San Pablo y Porto Alegre, capitales del arte en 2020
Mañana se dará la señal de largada para un año intenso de arte en Brasil. Con el inicio de la 34ª edición de la Bienal de San Pablo (BSP), que se realiza desde 1951, el país vecino concentrará la atención, esta vez por buenas razones. Al cuidado de un europeo, el napolitano Jacopo Crivelli Visconti, la BSP tendrá un formato original respecto de años anteriores. De febrero a agosto, las exposiciones y performances se realizarán en el Pabellón Ciccillo Matarazzo, su sede habitual, y de septiembre a diciembre, en veinticinco instituciones, entre otras, el Museo de Arte de San Pablo, el Instituto Moreira Salles, el Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad y la Oficina Cultural Oswald de Andrade. En simultáneo, de abril a julio, se desarrollará en Porto Alegre la 12ª Bienal del Mercosur, curada por la investigadora y ensayista argentina Andrea Giunta. Actualmente, Giunta se encuentra en la Universidad de Helsinki, invitada para brindar una conferencia sobre las creadoras olvidadas de América Latina y África a causa del sesgo patriarcal que interviene en las historias del arte.
San Pablo, meca del arte contemporáneo
Obras de noventa artistas de todo el mundo participarán de la BSP. Veintiocho de ellos tendrán muestras individuales, como León Ferrari, en el centenario de su nacimiento, y Hélio Oiticica, a cuarenta años de su muerte. Entre los artistas seleccionados por Crivelli Visconti y su equipo (el brasileño Paulo Miyada, la argentina Carla Zaccagnini, el italiano Francesco Stocchi y la española Ruth Estévez), aparecen desde Giorgio Morandi hasta Ximena Garrido-Lecca, pasando por el chileno Alfredo Jaar, el ecuatoriano Adrián Balseca y el estadounidense (y nonagenario) Alex Katz. Se advierte además un gran porcentaje de artistas de diversas regiones de Brasil, entre ellas Lygia Pape, la poeta campesina y cronista Carolina Maria de Jesus y la lúdica Regina Silveira.
"Es una propuesta inédita, porque la exposición se expandirá tanto temporal como espacialmente –dice Crivelli Visconti a LA NACION–. La primera muestra [de la peruana Garrido-Lecca] y la primera performance [del sudafricano Neo Muyanga] son este sábado, y serán seguidas por una serie de eventos que culminarán en la gran muestra de septiembre". Según el curador jefe, en la BSP subyacen ejes temáticos que se podrán entender mejor cuando tenga lugar esa exposición principal. "Pero ese no fue nuestro punto de partida –destaca–. Con los otros curadores lo que nos planteamos fue en principio una metodología, y los temas se fueron poco a poco definiendo a partir de los artistas y de las obras que nos parece importante y urgente mostrar en el momento que vivimos". La crisis del medio ambiente, la emergencia de autoritarismos, el arte hecho por mujeres y los usos de tecnologías ancestrales y novísimas figuran entre las perspectivas posibles.
Para Crivelli Visconti, la BSP cumple un papel importante en el ecosistema artístico paulistano, en el brasileño y, en cierta medida, en el de América Latina. "En ese contexto, ha sido y sigue siendo fundamental, también porque es un lugar donde se pueden llevar a cabo proyectos experimentales como el que planteamos". Consultado acerca de los "enemigos" del arte contemporáneo, que se manifiestan de México a Buenos Aires en contra de determinadas propuestas, el curador jefe de la BSP los define como "aquellos que no están abiertos al diálogo, ni a entender que es lo que el arte contemporáneo plantea". En un contexto como el brasileño, con Jair Bolsonaro y la derecha evangélica en el poder, no cabe duda de que la BSP abrirá discusiones.
Feminismos en Porto Alegre
La Bienal del Mercosur, que se realiza desde 1997 en la ciudad de Porto Alegre, tuvo con los años algunos cambios procedimentales y problemas presupuestarios. Hasta 2007, se exhibían en ese marco envíos nacionales de los países organizadores (en su inicio, Brasil, la Argentina, Paraguay y Uruguay) e invitados. Desde entonces, un curador o una curadora general propone un enfoque para convocar a los artistas. En 2018, se anunció que la historiadora de arte, curadora e investigadora Andrea Giunta sería la encargada de organizar la nueva edición de la bienal. Giunta es la tercera mujer, después de Victoria Noorthoorn y la mexicana Sofía Hernández Chong Cuy, en asumir ese rol. Con ella trabajarán los brasileños Fabiana Lopes e Igor Simões, y la polaca Dorota Biczel.
"Fui invitada a presentar un proyecto sobre artistas mujeres para la actual edición de la bienal cuando estaba por viajar a San Pablo a instalar Mulheres Radicais. Arte Latinoamericano, 1960-1985 en la Pinacoteca de San Pablo, exposición que cocuramos con Cecilia Fajardo-Hill–dice Giunta–. Pensé que era una buena oportunidad de dar continuidad en el arte contemporáneo a las investigaciones que había comenzado siete años atrás en relación con una exposición histórica, y el proyecto Femenino(s). Visualidades, acciones y afectos fue seleccionado". La bienal tendrá varias sedes (como el Museo de Arte de Rio Grande do Sul y la Fundación Iberê Camargo) y la entrada será libre y gratuita.
Según la autora de Poscrisis: arte argentino después de 2001, una bienal proporciona mayor libertad curatorial que una exposición histórica. "Podemos explorar con mayor libertad sexualidades desmarcadas, identidades fluidas, sin dejar de lado la lucha por la representación igualitaria, y contra la violencia hacia los cuerpos femeninos y feminizados". Si bien la Bienal del Mercosur es latinoamericana, se inscribe en un plano internacional. "Quizás el aspecto inserto en la historia cultural latinoamericana que más me ha interesado es la condición oblicua del lenguaje gestada en contextos de vigilancia extrema como fueron los de las dictaduras latinoamericanas", señala Giunta. "Aspiro a una reunión de voces disidentes, un foro y un coro, en el que la belleza de la imagen conmueva certezas y mantenga activas las tramas más poderosas de la cultura", concluye.
Entre los objetivos de la bienal, se tuvo en cuenta la representación de otras voces acalladas, como las de la cultura afrolatinoamericana. "Esa es, probablemente, la mayor intervención que aspira a producir la bienal en el statu quo del arte latinoamericano, predominantemente blanco y patriarcal", concluye Giunta. Como parte de la estrategia de la bienal mercosuriana, los nombres de los artistas participantes se conocerán días antes de la inauguración, que tendrá lugar el próximo 16 de abril.
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