Un test de detección del cáncer, bebés elegidos por IA y una app para pacientes con Parkinson transforman el cuidado de la salud
Segunda entrega de futurIA, la serie de LA NACION + Globant que propone analizar el impacto de la IA en la medicina y cuidado de nuestra salud
El mundo avanza y, con él, la tecnología. La “cuarta revolución industrial” –la industria 4.0 o digitalización– ya es una realidad que crece a pasos agigantados e impacta en cada uno de los aspectos de nuestras vidas. En este escenario, las posibilidades son infinitas, más cuando pensamos en el potencial de una herramienta como la inteligencia artificial (IA). En este segundo episodio, FuturIA sigue explorando sus usos y alcances, de la mano de un grupo de expertos y emprendedores que entienden que la inteligencia artificial está transformando el cuidado de la salud y el bienestar de las personas.
Martina Rua, periodista especializada en innovación, y su ‘yo digital’, Martina IA –un avatar diseñado a partir de inteligencia artificial– se preguntan si esta tecnología es capaz de extender la vida de las personas, mejorar su calidad y hasta crear seres humanos perfectos. ¿Qué tan alejados estamos de esta realidad más propia de la ciencia ficción?
Salud digital
La tecnología y la salud siempre fueron a la par. A través de la aplicación y el uso de nuevas herramientas y soluciones digitales se puede mejorar la experiencia de los pacientes, transformar la atención médica y la industria farmacéutica. Con la inteligencia artificial, la detección temprana y los diagnósticos personalizados alcanzan un nuevo nivel de perfeccionamiento, acercándonos también a una medicina más democratizada y descentralizada, accesible para todos. Pero, ¿puede crear un bebé perfecto?
A los ojos de cualquier mamá o papá, todos los bebés son perfectos. La IA está lejos de poder “fabricar” seres humanos a pedido bajo ciertas características, pero ya va en camino de asistir a los profesionales a detectar enfermedades genéticas que, incluso, se puedan resolver de manera intrauterina. Otro gran adelanto de la inteligencia artificial relacionado con la salud son los avances en reproducción asistida.
Fernando Neuspiller, presidente del centro de Medicina Reproductiva WeFIV y médico especialista en ginecología obstetricia y reproducción humana, comparte un hito histórico en nuestro país: el nacimiento de un bebé mediante este proceso, totalmente atravesado por la inteligencia artificial. Gracias a los datos de cada paciente que se suben a la nube, la IA puede recomendar estrategias terapéuticas, remedios específicos y los mejores días para administrarlos. Además, puede distinguir cuáles son los óvulos más viables, seleccionar los mejores espermatozoides y, una vez llevado a cabo el proceso de fertilización, decidir qué embrión es más factible al momento de transferirlo al útero de la futura madre.
Creando al bebé perfecto
“Creo que estamos muy lejos de poder crear vida desde el punto de un bebé perfecto”, asegura Lucas Najun, médico con más de 14 años de experiencia en el sector farmacéutico y Director Global y Socio del Estudio de Reinvención de Salud y Ciencias de la Vida en Globant. Pero se apresura a agregar: “Sí estamos avanzando mucho en poder generar beneficios o tecnología que pueda interceder y evitar una enfermedad genética o pueda expresar algo del genoma que sume un beneficio mayor”.
Estos avances son el resultado de todos esos datos acumulados en la nube, alimentada constantemente por la práctica de miles de médicos alrededor del mundo. Al final de cuentas, es poco probable que la inteligencia artificial sea capaz de crear al bebé perfecto, pero puede ayudarnos a gestar personitas más sanas.
La calidad de vida es un factor importante
Vivir más tiempo no significa vivir mejor. Lamentablemente, y a pesar de los grandes adelantos de la medicina, hay padecimientos que –por el momento– no tienen cura, pero como bien señala Sebastián Porta: “Con una buena disciplina (tomar la medicación cuando corresponde, hacer lo que dicen los médicos, mantenerse activo socialmente, descansar), puede convertirse en una enfermedad crónica”. Y no lo dice repitiendo un texto de manual.
Sebastián tiene 47 años y hace seis fue diagnosticado con la enfermedad de Parkinson, un mal que afecta a las funciones motoras del cuerpo y, a la larga, la tonicidad muscular. “La rigidez muscular afecta la capacidad de expresarse, en el caso de la cara. Hacer el esfuerzo de sonreír y no ver esa sonrisa reflejada en el espejo es duro, porque la enfermedad te va robando la posibilidad de expresarte”, reflexiona; y pensando en esta inexpresividad facial –también llamada ‘cara de póker’– creó la aplicación Scrolling Therapy que, a partir de inteligencia artificial, mejora la calidad de vida de los pacientes.
La gente pasa, en promedio, dos horas y media por día en las redes sociales. Esta innovadora aplicación permite a las personas realizar ejercicios faciales mientras navegan por Internet, ofreciendo una forma única de mantenerse activo y mejorar la salud en la era digital. Aplicando tecnología de reconocimiento facial, la IA aprende a identificar en la cara del usuario determinados gestos que luego se vinculan con acciones en las redes. Así, Porta solo tuvo que combinar tres elementos ya existentes (los ejercicios de terapia facial, el reconocimiento facial y las redes sociales) y utilizar las herramientas tecnológicas que proporciona la inteligencia artificial para sortear los desafíos de una aplicación que puede hacer mucho por los pacientes de Parkinson.
La revolución del diagnóstico
La inteligencia artificial (IA) está revolucionando el diagnóstico temprano del cáncer mediante el análisis de muestras de sangre. Este avance ha permitido identificar nuevos biomarcadores que indican la presencia de distintos tipos de cáncer. La IA, junto con la destacada investigadora del Conicet y co-fundadora de Oncoliq, Marina Simian, lidera este esfuerzo. La IA analiza grandes conjuntos de datos para detectar patrones sutiles, lo que mejora la precisión de los diagnósticos.
Las “biopsias líquidas” son una parte fundamental de este avance, ya que eliminan la necesidad de procedimientos invasivos. La IA puede identificar biomarcadores como proteínas, ADN o ARN liberados en la sangre por células cancerosas. Esto facilita diagnósticos más rápidos y precisos, lo que es esencial en la lucha contra el cáncer.
Este progreso es aplicable a diversos tipos de cáncer, desde el de mama hasta el de pulmón y el colorrectal. Además, la IA ayuda a personalizar tratamientos al analizar perfiles genéticos y moleculares, lo que mejora las tasas de supervivencia.
¿La IA puede reemplazar a los médicos?
Hoy, son muchas las aplicaciones con inteligencia artificial que ayudan al paciente con el autodiagnóstico temprano. La visión artificial (computer visión) –otro campo de la IA– es una herramienta clave en el diagnóstico por imágenes que, muchas veces, acelera los tiempos de detección de las patologías y juega un papel fundamental en aquellas zonas aisladas, sin acceso a radiólogos o equipos. Como dice Najun, la IA y la digitalización son el camino hacia la democratización y descentralización de la medicina, pero nunca podrán reemplazar la impronta del ser humano y del profesional de la salud dedicado a sus pacientes.
Como toda tecnología, la inteligencia artificial es una herramienta complementaria. Por ejemplo, un asistente en la detección temprana de enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson, el Alzheimer o la esclerosis lateral amiotrófica que, por ahora, no tienen una cura. A partir del análisis de datos, puede ayudar al profesional a tomar una decisión más rápida, mejorando también la calidad de vida de las personas.