un McLaren, acumuló 109.
Hamilton selló pole y triunfo en cada una de sus 14 temporadas en la F.1; firmó ocho triunfos en Hungría, donde ganó por primera vez en 2007, un año después de que Schumacher sellara su octava victoria en Francia. El primer éxito del británico en Mercedes fue en el Hungaroring en 2013, cuando reemplazó al alemán en las Flechas de Plata.
Las dos próximas citas del Gran Circo serán en Gran Bretaña, y de treparse las dos veces al podio emparejará al Káiser, que tiene el récord de 155 premiaciones; nadie ganó más veces que Hamilton en Silverstone –seis, cinco en las últimas seis presentaciones-, por lo que de sostener el ritmo en 2020 podría hacer caer el número mágico e histórico de 91 victorias de Schumacher. "Él ganaba, pero seguía y seguía; eso es lo que tengo que intentar yo ahora", fijó el británico, el piloto que quiere atrapar todas las marcas.
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