Tránsito: la Ciudad quiere suspender hasta dos años las licencias a quienes manejen alcoholizados
Un proyecto de ley del Ejecutivo busca endurecer las penas para los conductores que no superen el test; también, sumar mayor exigencia en la tramitación del carnet
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El consumo de alcohol en exceso, la imprudencia y la velocidad al volante matan. Eso marcan las estadísticas de seguridad vial de la ciudad, donde las bebidas alcohólicas están presentes en dos de cada ocho accidentes de tránsito fatales, a pesar de que la cantidad de muertes disminuye año tras año. El gobierno porteño se plantea reducir aún más el riesgo con una propuesta integral de convivencia vial y medidas drásticas: la suspensión de las licencias a aquellos conductores que no superen el test de alcoholemia, multas económicas superiores a los $100.000 y mayor exigencia en los exámenes para obtener el carnet.
Lo hará mediante un proyecto que envió ayer a la Legislatura porteña para darle tratamiento antes de fin de año, diseñado con el apoyo de la Fundación Bloomberg Philanthropies y elaborado junto a organizaciones de familiares de víctimas de siniestros de tránsito. Intenta ser una herramienta que ayude a reducir aún más los fallecimientos en accidentes, que –bajo la influencia de la cuarentena– en 2020 fueron 82, un 20% menos que el año anterior cuando se registraron 103 (en 2018 habían sido 147).
La graduación máxima tolerada para conducir en la ciudad es de 0,5 gr/l de alcohol en sangre para vehículos particulares, 0,2 gr/l para motociclistas y hay tolerancia cero para principiantes y conductores profesionales. Si se modifica la legislación, las penas serán muy diferentes a las actuales en los casos positivos de test de alcoholemia. Los infractores con dosajes detectados entre 0,5 gr/l y 1 gr/l recibirán una multa de entre 150 y 1000 unidades fijas (UF), lo que hoy equivale a entre $7950 y $53.000, además de la suspensión de la licencia de dos a cuatro meses; para casos superiores a 1 gr/l, la pena económica será de 300 a 2000 UF (entre $15.900 y $106.000) o habrá entre uno y 10 días de arresto, además de la suspensión de la licencia de cuatro meses a dos años. Los plazos se pueden reducir a la mitad si se aprueba un curso de educación vial y se mantendrá el acarreo del vehículo en el lugar del hecho.
En la actualidad cuando los agentes de tránsito detectan un caso positivo labran una contravención, retiene la licencia del conductor y se envía el vehículo a una playa de acarreo porque no está permitido ceder el volante. El infractor debe presentarse en la fiscalía dentro de los siguientes cinco días hábiles de labrada el acta para regularizar su situación. Allí le informan las dos opciones para saldar la falta: realizar una probation –que puede derivar en tareas comunitarias o una donación, entre otras– o la elevación a juicio requerida por el fiscal.
“Este proyecto tiene como principal objetivo bajar un 20% las muertes para 2023 y llegar al 50% para 2030. Por eso vamos a adoptar estas medidas más estrictas y sanciones más rigurosas para los que toman alcohol cuando manejan. Apuntamos a formar conductores más responsables”, declaró el jefe de Gabinete porteño, Felipe Miguel, antes de presentar la propuesta en la Legislatura.
La Comisión de Tránsito y Transporte, a cargo de la legisladora Cristina García (Vamos Juntos), recibirá el proyecto y le dará un tratamiento previo al debate en el recinto. Se espera que antes de fin de año pueda aprobarse y entre en vigor en forma progresiva. Según explicó el secretario de Transporte y Obras Públicas de la ciudad, Juan José Méndez, la implementación de la ley dependerá de cada ítem en particular; para algunos de ellos deberá realizarse una licitación para la compra de equipamiento, por ejemplo, en el caso de la nueva metodología para tramitar la licencia de conducir, otro cambio previsto.
“Creemos que las sanciones para los conductores que no superan el test de alcoholemia podrían entrar en vigor apenas se apruebe la ley. No hay lugar para la duda. Nuestra política de seguridad vial es clara, hace años profesionalizamos los controles de alcoholemia, y así bajamos el índice de positividad. En esta etapa buscamos consolidar esa transformación”, dijo Méndez.
Prácticos en la calle
El otorgamiento del carnet consiste hoy en una prueba práctica en la pista de Parque Roca, durante la que se evalúan seis maniobras; además se realiza un examen teórico de 30 preguntas que se aprueba con el 75% de las respuestas correctas. Si la ley se sanciona, las pruebas para obtener la licencia de autos particulares serán en la calle y con autos doble comando para que el aspirante tenga mayor contacto con escenarios reales y situaciones que se pueden presentar a diario.
Los recorridos estarán preestablecidos en 12 de las 15 comunas con el fin de descentralizar el trámite. Se realizarán en 30 rodados, cuya contratación y tercerización por el gobierno porteño deberán pasar antes por un proceso licitatorio. Son vehículos con un sistema de doble pedalera de los comandos inferiores del conductor, con embrague, freno y acelerador, para permitir la intervención del instructor que viajará en el asiento del acompañante. La flota tendrá 70% de autos con caja manual y 30% de autos con caja automática.
El curso de otorgamiento, al igual que el curso de renovación, será virtual para agilizar la fase formativa. Mientras que para el examen teórico se elevará el nivel de exigencia: las preguntas requeridas pasarán a 40 y el porcentaje de aprobación, a 85%. Además, el tiempo de examen se reducirá de 45 a 40 minutos.
El proyecto de ley ingresado ayer propone también un cambio en la vigencia de las licencias de conducir, que podrá variar en función del desempeño en calle del conductor. El esquema será el siguiente: para vecinos de 16 a 39 años, hasta 10 años de vigencia (en caso de principiantes la licencia inicial será por dos años); de 40 a 49 años, hasta seis años; de 50 a 69 años, hasta cuatro años, y a partir de 70 años, hasta dos años.