Cuáles usar en cada receta y tres preparaciones simples para incorporar en las comidas.
Las arvejas fueron uno de los primeros cultivos de la humanidad, surgen en Asia Central y el cercano Oriente. El fruto de esta leguminosa, es una vaina con numerosas semillas nutritivas. Las lentejas se consumen tanto en granos frescos, como congelados, en lata y secas (enteras o partidas), en general de calibres menores a las que se consiguen frescas.
Hay tres formas de conseguir arvejas para cocinar:
- En lata. La industria alimenticia ofrece las arvejas conservadas en latas o en envases de cartón que permiten guardarlas en las alacenas por mucho tiempo. Vienen listas para usar y cocinar rápidamente porque ya están tiernas. Su aspecto es más bien pálido y aunque guardan sus propiedades nutricionales, son menos atractivas a la vista debido a que la posibilidad de conservación les hace perder color y sabor. Las arvejas en lata son buenas opciones para incluir en guisos o en una ensalada donde son complemento de otros ingredientes y no las protagonistas del plato.
- Secas. Las arvejas partidas son arvejas secas que fueron peladas, y, al estar sin la cáscara, las dos mitades se abrieron y conservaron en bolsa al vacío. Las arvejas secas, se deben remojar por varias horas para ablandar antes de la cocción. Son muy usadas para hacer caldos espesos y nutritivos como la famosa sopa de arvejas partidas.
- Frescas. En primavera se consiguen las arvejas frescas en las verdulerías y es el mejor momento para consumirlas. Llegan en su envase original: su vaina verde en la que adentro están alineados los verdes granos redondos. Las arvejas frescas son tiernas y ricas, ideales para preparar sopas cremosas, purés texturados o ensaladas coloridas. Son muy fáciles para limpiar, y por otro lado nos permiten comprender cómo son los productos que comemos antes de su paso por la industrialización.
Ochenta variedades de arvejas
La arveja (Pisum sativum) es una leguminosa de la familia de las fabáceas y su fruto es una vaina con numerosas semillas. La planta de arvejas puede ser rastrera o trepadora, y sus granos aportan un alto contenido de proteína, fibra, carbohidratos, vitaminas y minerales.
Según consta en el Instituto Nacional de Semillas de la República Argentina (Inase) hay unas ochenta variedades inscriptas, aunque son muy pocas las que se cultivas con fines comerciales. Los lugares de cultivo se encuentran en Córdoba, Santa Fe, Salta, Entre Ríos, Buenos Aires, Mendoza y San Juan.
Receta de sopa de arvejas, huevo mollet y tostón a la oliva
Todas las versiones de la sopa de arvejas son una buena elección para los amantes del plato hondo. Esta receta de sopa de arvejas, huevo mollet y tostón a la oliva de Martín Jatip, chef ejecutivo de NH City lleva la sopa a otro nivel. Es una combinación de ingredientes, color y texturas que se disfruta con gusto. Además, es bastante sencilla de preparar, siempre siguiendo el paso a paso exacto que explica el chef.
Receta de pechuga de pollo con puré de arvejas
En lugar de las eternas papas, las arvejas pueden usarse para hacer un puré que realce el plato. En este caso acompañan unas pechugas de pollo con panceta, a las que otorgan un equilibrio de textura y sabor. Para hacer la receta de pechuga de pollo con puré de arvejas se necesitan pocos ingredientes y algo de tiempo para cocinar.
Receta de ensalada verde con arvejas frescas
Con palta, zucchini, espárragos y habas frescas, las arvejas se sienten en familia. Aunque a este plato con arvejas se lo llame ensalada, es un mas bien un completo paso principal, ideal para una comida de primavera y verano. Fresca y fácil, la receta de la ensalada verde con arvejas frescas solo requiere un chorrito de buen aceite de oliva y sal para condimentar. También se puede recurrir a versiones libres y aderezos de autor que prefiera cada uno con el objetivo sumarle atractivo a la preparación.