Playón Chacarita: cómo se aplica la demolición por esponjamiento para posibilitar la apertura de calles
La técnica sirve para generar espacio público y extender las redes de servicios; en el barrio se consolida la urbanización con la extensión de trazas y la mudanza de las familias a nuevas viviendas
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Con más de 650 familias mudadas a los nuevos departamentos construidos cerca del núcleo habitacional, la urbanización del barrio Playón Chacarita se está consolidando, no solo con la relocalización de las personas, sino también con otros hitos que marcan la historia de lo que fue una villa. El último de ellos será la apertura de otra calle, Palpa, que se sumará a las tres que ya cruzan el macizo y a las trazas que se generaron con la demolición de algunas de las casillas.
El primer acontecimiento que cambió la forma de transitar el Playón Chacarita, en el barrio homónimo, fue la extensión de la avenida Triunvirato, entre Elcano y Teodoro García, que permitió la circulación de los vehículos, particulares y de transporte público, en un espacio antes inexplorado. La siguieron procesos similares en Teodoro García, Zabala, Céspedes, desde mañana Palpa y, antes de fin de año, Guevara, a la par de las nuevas Mercedes Sosa y Mujeres de Fraga.
Para la apertura de las calles y de los pasajes fue necesaria la demolición por esponjamiento de las viviendas que desocuparon las familias mudadas para abrir pulmones de manzana, con lo que se mejoraron las condiciones de iluminación y ventilación del macizo, también llamado Barrio Fraga. Se trata, además, de una intervención clave para instalar y conectar la red de servicios así como para el ingreso de colectivos y ambulancias.
Según informaron desde el gobierno porteño, las aperturas de calles fueron consensuadas y definidas en la Mesa de Gestión Participativa (MGP), el espacio en el que vecinos y representantes barriales trabajan todos los pasos del proceso de integración urbana del barrio junto al Instituto de la Vivienda de la Ciudad (IVC) y el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat. Así se aplicó la técnica de esponjamiento, seleccionando las unidades a demoler para generar nuevos espacios de uso común.
Las nuevas trazas, donde se ubican los edificios construidos, le darán visibilidad a los 67 locales que se generaron en la planta baja de las unidades, 32 de los cuales fueron destinados a comerciantes del barrio y seis al rubro gastronómico. El resto serán utilizadas por entidades del sector público y privado que llegarán al Playón Chacarita; por ejemplo, una cadena de carnicerías porteñas, que inaugurará un local.
Sobre la calle Palpa vivían 100 familias que ya fueron mudadas y en el espacio que ocupaban sus viejas viviendas ahora existen dos plazas con canchas de fútbol, pavimentación, veredas y señalética.
“Gracias a esa apertura, se pasan servicios y se genera circulación de ambulancias, patrulleros, líneas de colectivo y autos particulares. El beneficio rebota en las familias mudadas, se generan mejores condiciones de vida para el resto del barrio y cambia la lógica de toda la ciudad”, sintetizó Gabriel Mraida, presidente del IVC.
La relocalización de las familias en el Barrio Fraga, como en el resto de las urbanizaciones, circula en tres ejes: habitacional, urbano y socioeconómico. Desde que se inició el proceso se construyeron 678 viviendas y se mudaron 652 familias.
Viviendas nuevas
Distribuidos en cuatro manzanas, los nuevos edificios se extienden por la avenida Triunvirato en dos alturas, de cuatro y ocho pisos. Los departamentos son de uno, dos, tres y cuatro ambientes, y se adjudicaron de acuerdo con la necesidad de cada familia; se mudan con una cuota mensual asignada y un plan de pago a medida. Además, los vecinos asumen la formalización de servicios y la consolidación de los consorcios. La administración puede ser interna o tercerizada, según la elección de los habitantes.
Los criterios aplicados para la adjudicación de estas viviendas, explican desde la Ciudad, priorizan “a las familias afectadas en el marco de las leyes del Proyecto Integral de Reurbanización” y son “consensuados con el resto del barrio”.
“Estos trabajos representan nuestra convicción de que la salida es a través del trabajo, de la formalización, de la integración, incluso para aquellos que están más desfavorecidos”, sostuvo el jefe de Gabinete, Felipe Miguel. “En momentos en que se discuten los planes sociales, estos proyectos acompañan y apuntalan la visión de que el Estado debe construirse de manera transitoria para que las personas salgan adelante por sus propios medios”, agregó.
“Debemos comprender que de la mano del Estado van las responsabilidades. Así como los vecinos tendrán servicios, cloacas, electricidad, los pluviales, con la integración también vendrá el compromiso del pago de los servicios, sus impuestos y las viviendas. La integración incluye también las obligaciones de los vecinos”, aclaró el funcionario, al dar detalles de los avances de la urbanización.
La urbanización de Playón Chacarita comenzó en febrero de 2018 con la extensión por 600 metros de la avenida Triunvirato. A esa apertura le siguieron los trabajos en los terrenos donde se construyeron las nuevas viviendas, que se iniciaron en mayo del mismo año. En aquellos momentos, con el movimiento de tierra, escombros, estructuras y maquinarias los vecinos no podían imaginar el cambio rotundo que tendría el barrio.
Cuatro años después, 1042 familias viven allí, más de la mitad en viviendas nuevas, en espacios que antes no pertenecían al barrio y que se fueron anexando, como ocurrirá con Palpa. Más casas, mejor ventilación, mayor acceso a la luz natural y nuevo equipamiento urbano para una villa que se transformó en barrio.