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Aunque cada vez más los estereotipos son puestos en jaque, aún vivimos inmersos en la cultura de lo estético, donde se ensalza constantemente el ideal del “cuerpo perfecto” asociado con la belleza y el éxito. “La obsesión por estar delgados no tiene edad”, subraya Juana Poulisis, psiquiatra y quien desde hace casi tres décadas se especializa en trastornos de la conducta alimentaria (TCA). Explica que en los últimos tiempos los desórdenes alimentarios no se reducen a la franja de los jóvenes o adolescentes, sino que se han extendido a nuevos grupos de riesgo: a los consultorios llegan casos de niñas que todavía no han tenido su primera menstruación como de mujeres de más de 40 años. También, señala que se incrementaron los casos de varones de todas las edades.
A qué estar atentos
Si bien cada trastorno de la conducta alimentaria tiene sus particularidades, existen algunas señales de alerta que pueden ayudar a detectar situaciones de riesgo:
¿Cuáles son las causas?
Los especialistas coinciden en que son enfermedades complejas, en las que intervienen una multiplicidad de factores, entre ellos:
- La predisposición biológica.
- La vulnerabilidad emocional.
- Las características de la personalidad (como la sobreexigencia, la impulsividad o la dificultad de poner en palabras las emociones), del entorno familiar y social.
Con respecto a los factores socioculturales que pueden ser potenciales riesgos o influir en el desarrollo de un trastornos de conducta alimentaria (TCA), la mexicana Eva Trujillo, expresidenta de la Academy for Eating Disorders, pediatra, especialista en adolescentes y trastornos de la conducta alimentaria, señala:
- El estigma sobre el peso: es decir, una discriminación basada en el peso de la persona. Según la especialista, predomina en la sociedad un constante mensaje sobre que estar delgado es mejor y deseable, que puede llevar a poblaciones vulnerables a desarrollar un TCA.
- El bullying vinculado al peso. Más de la mitad de quienes padecen un TCA reportan haber sido víctimas de bullying por su peso previamente.
- La figura del "cuerpo perfecto": el estereotipo ideal de cuerpo que la sociedad nos ha impuesto y al cual solamente, según Trujillo, tres de cada 100 mujeres pueden obtener en forma natural.
- Apoyo social limitado: aunque no está claramente descrito como un factor de riesgo, y que posiblemente esté ligado a otras patologías como ansiedad social, muchos de quienes padecen un TCA, particularmente anorexia nerviosa, reportan tener pocos amigos, actividades sociales muy limitadas y, por ende, menos apoyo social y sentirse aislados.
- La influencia de las redes sociales y medios de comunicación: a mayor tiempo en redes sociales, mayor problema. Estudios recientes muestran que las selfies editadas son un factor de riesgo para los TCA.
- Obsesión por la comida saludable: la tendencia a la alimentación "sana" con muchas restricciones puede volverse peligrosa, sobre todo entre las chicas más jóvenes. Alicia Alemán, psicóloga con una vasta experiencia en trastornos alimentarios, explica: "Una alimentación saludable implica que se pueda comer de todo de forma moderada, sin alimentos que estén prohibidos, no permitidos, que sean considerados malos o temidos, y con una actividad física moderada".
Cómo acompañar
¿Qué hacer si estamos preocupados? Depende de la edad. Paula Hernández, psicóloga y coordinadora general de La Casita, explica que si notamos algo que nos llama la atención, hay que consultar con un profesional y, si no somos los padres, ampliar la red para ver si hay otras personas que están notando esas señales. Y da una serie de recomendaciones:
- Intervenir: en caso de que se trate de niños, niñas o adolescentes, pedir ayuda a un especialista en la temática. Si lo detectó una persona que no es la que está a cargo del chico o la chica, primero hablar con los padres.
- No dejarlos solos: ya que muchas veces las personas con un desorden alimentario se aíslan, dejan de salir o de contestar llamados. Por eso, los amigos no lo deben tomar como algo personal sino que es bueno que entiendan que quien padece un trastorno de la alimentación está pasando por un mal momento. Cuando se trata de planificar programas o salidas, el consejo es buscar aquellas actividades que no estén relacionadas con la comida, ya que eso es lo que más le cuesta.
- No hacer comentarios relacionados al aspecto físico: es aconsejable hacer mención al estado de animo, su actitud o al vínculo pero no a su apariencia física. Por ejemplo: "Tenés la mirada más alegre" o "te noto más animado".
- Buscar ayuda profesional: toda la ayuda debe estar orientada a que la persona comience un tratamiento debido a que estos trastornos no se resuelven solos y necesitan un enfoque interdisciplinario. La recuperación se vuelve más fácil cuando las conductas no están tan instaladas y la detección temprana también es importante para evitar el desencadenamiento de otras patologías.
A dónde recurrir en busca de ayuda
- Hospital Durand: Tel.: 011 4982-5555 / 5655
- Hospital Piñero: Tel.: 011 4631-8100 / 0526
- Hospital Borda: Tel.: 011 4305-6666 / 6485
- Hospital Pirovano: Tel.: 011 4546-4300
- Hospital Argerich: Tel.: 011 4121-0700
- Hospital Garrahan: Tel.: 011 4122-6000
- Hospital Gutiérrez: Tel.: 011 4962-9247
- La Casita: es un centro de atención y prevención para adolescentes y jóvenes y su familia. Para el abordaje de la problemática que pueda surgir, trabaja enfatizando los recursos de la persona y su sistema familiar apoyándose principalmente en el grupo de pares. Cel: +54 9 11 4914-2545 (atención de 13 a 18).
- CITPAD: es una institución médica especializada en anorexia, bulimia y trastornos depresivos. Tiene un hospital de día. Tel.: 011 4863-7640
Fuentes
-Entrevistas a especialistas
-Los nuevos trastornos alimentarios, Juana Poulisis
Metodología. Cómo lo hicimos
Este artículo forma parte de “Hablemos de trastornos de la alimentación”, una guía de Fundación La Nación que incluye las voces y las recomendaciones de algunos de las y los principales referentes en esta temática de la Argentina, así como también testimonios en primera persona. Además de las entrevistas cualitativas, se realizó un análisis de datos estadísticos y una compilación de trabajos elaborados por distintas organizaciones gubernamentales y de la sociedad civil, y contó con la curaduría de Juana Poulisis, psiquiatra, magister en psiconeurofarmacología, presidenta del capítulo hispano de Academy for Eating Disorders.