Thiago Almada: “Mi mayor apuesta es clasificar a los Juegos Olímpicos de París y salir campeón”
El ‘Guayo’ recuerda los momentos vividos con la selección argentina en Qatar. Su infancia, el campeonato del mundo, su presente en la MLS y el objetivo puesto en París 2024
“Jugaba siempre con las piedras”, recuerda Almada (22) sobre su infancia. Tras un largo recorrido en las inferiores de Vélez, aquel niño, nacido y criado en Ciudadela, en el barrio de Fuerte Apache, debutó en la Primera del “Fortín” a sus 17 años. La repercusión no tardó en llegar y, cuatro años más tarde, apareció Atlanta United, el club de la MLS que lo compró por US$16 millones. ¿Pensaste alguna vez que la liga estadounidense podría sacarte de plano en cuanto a la selección mayor?. “Sí, pero se demostró todo lo contrario”, cuenta Almada. Actualmente, no solo es campeón del mundo en Qatar 2022, sino que la Major League Soccer lo destacó dentro del once ideal de la liga en 2023.
–¿Sos un pibe profundo? ¿Sensible?
–Depende, no tanto. Soy un poco más seco.
–Siempre citamos un libro que se llama Las cosa que guardo. Es un cuento que explica que hay cosas que uno guarda en la cabeza y otras cosas que uno guarda en el corazón. Las cosas que guardás en el corazón, son esas que te marcan, lo que te hacen fuerte. ¿Qué creés vos que guardás en el corazón? ¿Qué tenés en el corazón?
–En el corazón, lo que uno sufre de chico, las cosas que uno va pasando. Las necesidades que uno tenía. Eso me da la fuerza para seguir luchando, seguir teniendo más cosas y seguir logrando títulos.
–¿Qué te enseñó eso? Lo primero que dijiste fue lo que sufriste de chico...
–Creo que eso te da hambre de querer salir adelante y querer ayudar a tu familia. Gracias a Dios lo estoy haciendo.
–¿Un recuerdo de tu infancia?
–Mis hermanos me decían que siempre pateaba piedras, que quería tener algo en los pies y jugaba siempre con las piedras.
–Te tocó debutar en Vélez en 2018, ¿te tocó laburar antes, de chico, en el barrio? Vos sos de Ciudadela, del barrio Fuerte Apache.
–Sí, ayudaba a un verdulero. Cuando me lo cruzaba me ponía a trabajar con él. Tenía que subirle la fruta a la gente y él siempre me daba cinco pesos. Pero siempre andaba en la calle, todo el día.
–Debutaste a los 17 años, ¿creés que un chico está preparado a esa edad para salir a un estadio con 40.000 personas?
–Algunos sí, algunos no. Uno lo demuestra adentro de la cancha. Yo tuve a Heinze que me preparó de la mejor manera para debutar y lo hice de la mejor manera.
–Así como debutar es llegar a Primera, debutar en un Mundial también es llegar a algo. ¿Tenías mucha ansiedad? ¿Hacés terapia?
–Hago coaching dos veces por semana, orientado a lo deportivo.
–¿Qué recuerdos tenés de Messi en la época de 2018, cuando te tocó ser sparring, o del resto de los referentes? ¿Cómo fue ese período de empezar a ser compañeros?
–De sparring fue hasta ahí. Después como compañeros empezamos a hablar un poco. Yo soy bastante tímido... pero cuando era sparring trataba de mirarlos en los entrenamientos. Era una locura. Después, como compañeros, agarramos un poco más de confianza.
–¿Qué recuerdos tenés del día a día en Qatar?
–Disfrutábamos muchísimo de los entrenamientos. Entrenábamos al máximo. Daba placer estar ahí.
–¿Cuál es tu primera imagen de Qatar?
–No me podía dormir. Escuchaba que se ponían a rezar a las tres, cuatro de la madrugada. Nos queríamos morir con Ángel [Correa]. No podíamos conciliar el sueño. Pero la primera imagen es de cuando llegamos ahí, que nos recibieron de la mejor manera.
–¿El partido que más sufriste?
–Fue contra México, que no podíamos hacer el gol, y después contra Holanda, que nos lo empatan ahí a lo último.
–¿El partido que más disfrutaste?
–La final. Sobretodo el primer tiempo. Pero yo sabía que lo íbamos a ganar.
–Y puertas adentro, ¿cómo se vive en una charla técnica, mirar el costado y que estén Di María, Messi, Otamendi? Referentes tan grandes... vos lo viviste estando en Rusia, el recorrido de ellos en la Selección. Ser uno más en esa charla técnica, ¿caías? ¿Te ponía un poco en perspectiva?
–La verdad que uno los mira y da orgullo estar ahí, al lado de esos grandísimos jugadores. A parte son grandísimas personas, muy humildes todos. En esa última charla, el técnico no podía hablar, se quebró totalmente y empezó a hablar Aimar. Estábamos todos igual.
–¿Qué fibra creés que tocaron?
–Los momentos pasados, las finales perdidas. Es un tema que duele un poco pero que te motivan.
–¿Cuál es tu mayor apuesta ahora?
–El pre-olímpico, tratar de clasificar a los Juegos Olímpicos y tratar de salir campeón.
–Fuiste a jugar en la MLS, una liga que quizás, a un jugador de tus condiciones, siendo tan talentoso, imagino que tu sueño es jugar en Europa. ¿Alguna vez pensaste que, al ir a una liga no tiene tantas luces o que no es tan vista por todo el mundo, eso te podía sacar un poco de plano en cuanto a la Selección?
–Sí, un poco sí, pero después se demostró todo lo contrario.
–Y ahora, ¿cómo lo ves? ¿Ves que Europa está cerca o está lejos?
–Ahí, un poco cerca. Tengo ganas de ir a Europa, así que esperemos que pase.