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500 Millas de Indianápolis: Helio Castroneves, leyenda ante 135.000 espectadores
El brasileño obtuvo su cuarta victoria en la tradicional carrera que contó con la presencia multitudinaria de público, la mayor en un espectáculo deportivo desde que se desató la pandemia mundial de Covid-19
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Un hombre que se convierte en leyenda en una jornada histórica. Helio Castroneves firmó su cuarta victoria en las míticas 500 Millas de Indianápolis, el espectáculo deportivo que ofreció un número impactante de público en las tribunas del Indianápolis Motor Speedway (IMS): 135 mil fanáticos asistieron al óvalo, cubriendo un 40 por ciento de la capacidad que tiene el autódromo estadounidense; la mayor asistencia desde que se desató la pandemia mundial de Covid-19.
Una función de 200 giros atrapantes y con una definición a pura adrenalina en la pista, con el brasileño, de 46 años, que repitió el éxito y la gloria al igual que en 2001, 2002 y 2009; una fiesta en las gradas, con la gente que disfrutó de un acontecimiento que quedará en el recuerdo por el nombre y el logro del ganador, pero también por esa multitud que asistió a una de las carreras que conforma la Triple Corona del automovilismo, junto con el Gran Premio de Mónaco y las 24 Horas de Le Mans.
La presencia del público hizo que el festejo que inmortalizó Castroneves tuviera la pasión que el brasileño transmite en el auto. Como en su juventud, Helio se trepó al alambrado que separa la pista de la tribuna y lo escaló. De ahí el apodo de Spiderman, con el que conquistó a los estadounidenses; el ídolo también se hizo cuando ganó un concurso de baile por TV, al estilo “Bailando por un sueño”.
Mientras el piloto lloraba de alegría y se abrazaba con cada integrante del Meyer Shank Racing, estructura a la que se unió en 2021 después de correr durante 21 años bajo el paraguas del Team Penske, los fans ondeaban banderas de Brasil y con sus celulares inmortalizaban ese instante que con el paso del tiempo será un recuerdo eterno: por el ganador y también porque Indianápolis 500 intentó retornar a la vieja normalidad en época de nuevas reglas de convivencia a las que se adapta la sociedad.
“¡Amo Indianápolis! ¡Ustedes no lo entienden! Los aficionados, ustedes, me dan energía”, expresó Castroneves, que se une al selecto grupo de pilotos que logró cuatro victorias en las 500 Millas: AJ Foyt, Al Unser Sr. y Rick Mears, que logró el póquer en 1991 y fue su antiguo mentor con el Team Penske; ellos, los únicos en vencer en The Greatest Spectacle in Racing. La alegría desbordante del paulista lo llevó a correr a pie un sector de la recta principal agitando los brazos, lanzando besos de agradecimiento a los espectadores que observaban desde las gradas al piloto que escribía una nueva historia en el automovilismo mundial.
This is "The Greatest Spectacle in Racing."
— NTT INDYCAR SERIES (@IndyCar) May 30, 2021
The Green flag is out for the 105th Indy 500.
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Nadie del paddock se quedó sin saludarlo: el colombiano Juan Pablo Montoya –finalizó noveno- lo cruzó en esa recorrida para fundirse en un abrazo y levantar a la leyenda, que recibió un afectuoso saludo de Mario Andretti, campeón de la F.1 y de Indy y vencedor en las 500 Millas de Indianápolis. No fue casualidad que después del saludo de los mecánicos del equipo, fueran los antiguos camaradas del Team Penske los que se acercaran a felicitar a Castroneves. Entre ellos estaba Will Power, con el que compartió años en la escudería de Roger Penske, quien con una sonrisa le señaló: “Miraba la torre y me preguntaba quién sería el del auto 06; ¡eres una leyenda!”.
“Corrí dos carreras este año y gané dos, diría que eso es bastante bueno”, comentó con chispa Castroneves, que con rapidez lanzó un mensaje para aquellos que lo quisieron retirar por su edad: “No sé si esta es una buena comparación, pero Tom Brady ganó el Super Bowl y Phil Mickelson el PGA Championship, así que los mayores todavía están pateando el trasero de los jóvenes”. Brady lo hizo con 43 años en su primera temporada con Tampa Bay; Mickelson, a los 50 años –el de mayor edad en la historia-, la semana pasada en Kiawah Island, Carolina del Sur. Ayer, Castroneves a dos vueltas de las 200 superó a Alex Palou -24 años- para arrebatarle el primer puesto y lograr la mítica victoria; el mexicano Pato O’Ward (21 años) fue otro de los animadores de la carrera.
Helio.
— NTT INDYCAR SERIES (@IndyCar) May 30, 2021
A name that will echo around the Racing Capital of the World for decades to come.#INDYCAR // #INDY500 // @h3lio pic.twitter.com/ywBEiD5PRw
Después de correr en IMSA, donde se consagró campeón en 2020 en la despedida del equipo Penske, la decisión del dueño de desmantelar la estructura lo dejó en libertad de decidir su futuro. Meyer Shank Racing lo tentó para manejar un segundo auto durante seis carreras, una de ellas las 500 Millas de Indianápolis. “Está poniendo todo en juego para convertirse en un equipo exitoso, creo que voy a ser muy feliz de ser parte de él”, señalaba Castroneves, tras aceptar el desafío. Y en la nueva aventura se encontraría con Matt Swann, un viejo conocido: “Mi jefe de equipo es el mismo que tuve en 1999, cuando me uní a Hogan Racing. Cuando yo me asocié con Penske él lo hizo con Chip Ganassi Racing, donde estuvo durante dos décadas. Es un hermoso reencuentro: los ciclos del mundo son muy locos y la buena gente vuelve a estar junta”.
La nueva normalidad y la tradición
Desde que el 21 de abril pasado las autoridades del Departamento de Salud Pública del condado de Marion aprobaron la presencia del público –en 2020 se corrió sin espectadores-, se lanzó una campaña que incluyó la posibilidad de vacunarse a aquellos que compraran un ticket para la carrera. “Nuestro aficionado lo son todo para nosotros y estamos deseando darles la bienvenida para la Indy 500 de este año”, decía J Douglas Boles, el presidente de IMS. Ayer, además de la asistencia limitada, otras medidas en la pista de 4,024 kilómetros fue el uso de mascarillas, controles de temperatura en los accesos y descubrir espacios para que no se aglomere la gente en un determinado sector de la tribuna. Las imágenes de la televisión enseñaron que no siempre se cumplió de modo puntilloso con el protocolo, que para evitar congestionamientos se evitó la venta de entradas el día de la carrera y se impusieron procesos frecuentes de limpieza y saneamiento, con desinfectante de manos y estaciones de lavados.
Por el lado de la tradición, se volvió a correr en la jornada del Memorial Day –en 2020 se aplazó a agosto-; las banderas amarillas estuvieron presente como lo marca la historia –la primera, con el accidente de Stefan Wilson en los pits y luego con el de Graham Rahal, al que no le ajustaron el neumático trasero izquierdo y al regresar a la pista se le salió la goma y chocó contra el muro- y el sorbo de leche al 2% de grasa, aunque Castroneves derramó como también es costumbre de muchos el resto del contenido de la botella sobre su cara –Emerson Fittipaldi en 1993 optó por beber jugo, ya que promocionaba una marca brasileña, pero el público reprobó con abucheos esa actitud-.
El rápido retraso del poleman Scott Dixon, que se quedó sin combustible antes del primer ingreso a los pits, abrió el juego para varios pilotos: los de la nueva generación y los que defienden con jerarquía a la vieja guardia. “Todavía tengo la pasión, todavía tengo el fuego. Planeo usar en 2021 lo que tengo para obtener esa cuarta victoria en Indy 500 y ayudar al equipo a obtener algunas victorias. Ese es mi objetivo final”, anunció Castroneves cuando se unió al Meyer Shank Racing; cumplió y como dato extra, con un tiempo de 2h37m19s, firmó el triunfo más rápido de la historia de las 500 Millas de Indianápolis.
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