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En Internet, en las redes sociales, por el “boca en boca” o a través de WhatsApp, las dietas de todo tipo que nos prometen bajar “esos kilitos de más” en tiempo récord circulan con mayor frecuencia. Pero, ¿qué es lo que le pasa a nuestro cuerpo y mente cuando nos sometemos a dietas muy restrictivas? ¿Cuáles son los riesgos?
- Cambios de humor. Los expertos explican que estas "dietas express" además pueden generar irritabilidad, insomnio, dolores de cabeza y frío recurrente en manos y pies, ya que el cuerpo disminuye su temperatura para conservar la poca energía disponible.
- Efecto rebote. Los planes de alimentación tan restrictivos son difíciles de mantener en el largo plazo y terminan llevándonos al descontrol. Por este motivo es importante saber que muchas veces las dietas hipocalóricas son la puerta de ingreso a un trastorno de la alimentación y están contraindicadas en adolescentes.
- Resultados rápidos pero insostenibles. "Este tipo de dietas tiene un altísimo índice de fracaso", asegura Alejandra Freire, nutricionista del Servicio de Cirugía Bariátrica del Hospital de Clínicas y coordinadora del área de nutrición de La Casita. No es posible sostenerlas a largo plazo, ya que son demasiadas las restricciones impuestas. Esto genera irritabilidad y aislamiento, ya que tienden a evitar determinados lugares con el fin de poder seguir las indicaciones de la dieta "milagrosa", por lo que terminan también restringiendo su vida social.
- Convertirse en dietante crónico. Después de hacer tanta dieta, disminuye el gasto metabólico basal, es decir, baja la cantidad de energía que consume el organismo a lo largo del día para cumplir con sus funciones básicas vitales como dormir, respirar o hacer la digestión. Esto significa que, en la adultez, las personas que hicieron dieta durante toda su vida presentan dificultad para bajar de peso porque disminuyó el gasto energético de su cuerpo. A medida que va pasando el tiempo, por este motivo, necesitan realizar dietas más estrictas para ver resultados.
El peligro para la salud
Cuando una persona cae en un trastorno de la alimentación, los daños a su salud son múltiples. Algunos de los físicos (además, existen muchos otros a nivel emocional y psicológico) son los siguientes:
- Daños cardíacos: uno de los efectos de la restricción alimentaria extrema es la pérdida de masa muscular a nivel general, que en el caso de alguien con anorexia puede incluir el adelgazamiento del músculo cardíaco.
- Hipotensión: la baja presión arterial está asociada a la mala alimentación.
- Anemia: por un bajo nivel de hierro en sangre.
- Caries: los vómitos traen problemas en los dientes debido al ácido clorhídrico del estómago que desgasta el esmalte, potenciando la aparición de caries y esofagitis.
- Problemas gástricos: la alta frecuencia de los vómitos puede provocar reflujo gastro-esofágico. Además, el modo como se introduce el vómito trae lesiones en la garganta, en el paladar, en las encías y en el esófago.
- Nivel de potasio: en las personas que vomitan para purgar sus ingestas se verifican muy bajos niveles de potasio, comprometiendo seriamente la función cardíaca.
- Deterioro de la estructura y fuerza de los huesos.
- Resquebrajamiento del cabello y de la piel que se vuelve áspera y reseca por la falta de hidratación y nutrientes.
¿Cómo debe ser un plan de alimentación saludable?
- Entre los errores más frecuentes que conducen al fracaso de las dietas se destacan el saltear comidas, disminuir porciones a una cantidad mínima de calorías, quitar variedad (por ejemplo, comer todo fruta o verdura) y no incluir cosas ricas. "Todo eso después nos va a llevar al descontrol, porque la manera de reincorporar los alimentos prohibidos es de forma compulsiva y puede desencadenar en un trastorno de la alimentación", sostiene Juana Poulisis, Juana Poulisis, psiquiatra y felllow de la Academy of Eating Disorders.
- La recomendación es evitar las dietas que tienen un principio y un fin ya que no existen las soluciones mágicas, sino que debe darse un cambio de hábitos que podamos sostener en el tiempo. "El plan de alimentación tiene que ser acorde al tipo de vida que tenga el paciente, a su gasto calórico, a sus hábitos y a sus gustos para que puedan ser sostenidos en el tiempo. Por eso, tienen que ser individualizados", enfatiza Freire.
- Un plan de alimentación saludable debe incluir una amplia variedad de alimentos con macronutrientes (hidratos, proteínas y grasas), tiene que ser armónico, variado, adecuado a la edad y al tipo de actividad que realice la persona. "Lo ideal es que de tus calorías un 50% sean hidratos, un 20% proteínas y un 30% grasas de buena calidad. Después, con cada paciente hay que personalizar para que se conviertan en planes adecuados y sostenibles a la realidad de cada uno", detalla Freire.
- No debe haber "permitidos" ni "prohibidos", sino contenerlos a todos de una manera equilibrada y saludable. Poulisis señala que se deben incluir alimentos que también sean "objeto de deseo", que son los que pertenecen al grupo de los históricamente prohibidos. Esa es la clave para evitar futuros descontroles en relación a la comida.
En este sentido, Poulisis brinda otras recomendaciones:
- Realizá entre cuatro a seis comidas diarias y comer despacio, tomándose el tiempo para realizar cada comida.
- A la hora de comer, no focalices toda la atención en los alimentos. Vivir el momento de la mesa en familia o con amigos, tomarla como una oportunidad de conversar y compartir, en un ambiente distendido y seguro. Para ello, es clave desconectarse de las pantallas.
- Escuchá e identificá la sensación de hambre y saciedad.
- No te castigues por no lograr cumplir objetivos nutricionales propuestos. No siempre es posible comer como se quiere.
- No abuses del ritual de pesarte.
- Incorporá actividad física como una rutina normal en el plan semanal sin sentirte culpable si no lográs sostenerla. Recordá que las situaciones extremas de poca comida y mucha actividad física son incompatibles a largo plazo.
A dónde recurrir en busca de ayuda frente a un trastorno de la alimentación
- Hospital Durand: Tel.: (011) 4982-5555 / 5655
- Hospital Piñero: Tel.: (011) 4631-8100 / 0526
- Hospital Borda: Tel.: (011) 4305-6666 / 6485
- Hospital Pirovano: Tel.: 011 4546-4300
- Hospital Argerich: Tel.: 011 4121-0700
- Hospital Garrahan: Tel.: 011 4122-6000
- Hospital Gutiérrez: Tel.: 011 4962-9247
- La Casita: es un centro de atención y prevención para adolescentes y jóvenes y su familia. Para el abordaje de la problemática que pueda surgir, trabaja enfatizando los recursos de la persona y su sistema familiar apoyándose principalmente en el grupo de pares. Cel: +54 9 11 4914-2545 (atención de 13 a 18).
- CITPAD: es una institución médica especializada en anorexia, bulimia y trastornos depresivos. Tiene un hospital de día. Tel.: 011 4863-7640
Fuentes
-Entrevistas a especialistas
-Los nuevos trastornos alimentarios, Juana Poulisis
Metodología. Cómo lo hicimos
Este artículo forma parte de “Hablemos de trastornos de la alimentación”, una guía de Fundación La Nación que incluye las voces y las recomendaciones de algunos de las y los principales referentes en esta temática de la Argentina, así como también testimonios en primera persona. Además de las entrevistas cualitativas, se realizó un análisis de datos estadísticos y una compilación de trabajos elaborados por distintas organizaciones gubernamentales y de la sociedad civil, y contó con la curaduría de Juana Poulisis, psiquiatra, magister en psiconeurofarmacología, presidenta del capítulo hispano de Academy for Eating Disorders.
LA NACION