El Nuevo Caminito: cómo será el sendero con mirador al río y propuesta gastronómica en una zona postergada de la ciudad
Estará ubicado en un espacio de la villa Rodrigo Bueno donde había viviendas que fueron demolidas como parte de un proceso de urbanización
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Las pisadas son inestables entre los escombros que dejó la demolición. Se mezclan grandes trozos de viviendas con pequeños pedacitos de ladrillo, cemento y cerámicas que forman un sendero donde antes estaban las casillas colgando del riachuelo que bordea el barrio Rodrigo Bueno. Algunas casas, ya deshabitadas, se van desguazando lentamente y dejan a la vista restos de muebles y cañerías desconectadas en una transformación que muestra, en el otro extremo, la restauración de aquellas que siguen en pie. Allí el Nuevo Caminito comienza a tomar forma.
La urbanización de la villa de Puerto Madero, en una de las zonas más caras de la ciudad, tuvo como ejes la construcción de nuevos edificios para la relocalización de familias, las aperturas de calles y el tendido de la infraestructura para los servicios públicos. Con ya casi la totalidad de los departamentos ocupados, el proceso ingresó ahora en otra etapa: el de conexión con el resto de la ciudad. Para eso el gobierno porteño proyecta construir un paseo peatonal y vehicular con rasgos similares al de La Boca, aunque con sus características particulares.
El paseo, según puso saber LA NACION, estará donde antes había casas que fueron demolidas; allí vivían familias en pésimas condiciones de salud por la humedad constante, la exposición a los desechos cloacales de casi todo el barrio eliminados en el curso de agua y el peligro de derrumbe. El resto de las 580 familias relocalizadas hasta hoy (hay 611 viviendas nuevas) siguieron un orden fijado por el Instituto de la Vivienda (IVC) que priorizó a las familias que vivían en casas que interferían el proceso de transformación urbana (apertura de calles, por ejemplo), y a aquellas donde vivían personas con discapacidad, donde se registraron casos de violencia de género y hacinamiento.
Nuevo Caminito es un proyecto que ya fue avalado en el plan de intervención de Rodrigo Bueno. La idea consiste en generar una calle asfaltada y de conexión con el resto del barrio donde ya se abrieron otras tres calles entre el macizo de viviendas. También contempla un espacio comercial y gastronómico que podría tener hasta 30 locales. La gastronomía ya forma parte del proceso de integración con propuestas como las de Peruvian Nikkei de cocina fusión.
Más de 100 familias dejaron sus viviendas en el camino de sirga del barrio y sus viviendas ya fueron demolidas o están en proceso de reducción; en todo Rodrigo Bueno unas 250 casas terminaron en escombros para generar espacios para las calles y el tendido de la infraestructura.
El proyecto, dentro del plan macro de integración habitacional, urbana y socioeconómica, se denomina Borde Paseo Costero y contempla un parque lineal desde la avenida España a lo largo del canal y culmina en un mirador ubicado en la desembocadura del mismo en el Río de La Plata.
“Se plantea como una zona de transición consolidando el borde del canal y la incorporación de un paseo público de casi 500 metros que potencia la integración con el entorno natural, en especial con la Reserva Ecológica. El parque contará con sectores de equipamientos urbanos, arbolado y arbustos, con mixturas de especies en su forestación que generarán, de esta manera, una transición de situaciones espaciales que acompañen el recorrido”, especifica el documento.
En el Nuevo Caminito, además de intentar acercar a los visitantes a la naturaleza de la zona, que se podrá aprovechar mejor cuando se realice una limpieza profunda del canal, contemplada en el contrato de licitación de la obra, habrá una propuesta gastronómica que estará relacionada con platos típicos de comida latinoamericana lo que ayudaría a potenciar el desarrollo económico de las familias que viven allí, muchas de ellas, de países de la región.
La similitud con el paseo de La Boca tendrá que ver con los colores de las viviendas que aún permanecerán en pie allí. La restauración de las mismas se está realizando y cuando acaben los trabajos de mayor intervención será el momento de aportar los colores diversos que le dará el toque especial. Será otro de los atractivos para las 30.000 personas que llegan hasta la reserva cada fin de semana o los 3000 visitantes de promedio diario.
“La relocalización de las familias que se encontraban a la vera del Riachuelo hacia las nuevas viviendas permitió avanzar en la demolición y lograr una mejor conectividad y accesibilidad dentro del barrio y con el resto de la ciudad. Las obras que se pudieron resolver estuvieron relacionadas con el tendido de los servicios básicos de agua corriente, electricidad, cloacas y pluviales”, explican desde el IVC.
Cuando las obras de mejoramiento y transformación de la zona terminen, el saneamiento ambiental contempla la limpieza del Riachuelo y la restauración de la biodiversidad costera, con una nueva zona de preservación y áreas con vegetación.
La construcción del nuevo barrio comenzó en 2018 cuando se inició la preparación del predio donde se construyeron más de 600 viviendas. En ese momento, según las estimaciones, vivían 2665 habitantes agrupados en 996 familias y distribuidos en 563 viviendas, es decir, a razón de dos familias por viviendas.
El hacinamiento fue una de las causas que provocó la intervención de la Justicia cuando, en 2005, se comenzaba a hablar de la erradicación de la villa, ubicada frente a la ex Ciudad Deportiva de Boca Juniors, con el traslado de las familias a un nuevo conjunto habitacional que se pensaba construir en Puerto Madero con una inversión de 500 millones de dólares.
Un año después volvió a sonar la alarma del desalojo en el barrio y por eso los vecinos interpusieron un recurso de amparo. Más tarde, en 2011, la jueza Elena Liberatori, del Juzgado en lo Contencioso Administrativo y Tributario Nº 4 le dio la razón al planteo formulado por los vecinos y le ordenó al Gobierno que presente un plan de integración social y urbana.
La Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo y Tributario dejó sin efecto la sentencia de Liberatori, pero en 2016 el gobierno de la ciudad, a través del IVC, anunció los planes de urbanización que transformaron al barrio.