El gobierno porteño lanzó el Plan Hidráulico para aumentar los conductos de drenaje y lograr una mayor cobertura en barrios; la obra estrella, un colector de norte a sur por el bajo
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El mes de marzo pasado se recordará como uno de los más lluviosos de la historia en la ciudad de Buenos Aires y lo ocurrido le da sustento a una tendencia que va en aumento. A pesar de haber terminado lejos de los 476 milímetros caídos en marzo de 1988, el año del récord mensual, la red hidráulica porteña tuvo que soportar jornadas enteras de volúmenes gigantes de agua que provocaron algunos desbordes, como la recordada cascada sobre la avenida General Paz. Según los números oficiales, en las últimas dos décadas las precipitaciones aumentaron un 11%.
En ese contexto, la ciudad se prepara para aumentar la capacidad de conducción de agua proveniente de lluvias con varios proyectos que comenzarán a licitarse en los próximos meses destinados, principalmente, a las cuencas del sur. A los 83 kilómetros que se realizaron desde 2007 se sumarán otros 25 para mejorar la eficiencia de los arroyos Medrano y Cildáñez, la construcción de reservorios y la proyección de un colector subterráneo de sur a norte.
En la actualidad hay ocho kilómetros en ejecución en los ramales Elcano (cuenca del Vega), Yerbal (cuenca del Cildáñez) y Acuña de Figueroa y Argerich Norte (cuenca del Maldonado). Con el ya finalizado en Lugones y el alcance de las mejoras realizadas hasta aquí tuvieron impacto en los barrios de Villa Ortúzar, Floresta, Villa Urquiza, Paternal, Villa Crespo, La Boca, Villa Soldati, Villa Lugano, Recoleta, Belgrano, Saavedra, Barrio 31, Nueva Pompeya, Palermo, Núñez, Colegiales, Coghlan, Parque Chas y Agronomía.
Este año los objetivos seguirán siendo reducir el riesgo de inundaciones y aumentar el drenaje hacia el Río de la Plata, mejorar la calidad del agua para que la ciudad se convierta en más atractiva y saludable, y facilitar el acceso a las costas. “La ciudad necesitará más obras para ir aplacando el aumento de lluvias. La estadística nos demuestra que crecieron un 11% en los últimos 20 años y si no actuamos a tiempo, será un problema”, admitió el jefe de Gobierno, Jorge Macri.
“Se hará hincapié en las cuencas del sur, como hace un tiempo pusimos el foco en los arroyos Vega, Maldonado y Cildáñez. También se reforzará la infraestructura en la zona oeste, principalmente en el Parque Sarmiento, en una segunda etapa de soluciones basadas en la naturaleza usando un espacio verde para amortiguar las crecidas; y se iniciará una obra en la desembocadura del Medrano”, explicaron voceros del gobierno porteño.
Con los trabajos en el Parque Sarmiento se iniciará una nueva etapa de obras e intervenciones que se irán sucediendo en los próximos meses, con diferentes tipos de financiación y de ejecución, aunque el presupuesto estimado para todas ellas es de unos 312 millones de dólares.
Las iniciativas
“El cambio climático es una realidad y eso nos obliga a trabajar en readaptar la ciudad a sus efectos. Buenos Aires tiene un Plan Hidráulico con un compromiso de inversión muy importante para seguir protegiendo cada vez más barrios y vecinos en los próximos años, aumentar la resiliencia de la ciudad y su capacidad para permitir la adaptación a las nuevas realidades del clima”, grafico el ministro de Infraestructura, Pablo Bereciartúa.
El proyecto en Parque Sarmiento consiste en generar un espacio que pueda ser usado para retener el agua proveniente de las lluvias, con una capacidad de contención de 123.000 metros cúbicos. Una vez iniciada, el plazo de ejecución de la obra es de 12 meses.
La primera etapa del reservorio natural se construyó luego de las trágicas inundaciones de abril de 2013, con fallecidos y damnificados en la ciudad y el conurbano. Dentro del espacio verde hay una superficie deprimida que se convierte en un depósito de agua cuando ocurren grandes lluvias. El proyecto que se iniciará en poco tiempo irá en la misma dirección.
Por su parte, las obras en la cuenca del Medrano consisten en la mejora integral de la eficiencia del arroyo para mitigar inundaciones en los barrios de Núñez, Saavedra y Coghlan. Será un conducto de 1,5 kilómetros de longitud y un sistema de cierre de cinco compuertas, una estación de bombeo con tres bombas, tabiques –que provoca una mejora del 15 % en la conducción- y nuevas cámaras de inspección. Los trabajos demandarán al menos dos años.
Además, en el mapa del Plan Hidráulico de cara a los próximos cuatro años, el masterplan contiene obras de reducción del riesgo hídrico en diferentes barrios de la ciudad. Por ejemplo, se iniciarán trabajos de desagüe de las subcuencas del arroyo Cildáñez que evitarán anegamientos en Flores, Parque Avellaneda y Villa Lugano, con un conducto de unos cuatro kilómetros de extensión (la obra se licitará en un mes).
También están incluidas las subcuencas del arroyo Medrano con dos kilómetros de ductos subterráneos y un impacto directo en Núñez, Saavedra y Coghlan (la licitación se pondrá en marcha antes de fin de año), y en la subcuenca del arroyo Maldonado, con una longitud de un kilómetro con beneficios sobre Palermo.
De norte a sur
El proyecto más ambicioso de la administración de Jorge Macri es el Colector Bajo Costanera, un conducto de saneamiento cloacal de 17 kilómetros entre el sur y el norte de la ciudad, pensado en la traza del Bajo porteño y con una mirada de integración metropolitana. La obra permitirá llegar a la planta de tratamiento que funciona en Dock Sud y tomar los desechos que algunos arroyos, como el Ugarteche, vuelcan sobre el Río de la Plata. Esta obra “permitirá el saneamiento progresivo de las aguas lo que permite pensar en que se pueda practicar allí deportes náuticos”, previeron en el gobierno.
Aunque está incluida en el masterplan, la concreción del Colector Bajo Costanera está atada a otras variables ya que se necesita una inversión mayor; hoy se habla de unos 240 millones de dólares, que deberían ser financiados con créditos de organismos internacionales o con apoyo y participación nacional. “La Ciudad está preparada para iniciar esa obra en cuanto se consiga los recursos, lo cual es un avance importante”, dijeron en el gobierno. El plazo estimado para la realización es de 48 meses.